La sede de la Real Academia Nacional de Farmacia (RANF) se encuentra en el centro de Madrid, en la calle de la Farmacia. Se asienta sobre un edificio de corte neoclásico ubicado en esta zona céntrica de la capital de España desde el año 1967, pues previamente se asentó en otros espacios. Este inmueble se declaró Bien de Interés Cultural en 1997, y en su interior alberga un patrimonio de gran valor a través de las salas que lo configuran y las colecciones que encierra.

Para conocer qué hay entre los bastidores de la edificación, Pharma Market ha hablado con Antonio González Bueno, bibliotecario de la RANF y también director del Museo de la Farmacia Hispana, que nos cuenta a lo largo de este nuevo reportaje audiovisual de la sección Entre Bastidores, todo lo que esconde esta institución.

Estructura

La Real Academia Nacional de Farmacia está compuesta por 50 miembros. De los cuales 38 pertenecen a licenciatura, grado y doctorado en farmacia, y los otros 12 lo son en ciencias afines. Es decir, desde la historia o la legislación, hasta la medicina o cualquier otra disciplina que pueda ayudar a comprender mejor la esencia de la Academia, que es el complejo mundo del medicamento.

La Real Academia Nacional de Farmacia está compuesta por 50 miembros. De los cuales 38 pertenecen a licenciatura, grado y doctorado en farmacia, y los otros 12 lo son en ciencias afines.

La Academia está bajo la protección del Rey de España y pertenece al Instituto de España. Si las autoridades del Gobierno o la propia Corona lo solicitan emite informes de asuntos de interés para la Salud Pública, en su caso, los relacionados con el medicamento y su uso racional.

Antonio González Bueno, bibliotecario de la RANF.

La Academia no tiene un laboratorio de investigación. Es un laboratorio de ideas, un foro de discusión académico y abierto sobre las últimas novedades en torno al medicamento, en sus múltiples facetas. Se reúne todos los jueves y de manera no periódica los martes, y se expone un tema de debate en formato de conferencia o mesa redonda.

Es un laboratorio de ideas, un foro de discusión académico y abierto sobre las últimas novedades en torno al medicamento, en sus múltiples facetas.

Estos foros, a los que se puede acudir presencialmente, se retransmiten también a través de su propia red de televisión a todo el mundo y que permite conexiones online con los académicos que no puedan estar presentes. Todas las conferencias se pueden ver a través de su canal de YouTube.

Las salas

El edificio está constituido por varias salas a las que se otorgan distintas funciones. Destaca el salón amarillo, que es para las grandes recepciones y actos relevantes de la Real Academia. También, el salón rojo. Este es para actos más íntimos que el amarillo, y en él se suelen realizar los plenos de los académicos de número. Tiene además una galería de retratos de los hombres y las mujeres que han presidido la institución desde que forma parte del Instituto de España.

Otro de los espacios relevantes es la biblioteca de académicos. Esta sala la usan para estudiar o leer y continuar con su formación, que es continua.  Alberga alrededor de 15.000 volúmenes, de los cuales unos 1.500 son piezas de fotografía, alrededor de 390 manuscritos y una amplia colección de textos anteriores al año 1600. Se trata de un fondo especializado con obras de botánica, farmacia, química y farmacopeas, y está destinado al estudio y preparación de medicamentos.

La biblioteca es privada pero sus fondos se pueden consultar públicamente en un espacio habilitado para ello.

La biblioteca es privada, pero sus obras se pueden consultar públicamente en un espacio habilitado para ello. Es necesario concertar una cita previa: el horario es de lunes a jueves por la mañana, y este día también está abierta por la tarde.

Uno de los rincones más llamativos es el Salón de los Espejos, desde él se puede acceder directamente al estrado del Salón Amarillo. Además de la decoración y de los espejos que posee llaman la atención los cuadros que lo adornan, que pertenecen a la colección del Museo de Prado. Casi todas son obras del siglo XIX y están cedidas en calidad de depósito.

Una de las piezas emblemáticas de este lugar es la farmacia neoclásica madrileña adquirida por la corporación en 1994.

Una de las piezas emblemáticas de este lugar es la farmacia neoclásica madrileña adquirida por la corporación en 1994. Esta fue mandada construir por Francisco Garcerá Castillo para su primigenia ubicación en el número  16 de la madrileña calle Príncipe en el año 1876. En 1925, tras el fallecimiento de Francisco Garcerá, el farmacéutico Isidoro San Gutiérrez, compró el mobiliario de la farmacia que lo trasladó a El Tiemblo (Ávila). Allí permaneció hasta que se cerró en 1948, tras más de 50 años de inactividad, lo adquirió de nuevo la RANF quien se encargó de su restauración.

Otra de sus instalaciones singulares es el Gabinete de Antigüedades, fundado por el Real Colegio de Farmacéuticos de Madrid durante el último cuarto del siglo XIX y que desde 1994 dispone de un espacio propio en la sede de la RANF. Sus colecciones proceden fundamentalmente de la propia corporación en su discurrir histórico y de donaciones efectuadas por académicos y otros particulares.

Otra de sus instalaciones singulares es el Gabinete de Antigüedades, fundado por el Real Colegio de Farmacéuticos de Madrid durante el último cuarto del siglo XIX.

Entre sus fondos se encuentra instrumental científico y profesional, recipientes para la reposición de medicamentos, minerales, medallas y placas honoríficas, productos químicos y medicamentos, uniformes, fotografías, pinturas y dibujos.

La sala de exposiciones permanente se encuentra en la segunda planta, junto a la botica madrileña. A ella se accede por un pasillo donde en 2010 se situó una galería con retratos de los académicos de número que han pertenecido a la corporación.

También en 2010 se inauguró un espacio, la sala Utagawa, donde se halla una parte de los 577 grabados ukiyo-e, realizados entre los años 1760 y 1860, donados por los académicos correspondientes en Japón, Tadashi Goino y Rafael Melik Ohanjanyan. En ellos se recogen escenas de la vida popular japonesa y leyendas de la época Edo.

Una ventana abierta a la sociedad

La Academia pretende ser una ventana abierta a la sociedad. El instrumento que permita con el marchamo de la excelencia una opinión crítica sobre la salud y el medicamento. Para ello utilizan desde conferencias y mesas redondas a publicaciones y cursos monográficos, y lo hacen desde los métodos clásicos a los más modernos.

La Academia pretende ser una ventana abierta a la sociedad.

“No desoímos a nuestro pasado, amamos y custodiamos el legado de quienes, hace más de cuatrocientos años, pensaron en la conveniencia de asociarse. Pero nos preparamos para el futuro, en la vida cultural y científica española, en la difusión de nuestros conocimientos, en la anticipación de futuros escenarios sanitarios y en la reflexión sobre los problemas que afectan a la humanidad en la delicada frontera entre la ciencia y la ética. En definitiva, intentamos alcanzar, desde la libertad y la independencia, una sociedad mejor”, concluyen los académicos de la RANF.