El estudio Global Health Service Monitor 2022 elaborado por la compañía francesa Ipsos en 34 países entre el 22 de julio y el 5 de agosto de 2022, mostró que la salud mental es el mayor problema de salud al que dice enfrentarse la población española. De hecho, la preocupación por esta ha aumentado en 16 puntos respecto al año pasado y se sitúa en el 51 %, por encima del cáncer, con un 49 %.

Aunque todavía no se tienen datos precisos, determinados colectivos como el de las personas mayores y, en especial, el de niños y adolescentes, están experimentando un incremento de trastornos mentales. No obstante, ya hay algunos estudios que empiezan a desvelar esta realidad. Por ejemplo, en el documento “Estado Mundial de la Infancia 2021” de Unicef, la organización estima que un 13% de los jóvenes con edades entre 10 y 19 años padece un trastorno mental.

La preocupación por la salud mental ha aumentado en 16 puntos respecto al año pasado y se sitúa en el 51 %,
por encima del cáncer, con un 49 %.

Por otro lado, en el informe de 2021 de la Fundación ANAR, basado en llamadas de niños, adolescentes y su entorno que contactan para pedir ayuda relativa a este colectivo, queda reflejado que se ha producido un incremento del 54,6 % en cuanto a las consultas sobre problemas de salud mental.

Para hablar de esta realidad social, que como ya se sabe también ha afectado de forma especial a los profesionales sanitarios al estar en primera línea durante la pandemia por la COVID-19, Pharma Market ha entrevistado a Luis Agüera Ortiz, médico especialista en psiquiatría y experto del Centro de Salud Mental Aguacate de Madrid.

¿Es cierto que hay un aumento de los trastornos de salud mental en la población?

Hemos experimentado un aumento de la demanda. Todavía no ha pasado tiempo suficiente para realizar estudios y saber si hay más o menos casos, pero sí se ha incrementado la demanda en todos los servicios sanitarios de atención a la salud mental tanto por parte de psiquiatría como de psicología y en todas las franjas de edad. Sin embargo, las especialmente sensibles han sido las de los niños y adolescentes, por un lado, y las de las personas mayores, por otro.

"Se ha incrementado la demanda en todos los servicios sanitarios de atención a la salud mental tanto por parte de psiquiatría como de psicología y en todas las franjas de edad".

Cuando estábamos en el periodo de aislamiento por la pandemia de la COVID-19 y en los meses posteriores, paradójicamente se dio una disminución de la demanda, aunque también es cierto que todavía había muchas personas que tenían miedo a salir o a consultar a los servicios médicos. Sin embargo, en el último año se ha apreciado un incremento muy notable, pero es importante matizar que en el caso de niños y adolescentes este es previo a la pandemia. Al mismo tiempo, hay que añadir que con la pandemia se han tenido vivencias diferentes, no nos podíamos relacionar con otras personas… y esto ha descompensado en muchos casos y ha influido en lo que ya había previamente.

¿Qué tipo de problemas se están detectando en los más jóvenes?

Lo que hemos estado viendo últimamente en este grupo de edad son problemas de salud mental graves. Es decir, con necesidad de ingresos, intento de suicidio en niños de 12 y 13 años, incremento de la gravedad de trastornos de la alimentación, en adolescentes, por ejemplo, problemas de trastornos de la personalidad… En líneas generales, lo que nos preocupa a nivel internacional en Estados Unidos y Europa, son estos trastornos graves, de los que sí hemos apreciado un aumento.

"Lo que hemos estado viendo últimamente en este grupo de edad (niños y adolescentes) son problemas de salud mental graves".

Se han habilitado muchos servicios, como en el Hospital 12 de Octubre de Madrid donde también trabajo, en el que se han abierto nuevas unidades de hospitalización para adolescentes, y se han llenado desde el minuto uno. Todos los recursos nuevos enseguida se han quedado insuficientes.

¿Se conocen las causas de esta situación?

Para tener datos precisos necesitamos más tiempo, pero muy probablemente en el caso de niños y adolescentes, hay cierto vínculo con la disminución de contacto con sus padres o gente de su edad. En el momento del aislamiento por la pandemia, no podían ir al colegio, no jugaban con sus amigos, no se veían… La escuela posee un elemento organizador y estructurante y como todo se hacía en casa, lo otro no sucedía. Se está viendo que las redes sociales se utilizan cada vez más (de forma excesiva) y esto aunque puede tener aspectos positivos, probablemente sea un elemento perjudicial para estas mentes que se encuentran en etapa de maduración y desarrollo.

"Se está viendo que las redes sociales se uitilizan cada vez más (de forma excesiva) y esto aunque puede tener aspectos positivos, probablemente sea un elemento perjudicial para estas mentes que se encuentran en etapa de maduración y desarrollo".

El caso de las personas mayores es diferente porque ellos han aguantado el aislamiento de una manera más estoica o resiliente, debido a que ya vienen de una juventud en la que sufrieron privaciones y problemas. Pero sí ha habido repercusiones, al no salir a la calle y no poder caminar se han producido trastornos físicos. Quien estaba en una situación de fragilidad ha empeorado, y los que estaban en una vulnerabilidad cognitiva, esto es, en una situación emocional con un equilibrio precario, aunque han aguantado muy bien el tirón al final lo sucedido ha tenido un precio e igualmente han sufrido un deterioro en este sentido.

¿El momento actual y el futuro incierto están influyendo de alguna forma en la juventud?

Bueno, se pinta un futuro que no es muy halagüeño, pero yo no creo que esto incida directamente sobre la salud mental individual de un joven. Son preocupaciones que atañen a su generación de manera colectiva. Frente a este tipo de retos y situaciones es cierto que los jóvenes reaccionan y actúan con respuestas que son individuales y colectivas, y no siempre tiene que ser algo negativo.

"Se pinta un futuro que no es muy halagüeño, pero yo no creo que esto incida directamente sobre la salud mental individual de un joven".

Lo que está dándose mucho son las comparaciones. Estas suceden principalmente a través de las redes sociales. Hay cierta idealización del cuerpo y aunque eso siempre ha existido en revistas impresas, ahora la invasión en este sentido es muy grande. Existe la necesidad de ofrecer una imagen que el resto acepte: sí, coloco filtros pero como en realidad yo sé que no soy así me siento mal. En general, todo esto tiene mucho que ver con el número de horas que los adolescentes al igual que muchos adultos ocupan su tiempo las redes, porque no es un rato, son horas y horas. Se trata de un fenómeno completamente nuevo y seguro que no es saludable, sobre todo, insisto, en una etapa de maduración.

¿Cómo ha afectado a los profesionales sanitarios la pandemia?

Ha sido muy duro. Depende de donde estaba cada uno. Mucha gente ha tenido que pasar a la primera línea como los médicos de atención primaria que han arriesgado su propia vida. Se ha visto morir a muchas personas. Estamos entrenados para eso, pero no de una forma tan masiva. Muchos médicos que tenían otras especialidades se vieron obligados a hacer cosas que no habían realizado nunca antes. Todo depende de la capacidad individual de cada uno, y aunque es cierto que tenemos entrenamiento, sin embargo cuando se han visto una gran cantidad de cosas desagradables y tristes durante un tiempo prolongado, esa impotencia de no poder ayudar a la gente y en los primeros meses sin saber a lo que nos enfrentábamos, ha pasado factura.

"Desde los servicios de psiquiatría de toda España pusimos en marcha una atención preferente a los profesionales sanitarios, pero sorprendentemente no se utilizaron como esperábamos".

Desde los servicios de psiquiatría de toda España pusimos en marcha una atención preferente a los profesionales sanitarios, pero sorprendentemente no se utilizaron como esperábamos. Esto es algo que nos llamó mucho la atención. Pensamos que esto probablemente sucedió porque buscaron refugio entre sus seres queridos.

¿Y el papel de los farmacéuticos en la salud mental?

Los farmacéuticos han tenido y siguen teniendo un papel fundamental, ya que han estado en primera línea y además muy poco protegidos y apenas cuidados. Todavía te dicen que la gente se enfada cuando para entrar en la farmacia se tiene que poner la mascarilla, pero hay que entender que ellos se pasan ocho horas atendiendo a todo tipo de personas y la COVID-19 no se ha terminado. Este colectivo ha sido otro de los grupos profesionales que lo han pasado mal. Las farmacias han sido clave, y eso cabe reconocerlo porque se habla de los médicos, las enfermeras…, pero los farmacéuticos son agentes sanitarios que han estado ahí también.  La farmacia comunitaria es un elemento fundamental y cada vez más.

"Las farmacias han sido clave, y eso cabe reconocerlo porque se habla de los médicos, las enfermeras…, pero los farmacéuticos son agentes sanitarios que han estado en la primera línea exactamente igual". 

¿Qué opina del Plan de Acción de Salud Mental que está desarrollando el Ministerio de Sanidad?

Es un plan con buenas intenciones, pero todo lo que no venga acompañado de la correspondiente masa económica para ponerlo en marcha se queda en un catálogo de buenas intenciones. No se ha consultado con los profesionales todo lo que se debería. Yo soy parte de la junta de la Sociedad Española de Psiquiatría y aunque sí se nos preguntó, muchas cosas ya venían hechas. Desde luego, esto es mejor que no hacer nada, aunque cualquier plan es papel mojado si no se pone dinero para ejecutarlo. Es necesario contratar profesionales, hacer campañas…. Es un paso que se agradece, sin embargo solo son buenas intenciones y se queda corto.