Farmacia17 de septiembre, 2021
La incorporación del farmacéutico clínico a los equipos multidisciplinares de intensivos reduce errores de medicación, eventos adversos y mortalidad
Intensivistas y Farmacéuticos de Hospital ha evaluado la implantación de prácticas seguras con los medicamentos.
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Intensivistas y Farmacéuticos han presentado un documento conjunto en el que apuestan por la incorporación de códigos de barras en los medicamentos, la generalización de la prescripción electrónica integrada y la incorporación del farmacéutico especialista en las UCI para reducir errores de medicación, eventos adversos y mortalidad. Se trata de un artículo publicado en la revista Medicina Intensiva y que responde al título ‘Evaluación de la implantación de prácticas seguras con los medicamentos en los Servicios de Medicina Intensiva’.
Las conclusiones del texto se han presentado con motivo del Día Mundial de la Seguridad del Paciente 2021, que se celebra hoy 17 de septiembre.
Datos e información
La recogida de datos para elaborarlo, se inició en marzo de 2020 y tuvo una muy buena acogida a pesar de la situación derivada de la pandemia por COVID-19. Este hecho puso de manifiesto el interés de los profesionales sanitarios de ambas especialidades por la mejora de la seguridad.
“La información proporcionada por este estudio va a ser de gran utilidad para planificar las actuaciones de mejora en las áreas que pueda ser de mayor interés trabajar de forma conjunta por la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) y la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC), con el fin de avanzar de forma efectiva en la seguridad del paciente crítico, explica la doctora María Cruz Martín, jefa del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario de Torrejón y responsable del estudio por parte de la SEMICYUC.
El estudio es fruto de un convenio suscrito entre ambas sociedades en el que se estableció como línea prioritaria de colaboración el trabajar conjuntamente en la mejora de la seguridad de la medicación en los pacientes críticos, dado que estos pacientes tienen un riesgo muy alto de sufrir eventos adversos evitables por medicamentos. Estas actividades están en consonancia con los objetivos estratégicos del Plan de Acción Mundial de Seguridad del Paciente 2021-2030 de la Organización Mundial de la Salud.
Resultados y perspectiva futura
En líneas generales lo que ha mostrado este análisis es que existen numerosas posibilidades de mejora que es necesario abordar para reducir los eventos adversos evitables por la medicación en los pacientes críticos. Aunque se observaron diferencias en el grado de implantación de diversas prácticas entre los servicios, la información recogida ha revelado que hay también numerosas prácticas seguras efectivas de eficacia probada cuya implantación es baja o muy escasa en nuestro país.
Tal y comenta la doctora María José Otero, jefe del Servicio de Farmacia del Hospital Universitario de Salamanca, directora del ISMP-España y coordinadora del estudio por parte de la SEFH: “Entre estas prácticas destacan la incorporación de nuevas tecnologías, particularmente el código de barras en la administración, cuya incorporación es anecdótica, pero también la disponibilidad de sistemas de prescripción electrónica integrados y de sistemas de soporte a la decisión clínica, o de bombas de infusión inteligentes, que resulta claramente insuficiente. Los datos indican que la incorporación del farmacéutico clínico a los equipos multidisciplinares de intensivos es muy baja, cuando la evidencia avala que con ello se reducen los errores, los eventos adversos y la mortalidad”.
"Los datos indican que la incorporación del farmacéutico clínico a los equipos multidisciplinares de intensivos es muy baja, cuando la evidencia avala que con ello se reducen los errores, los eventos adversos y la mortalidad”.
Por último indicar que los autores del artículo ha añadido a su vez sus propias conclusiones: “Pensamos que la realización del estudio ha promovido la utilización del cuestionario y, con ello, que los profesionales revisen sus procesos y debatan sobre las prácticas seguras de utilización de medicamentos en sus servicios, lo que en definitiva les estimula a emprender medidas de mejora en los centros”.
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