Hospitales3 de agosto, 2022
El Comité Científico del Adulto Mayor del Icomem publica un documento para mejorar la atención sanitaria de los mayores hospitalizados
El texto incide en la humanización de la atención al adulto mayor y la formación de los médicos hospitalarios.
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El Comité Científico del Adulto Mayor del Colegio de Médicos de Madrid (Icomem) ha elaborado un documento de posicionamiento en el que establece diferentes líneas de actuación para mejorar la atención sanitaria del paciente mayor en el hospital.
Las recomendaciones recogidas en el documento se ha elaborado con la participación de médicos especialistas en medicina interna y geriatría.
Las recomendaciones recogidas en el documento, que se ha elaborado con la participación de médicos especialistas en medicina interna y en geriatría, conforman un cambio en el modelo asistencial de las personas de edad avanzada. Este incluiría una valoración geriátrica integral que comenzaría desde la llegada del paciente al hospital, en ocasiones mediante las Urgencias, y se extendería durante todo el proceso de actuación, incluida la posterior continuidad asistencial.
Todos los médicos hospitalarios, independientemente de su especialidad, deben adaptar su práctica clínica a las necesidades específicas del paciente de edad avanzada.
“Los hospitales están llenos de gente mayor. Los números hablan por sí solos y algunos son realmente alarmantes: proporciones muy altas, de más del 50 % de los mayores de 85 años, han estado ingresados en el último año. Por tanto, es un problema cuantitativamente importante pero también cualitativamente”, ha indicado el presidente del Comité Científico del Adulto Mayor, el doctor Pedro Gil en el coloquio grabado en el Icomem.
La necesidad de crear este documento de posicionamiento se debe a que el perfil del paciente que ingresa en los hospitales ha cambiado en las últimas décadas debido a los cambios demográficos y los avances sanitarios.
“Todos los que trabajamos en el ámbito hospitalario sabemos que el ingreso hospitalario es un factor de riesgo de deterioro y puede desarrollar discapacidad o dependencia”.
“Todos los que trabajamos en el ámbito hospitalario sabemos que el ingreso hospitalario es un factor de riesgo de deterioro y puede desarrollar discapacidad o dependencia”, ha recordado el doctor Gil. Por tanto, todos los médicos hospitalarios, independientemente de su especialidad, deben adaptar su práctica clínica a las necesidades específicas del paciente de edad avanzada.
Mejorar la atención de los mayores hospitalizados
El concepto de salud en el adulto mayor contempla su bienestar físico, mental y social, por lo que se recomienda adaptar, de forma generalizada e independiente del servicio donde esté ingresado el adulto mayor, las instalaciones y la asistencia a las necesidades de las personas mayores hospitalizadas.
Para abordar todo el proceso es importante realizar una valoración geriátrica integral adaptada al entorno en donde se encuentre el paciente con sus cuatro dominios (clínico, funcional, mental y social). Esta valoración se puede efectuar desde el Servicio de Urgencia Hospitalaria, que es el primer eslabón de entrada del paciente al hospital. Asimismo, es importante la creación de equipos multidisciplinares especializados y formados en la atención al adulto mayor.
Esta valoración se puede efectuar desde el Servicio de Urgencia Hospitalaria, que es el primer eslabón de entrada del paciente al hospital.
Por otro lado, las recomendaciones del Comité Científico del Adulto Mayor contemplan la posibilidad de protocolizar la asistencia de las complicaciones clínicas más frecuentes y realizar reuniones periódicas del equipo para establecer objetivos de asistencia personalizados y planificar de forma precoz el alta hospitalaria.
Además, el documento de posicionamiento puntualiza que la humanización en la atención al adulto mayor representa una necesidad en la mejora de la calidad asistencial. Por esta razón, es necesaria la creación de un entorno que proteja y que no favorezca el desarrollo de discapacidad.
Es necesaria la creación de un entorno que proteja y que no favorezca el desarrollo de discapacidad.
Por último, se aconseja mejorar la capacitación del profesional médico que atiende al adulto mayor mediante programas de formación.