El 41,3% de los españoles mayores de 65 años sufre hipertensión.
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A partir de los 55 años, casi el 50% de las personas son hipertensas. Además, según el “V Barómetro sobre el Autocuidado de la población española” de Pic Solution, especializada en productos para el autocuidado de la salud, menos de la mitad (46,3%) de los españoles asegura controlar su tensión arterial al menos una vez al mes.
La Organización Mundial establece la hipertensión arterial como la primera causa de muerte en el mundo, mientras que en España, un 40% de la población adulta padece hipertensión, según la Sociedad Española de Hipertensión (SEH-LELHA).
Este es uno de los motivos por los que el doctor José Antonio García Donaire, presidente de la Sociedad Española de Hipertensión, insisten en la importancia de concienciar a la población acerca de la necesidad de realizar controles periódicos y “prestar atención a posibles señales como pueden ser: cefaleas matutinas con características distintas a las habituales, ritmo cardíaco irregular, aturdimiento, mareos o alteraciones visuales”, con el propósito de “facilitar el diagnóstico temprano de la patología y recibir el tratamiento adecuado”.
El autocuidado en la salud cardiovascular
En el contexto de una jornada como hoy, Día Mundial de la Hipertensión Arterial (17 de mayo), es pertinente preguntarse si los españoles saben identificar los síntomas de la hipertensión arterial. Según los datos registrados en el V Barómetro sobre Autocuidado, el 41,3% de la población española mayor de 65 años padece hipertensión. Sin embargo, los problemas de tensión no atañen exclusivamente a la población mayor, sino que los jóvenes también sufren problemas de tensión, representado un 25% de las personas entre 25 y 45 años.
El 41,3% de la población española mayor de 65 años padece hipertensión.
El autocuidado de la población se ha incrementado a consecuencia de la pandemia, al menos así lo han manifestado el 72,4% de los españoles que asegura preocuparse más por su salud después de que comenzara la crisis sanitaria.
Organismos como la OMS aseguran que existen una serie de factores asociados a un mayor riesgo de padecer hipertensión como, por ejemplo, la alimentación, las sustancias nocivas como el alcohol o el tabaco, así como la falta de ejercicio. Así, los españoles reconocen como pilares fundamentales del autocuidado la alimentación adecuada (84,7%); evitar el consumo de tabaco y alcohol (70,7%) o mantener una actividad física regular (83,2%). Además, hombres y mujeres coinciden en que el control de parámetros como la tensión o el peso son otra piedra angular para el cuidado personal (72,9%).
Un 46,3% de los españoles opta por comprobar su tensión arterial al menos una vez al mes, siendo el hogar (64,6%), la consulta del médico (31,2%) y la farmacia (24,4%) los lugares más repetidos.
Controlar la tensión es uno de los métodos de prevención más para evitar problemas cardiovasculares severos que pueden verse agravados por otras patologías o enfermedades. Así, un 46,3% de los españoles opta por comprobar su tensión arterial al menos una vez al mes, siendo el hogar (64,6%), la consulta del médico (31,2%) y la farmacia (24,4%) los lugares más repetidos para hacer el seguimiento. Con el paso de los años varía la tendencia y los adultos que preferían hacer el seguimiento en la farmacia o la consulta del médico optan por tener su propio aparato en casa, una predisposición que aprecian más los hombres siendo ellos los que más lo utilizan (55,6%).
Hipertensión y riñones
Aunque por norma general la población es consciente de que la presión arterial elevada puede perjudicar la salud cardiovascular, muchas personas no conocen que la hipertensión mantenida en el tiempo puede generar también daño en otros órganos, como los riñones. Su control, por tanto, también es primordial para prevenir la aparición de enfermedad renal crónica y su evolución que, en un grado avanzado, requiere de tratamientos como el trasplante o la diálisis.
Muchas personas no conocen que la hipertensión mantenida en el tiempo puede generar también daño en otros órganos, como los riñones.
De este tema y otros vinculados a la enfermedad renal crónica se hablará en la 23ª Jornada de Nefrología y Atención Primaria, organizada por la por Unidad de Hipertensión y Prevención de Daño Renal de la Fundació Puigvert y los Equipos de Atención Primaria-Dreta de Barcelona y patrocinada por Fresenius Medical Care, que tendrá lugar mañana 18 de mayo en formato híbrido.
Tener hipertensión es la segunda causa de insuficiencia renal y por eso su tratamiento es tan importante.
Este año se ha establecido hablar, entre otros asuntos, de los factores de riesgo de enfermedad renal como son la diabetes o la hipertensión. Tener hipertensión es la segunda causa de insuficiencia renal y por eso su tratamiento es tan importante. Además, en personas con enfermedad renal crónica e hipertensas, el control de la presión arterial es, probablemente, la intervención más importante para minimizar la progresión de la enfermedad renal.
Como explica la doctora Patricia Fernández-Llama, responsable de la Unidad de Hipertensión del Servicio de Nefrología de la Fundació Puigvert y co-directora de esta jornada, “el riñón no es más que un órgano vascular muy especializado, es decir, su estructura está formada por muchos vasos sanguíneos y la hipertensión los deteriora, precisamente, la parte interna de las venas y arterias. Este daño hace que se pierdan proteínas en la orina, que a su vez generan inflamación del tejido, lo que conduce a una fibrosis de las nefronas y pérdidas en su capacidad de filtrar la sangre”.
La presión arterial elevada no controlada está detrás de casi el 20% de los pacientes en diálisis por enfermedad renal crónica.
Otro problema añadido es que el riñón, cuando se enferma, puede generar a su vez hipertensión. De hecho, según señala esta especialista, la presión arterial elevada no controlada está detrás de casi el 20% de los pacientes en diálisis por enfermedad renal crónica.
“Establecer modelos de detección precoz, cambios en el estilo de vida y tratamiento, si es necesario para su control, es fundamental para evitar que se dañen órganos tan importantes como el riñón. Por este motivo, la labor de los médicos de Atención Primaria es tan relevante, ya que ellos son los que pueden diagnosticar este problema en la mayoría de las ocasiones. Ante una hipertensión, estos profesionales deberían realizar un análisis de sangre y uno de orina para conocer si el riñón está dañado. Porque detectar una enfermedad renal en su fase inicial puede permitir frenar su evolución”, concluye la doctora Francesca Calero.