I+D22 de junio, 2021
La biopsia líquida podría ser el primer paso para detectar el cáncer de mama mediante un análisis de sangre
Expertos de GEICAM debaten sobre la utilidad de las plataformas genómicas para identificar el riesgo de recaída.
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Las investigaciones en torno a la biopsia líquida, que permite detectar la composición molecular de los tumores en fluidos corporales, buscan demostrar la utilidad de esta herramienta en la mejora del manejo de los pacientes oncológicos. Aunque aún queda por avanzar para lograr su uso generalizado en la práctica clínica, los expertos se muestran optimistas en cuanto a la aportación de estas pruebas al pronóstico de la enfermedad y en las decisiones sobre el tratamiento.
Así lo han explicado los expertos en el marco de la 14ª Revisión Anual GEICAM de Avances en Cáncer de Mama (RAGMA21), que celebra el Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama, celebrada recientemente.
El análisis de las células tumorales circulantes y del ADN tumoral circulante (ADNct), que es el ADN que se desprende de los tumores al torrente sanguíneo, es una estrategia no invasiva que ofrece información que puede ayudar a determinar cuáles son los impulsores clave del cáncer de mama y a guiar la terapia, especialmente en el entorno metastásico, además de a identificar qué pacientes con enfermedad en etapa temprana podrán recaer de la enfermedad, según el doctor Milan Radovich, de la Indiana University School of Medicine, que ha pronunciado la conferencia especial de este encuentro anual.
Según el parecer de este especialista, para los pacientes en los que una biopsia de tejido tumoral no es segura o factible, una biopsia líquida puede ser una buena alternativa. “Creo que podemos imaginarnos fácilmente un día en el que la detección del cáncer se realice con una simple extracción de sangre, y esto será muy útil para las personas que tienen un alto riesgo de desarrollar cáncer de mama”, afirma el doctor Radovich.
Sin embargo, aún queda por avanzar en este tipo de pruebas. La detección de la enfermedad mínima residual (EMR), en el contexto de la enfermedad temprana, empleada para ver si el tratamiento del cáncer está funcionando y para guiar los planes de tratamiento futuros, es otra de las aplicaciones de la biopsia líquida en la que se está investigando. “Aún no sabemos si una intervención terapéutica precoz en los pacientes en los que se detecte ADNct tras la cirugía y el tratamiento adyuvante puede mejorar los resultados de supervivencia, por lo que habrá que esperar a ensayos clínicos futuros”, señala.
Una de las desventajas que presenta la biopsia líquida es su reducida sensibilidad para detectar mutaciones en comparación con la biopsia de tejido tumoral, por lo que, para este experto, debe considerarse una herramienta complementaria a la tradicional biopsia de tejido. Es por ello que, a pesar de las buenas perspectivas de este tipo de pruebas, su aplicabilidad clínica aún se está evaluando en la actualidad, según incidió también otro de los ponentes en RAGMA, el doctor Richard Buus, del The Institute of Cancer Research, en Londres.
Plataformas genómicas
Otras de las herramientas emergentes para establecer el pronóstico de la enfermedad sobre las que se ha debatido durante el encuentro son las plataformas genómicas, con un papel clave en la identificación del riesgo de recaída en personas con tumores con receptores hormonales positivos. "Entre sus principales retos se encuentra lograr la identificación de los pacientes con un riesgo de recaída lo suficientemente bajo tras la cirugía como para ser tratados solo con terapia endocrina y evitar de manera segura el tratamiento con quimioterapia, con las implicaciones que ello tiene sobre su calidad de vida", explica el doctor Buus.
Del análisis de estas plataformas se desprende que a menudo proporcionan resultados discordantes entre ellas para el mismo paciente, lo que ha llevado a investigar los “drivers” (conductores) moleculares de estas pruebas. “Algunas se rigen sobre todo por señales de proliferación tumoral (la división de las células del tumor), mientras que otras se basan más en la medición de la sensibilidad que el tumor tiene al estímulo de los estrógenos”. Estas propiedades explican su rendimiento pronóstico y pueden ayudar a los médicos a interpretar los resultados de la prueba y elegir la terapia más adecuada”, señala este especialista.