I+D8 de octubre, 2021
La pandemia por la COVID-19 ha puesto en evidencia que la salud mental es una cuestión de todos y necesita servicios de calidad
El próximo 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental.
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La salud y el bienestar mental están cobrando especial protagonismo esta semana debido a que el próximo 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental. Precisamente uno de los aspectos que se ha constatado desde distintos ámbitos es que la pandemia por la COVID-19 ha afectado en este sentido a parte de la población. Sin embargo, la salud mental abarca muchos aspectos y es por ello que este año su lema: "Atención de salud mental para todos: hagámosla realidad", pretende instar a los gobiernos de todo el mundo a que establezcan servicios de salud mental de calidad en todos los niveles. De hecho, desde la Organización Mundial de la Salud, se reconoce que a raíz de esta sistuación de pandemia mundial algunos países han encontrado nuevas formas de prestar atención de salud mental a sus habitantes.
Un problema del pasado, presente y futuro
En este contexto, Celso Arango, presidente de la Asociación Española de Psiquiatría y asesor de “Headway 2023 - Mental Health Index”- una iniciativa sobre salud mental concebida e impulsada por The European House - Ambrosetti, un Think Tank, en colaboración con Angelini Pharma-, asevera que es cierto que la pandemia de la COVID-19 ha tenido consecuencias importantes en la salud mental de toda la población, pero el contexto de esta en el continente europeo ya era preocupante antes de esta situación: “En Europa, hay más de 84 millones de personas con trastornos mentales y 165.000 muertes anuales por enfermedad mental , 50.000 de ellas por suicidio. De hecho, las enfermedades mentales son la segunda causa más común de discapacidad en Europa. Hay que tener en cuenta que la esperanza de vida de las personas con esquizofrenia (60 años en los hombres y 68 años en las mujeres) es 13–15 años menor que la del resto de la población. Además, el suicidio es la sexta causa de muerte en la población general y la cuarta causa de muerte entre la población joven y, en algunos países, la repercusión de los trastornos mentales en los jóvenes es mayor que la de todos los demás trastornos médicos juntos”.
En opinión de Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, “los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en el año 2030 y cerca de un 25% de la población sufrirá algún trastorno de salud mental a lo largo de su vida.” Por este motivo, Mesonero considera que “ha llegado el momento de derogar las consideraciones antiguas que relegan a las personas con estas discapacidades a la inactividad y/o dependencia para poner en valor sus competencias, habilidades y talento”.
La ansiedad en redes sociales
Según se desprende del segundo estudio “La ansiedad en tiempos de coronavirus: la conversación en Twitter y las consultas en Google”, del Grupo Hospitalario HLA, la conversación y el interés por la ansiedad en el entorno on-line se ha visto influido de forma muy significativa por la pandemia.
De los datos recogidos en el informe, la conversación sobre ansiedad en Twitter presenta un incremento del 102% de las menciones vinculadas a este término entre enero de 2020 y septiembre de 2021, si se compara con el mismo periodo anterior (21 meses, entre abril de 2018 y diciembre de 2019). En el caso de las búsquedas realizadas en Google, actualmente se registran cifras parecidas a las de pre-pandemia, unas 40.500 al mes, si bien, el año pasado las búsquedas mensuales rondaban las 52.000.
Por tanto, desde inicios de 2020, se han producido 1.391.798 menciones a la ansiedad en Twitter (tuits, retuits o comentarios), registrándose el mayor pico en marzo de 2020, en los peores momentos de la crisis de la COVID-19 y el confinamiento. Según el estudio, a partir de ese momento, el número de menciones fue descendiendo hasta diciembre de 2020, y tras unas Navidades con restricciones, se ha mantenido en una tendencia al alza.
Santiago Pérez, director de la Unidad de Psicología de HLA Montpellier (Zaragoza), explica que los datos estudio del Grupo Hospitalario HLA han tenido una traducción real también en las consultas con los especialistas. “Hay muchos pacientes que antes de la pandemia no solo no tenían ningún tipo de patología previa, sino que, además, no tenían visos de llegar a tener la necesidad de consultar con un especialista, y que, de pronto, empiezan a sentirse de una manera en la que no saben cómo gestionar lo que les está pasando. Además, los pacientes con patologías previas pasan por diferentes fases durante la pandemia, el primer confinamiento, el final de las restricciones del año pasado y la nueva normalidad, con una forma muy distinta de afrontar cada una de estas fases”. El especialista apunta que los tipos de trastorno que más han aumentado en consulta durante los últimos meses son el trastorno de estrés postraumático y los trastornos de la alimentación.
“Hay muchos pacientes que antes de la pandemia no solo no tenían ningún tipo de patología previa, sino que, además, no tenían visos de llegar a tener la necesidad de consultar con un especialista, y que, de pronto, empiezan a sentirse de una manera en la que no saben cómo gestionar lo que les está pasando".
Como parte positiva, Santiago Pérez pone en valor que desde el inicio de esta crisis sanitaria se ha ido reduciendo el estigma de acudir al psicólogo en busca de ayuda y se ha ido normalizando socialmente.
Diferencias de género
Por otro lado, según los resultados del informe “Headway 2023", el 83% de las mujeres asegura que la pandemia ha afectado negativamente a su salud mental, en comparación con el 36% de los hombres.
A su vez se ha comprobado que las mujeres embarazadas, las mujeres en el puerperio o las que han experimentado traumas, como aborto espontáneo o abuso por parte de la pareja, son más vulnerables a los efectos psicológicos de la pandemia. La carga de las tareas domésticas y el cuidado de los niños también tiene una repercusión significativa en el bienestar mental de las mujeres, ya que el 44% de las mujeres con hijos menores de 12 años declaran haber tenido dificultades con las responsabilidades domésticas, en comparación con el 20% de los hombres.
Trabajo y salud mental
El informe de Headway 2023 también ha revelado que los problemas de salud mental, en especial los de tipo leve a moderado, afectan al 20% de la población en edad de trabajar en un momento dado de su vida, mientras que el 70% de los empleados refieren formas leves a moderadas de problemas de salud mental. La enfermedad mental también puede tener una repercusión significativa en la capacidad de las personas para trabajar, lo que limita su participación en el mercado laboral.
En esta línea, se ha observado que las tasas de empleo de las personas con trastornos mentales graves son muy bajas (entre el 45% y el 55%) y que estos trabajadores reciben un salario un 58% inferior a la media. En general, en toda Europa, la tasa de empleo de las personas que padecen depresión es muy heterogénea, con cifras que varían entre el 27% en Rumanía y el 68% en Alemania; además, los episodios de absentismo laboral son frecuentes y el coste de la pérdida de productividad laboral es elevada (equivalente al 1,6% del PIB europeo).
Por otro lado, a medida que ha ido avanzando la pandemia, la exposición prolongada de los profesionales sanitarios a situaciones extremadamente estresantes y potencialmente traumáticas les hace especialmente vulnerables al estrés mental y la ansiedad, con efectos a largo plazo en su salud. En Europa, el 57% de los profesionales sanitarios han notificado síntomas de estrés postraumático durante el pico de la pandemia.
Al mismo tiempo y en relación con el ámbito laboral, según el primer informe "Un Empleo para la #SaludMental", desarrollado por la Fundación Adecco, con la colaboración de Johnson & Johnson, un 75% de la población destaca que el empleo le está ayudando, efectivamente, a afrontar el problema de salud mental, mejorando su calidad de vida global. Asimismo, un 67% expone que trabajar ha incrementado su autoestima y confianza; seguido de un 46% que ha visto mejorar su ocio y bienestar. Por otra parte, un 39% ha estrechado su relación con familiares y amigos y un 34% subraya que, incluso, ha ampliado su red de apoyos gracias a los nuevos contactos que le brinda su experiencia profesional.
Opinión de la población
Por su parte, la empresa Securitas Direct ha presenta los datos de un estudio realizado con el Instituto Sondea, en el que se ha encuestado a más 2.000 personas de entre 30 a 65 años. De sus resultados, se desprende que 9 de cada 10 españoles (92,61%) opinan que el cuidado de la salud mental debe ser una prioridad para las administraciones. Por otro lado, el 93,95% piensa que en España queda mucho camino por recorrer respecto a esta problemática y cómo solucionarlo. En general, son las mujeres, en mayor proporción que los hombres, las que muestran más preocupación al respecto.
En cuanto a los principales motivos que pueden provocar problemas mentales, particularmente ocasionados por la COVID-19, se encuentran la soledad (75,75%), la angustia ante la incertidumbre (73,64%), los problemas económicos (65,08%) y el miedo a tener problemas de salud (64,09%). En últimas posiciones se encuentran la falta de libertad (44,17%) y la sobre información (36,94%).
Para las personas de mayor edad, la angustia ante la incertidumbre es su principal motivo de preocupación, mientras que, a las personas más jóvenes, lo que le causa más ansiedad es la sobre-información.
En cuanto a cuál es el colectivo que más ha visto afectada su salud mental por la pandemia, el 41,47% de españoles opina que son las personas mayores, seguido por todos por igual (36,45%) y por las mujeres, ya en menor medida (10,67%).