I+D13 de julio, 2022
Los profesionales sanitarios y las guías clínicas resultan clave para desmontar falsos mitos sobre la vitamina D
En España, la deficiencia de vitamina D ha sido descrita en todas las edades y en ambos sexos.
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La desinformación entre la población general que hay en torno a la vitamina D ha sido el objeto del debate “Cuidado con las fuentes, de vitaminas muchos hablan pero pocos conocen”, celebrado recientemente de forma presencial y virtual. La charla, moderada por Margarida Mas, delegada de la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) en Cataluña, ha mostrado cuál es el panorama actual a la hora de hablar sobre vitamina D y se ha plasmado el papel primordial que cumplen los profesionales en consulta al pautar su consumo.
Bulos sobre Vitamina D
El punto de partida sobre las informaciones de vitamina D y su mayor o menor beneficio se han generado en gran medida con la llegada de la COVID-19, cuando empezaron a crearse una importante cantidad de bulos.
La información errónea o falsa perjudica la salud de las personas, por ello es importante valerse de fuentes confiables y evitar propagar información no verificada: “Es necesario combatir los bulos de salud y formar a pacientes, profesionales sanitarios y ciudadanos en el acceso a información veraz sobre salud en internet, y en la mejora de la comunicación clínica. “Todos tenemos una responsabilidad a la hora de divulgar en salud, medios de comunicación, organizaciones, profesionales sanitarios y población en general. No podemos lanzar mensajes alarmistas ni falsas promesas porque eso tiene consecuencias en salud. La base debe ser siempre en la evidencia de las guías clínicas”, ha recalcado Carlos Mateos, coordinador del Instituto #SaludsinBulos.
El punto de partida sobre las informaciones de vitamina D y su mayor o menor beneficio se han generado en gran medida con la llegada de la COVID-19, cuando empezaron a crearse una importante cantidad de bulos.
Hipovitaminosis e Hipervitaminosis
La hipovitaminosis o deficiencia de vitamina D se ha convertido en un problema de salud pública en todo el mundo y afecta a más de la mitad de la población. En España, la insuficiencia/deficiencia de vitamina D ha sido descrita en todas las edades y en ambos sexos (niños, jóvenes, adultos, mujeres posmenopáusicas y ancianos).
La hipovitaminosis o deficiencia de vitamina D se ha convertido en un problema de salud pública en todo el mundo y afecta a más de la mitad de la población.
De igual modo, la prevalencia es alta entre muchos tipos de procesos patológicos, como en pacientes con obesidad, diabetes, enfermedad renal crónica o dermatitis atópica, entre otros.
Sociedades científicas nacionales, como la Sociedad Española de Investigación Ósea y Metabolismo Mineral (Seiomm) e internacionales como la International Osteoporosis Fundation (IOF), la American Association of Clinical Endocrinologists (AACE), la Endocrine Society (ES) y la National Osteoporosis Fundation (NOF), han acordado que las necesidades óptimas de colecalciferol (vitamina D3) son las que permiten mantener unos niveles séricos en torno a 30 ng/mL.
La suplementación con vitamina D está indicada para el tratamiento de la hipovitaminosis, por lo que el médico especialista es quien debe pautar un tratamiento individualizado para el paciente, prestando especial atención a sus hábitos, estado de salud y requerimientos.
La suplementación con vitamina D está indicada para el tratamiento de la hipovitaminosis, por lo que el médico especialista es quien debe pautar un tratamiento individualizado para el paciente, prestando especial atención a sus hábitos, estado de salud y requerimientos. “En un tratamiento de hipovitaminosis D pueden utilizarse de inicio 25.000 UI de vitamina D3 (colecalciferol) a la semana durante los primeros meses para recuperar los niveles de vitamina D, y continuar con un mantenimiento con 25.000 UI de colecalciferol mensual o quincenal. La IOF y la ES recomiendan en la población de riesgo y con osteoporosis mantener una ingestión de 1.500-2.000 UI de colecalciferol/día (equivalentes a 25.000 UI de colecalciferol quincenal)”, apunta el doctor Gonzalo Allo especialista del servicio del endocrinología del Hospital 12 de Octubre de Madrid.
"La IOF y la ES recomiendan en la población de riesgo y con osteoporosis mantener una ingestión de 1.500-2.000 UI de colecalciferol/día (equivalentes a 25.000 UI de colecalciferol quincenal)”.
Asimismo, y pese a que se trata de una complicación infrecuente, la sobredosificación de vitamina D puede derivar en una situación de hipercalcemia. Es por ello que la figura del médico y el especialista se posicionan como indispensables a la hora de diagnosticar un déficit en vitamina D, indicar el tratamiento adecuado al paciente (dosis y frecuencia) y hacer un seguimiento de sus niveles de vitamina D.
Perfil de pacientes con déficit de vitamina D
Existe una parte de la población con deficiencia en los niveles de vitamina D en la que hay que poner el foco para su detección precoz, además de los pacientes con osteoporosis, como puede ser población anciana con inmovilizados u hospitalizado, población que durante todo el año utiliza ropa que cubre todo el cuerpo, sobre todo mujeres embarazadas de piel oscura, pacientes con malabsorción intestinal (celíacos, enfermedad inflamatoria intestinal, gastrectomía o cirugía bariátrica), pacientes con patologías donde se contraindique la exposición solar, pacientes con insuficiencia renal, hiperparatiroidismo u obesidad mórbida, pacientes con signos de osteomalacia o dolores óseos.
Existe una parte de la población con deficiencia en los niveles de vitamina D en la que hay que poner el foco para su detección precoz.
Niveles de vitamina D en diversas áreas terapéuticas
Además de su importancia en el metabolismo del hueso, la vitamina D influye directamente en numerosas áreas de nuestro organismo, y se ha demostrado que la deficiencia de dicha vitamina se asocia con: alteración del sistema inmunitario (frente a la prevención de infecciones, o en enfermedades autoinmunes), aumento de prevalencia de cáncer de colon, deterioro de los problemas de la piel, menor rendimiento muscular y mayor riesgo de patología cardiovascular.
El experto también abordó el papel relevante que cumple la Vitamina D en el deporte y cómo los niveles adecuados se relacionan con mejoría de la función muscular y menor cantidad de lesiones.