I+D17 de octubre, 2020
Más de la mitad de los pacientes oncológicos presentarán dolor irruptivo durante la evolución de su enfermedad
Con motivo del Día Mundial contra el Dolor, Kyowa Kirin busca concienciar sobre la problemática de estos pacientes.
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Hoy, día 17 de octubre se celebra el Día Mundial contra el Dolor. Una de las formas de dolor más difíciles de controlar es el dolor irruptivo. Los datos epidemiológicos revelan que más de la mitad de los pacientes oncológicos presentarán dolor irruptivo durante la evolución de su proceso oncológico. La prevalencia global del dolor irruptivo oncológico (DIO) es del 59,2%, y en el caso de cáncer metastásico es aún mayor, manifestándose en el 70% de estos pacientes. Recientes estudios revelan también que la prevalencia del DIO en pacientes ambulatorios es menor (39,9%), que la de los pacientes en centros de cuidados paliativos (80,5%).
El dolor irruptivo aparece de forma súbita y transitoria y se caracteriza por su intensidad elevada, un inicio rápido (1-5 minutos) y una frecuencia de 1 a 4 episodios al día, con una duración media de 45 minutos. Según explica el doctor César Margarit, jefe de la Unidad del Dolor del Hospital General de Alicante y miembro de la Sociedad Española del Dolor (SED) “a veces el desencadenante es fácilmente identificable (al toser o moverse), o puede aparecer de forma inesperada. Esta aparición súbita limita la funcionalidad de los pacientes, genera miedo y además, por su elevada intensidad, sufrimiento y dolor”.
El dolor irruptivo tiene un impacto sustancial en la calidad de vida de los pacientes. El doctor Margarit, ha explicado que “el DIO afecta a todas las facetas de su vida: a nivel físico porque supone un dolor muy intenso, agudo, inesperado en muchas ocasiones; a nivel psicológico porque produce ansiedad, miedo, depresión; y socialmente lleva al retraimiento social, alteración de las relaciones laborales, sociales y familiares”. Para los especialistas, el manejo del dolor es uno de los síntomas a tratar y prevenir en los pacientes oncológicos, dentro de un abordaje global de cuidados continuos.
La necesidad de herramientas de evaluación validadas ha sido una limitación en el abordaje del DIO. Está demostrado que la mejora del dolor, en su faceta de abordaje tridimensional (bio-psico-social), mejora la calidad de vida de todos los pacientes en general, con especial énfasis en los pacientes con cáncer, produciendo un aumento en la supervivencia. Siempre que sea posible, los pacientes deben ser alentados a ser agentes activos en la gestión de su propio dolor.
Por su parte, Norberto Villarrasa, director general Kyowa Kirin España, ha comentado que “históricamente nuestra principal área de interés está orientada a mitigar el dolor irruptivo oncológico que sufren los pacientes, así como otras patologías relacionadas, como puede ser el estreñimiento asociado al uso de analgésicos opioides. Por otro lado, contamos con poder ofrecer en los próximos años nuevas moléculas que supongan un avance en distintos procesos oncológicos a través del desarrollo de tecnologías de anticuerpos monoclonales de última generación. Para nosotros, la innovación es, junto con el foco en el paciente, la manera de transformar vidas y la base para seguir avanzando en la mejora terapéutica de enfermedades con necesidades no cubiertas”.