La Universidad Complutense de Madrid explica a Pharma Market cómo funcionan estas oficinas y sus servicios.
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Las Oficinas de Transferencias de Resultados de Investigación (OTRI), son departamentos catalizadores entre la universidad y la empresa desde que se concibieron en el I Plan Nacional de I+D 1988-1991. Tal y como explican en la RedOTRI, la red que aglutina el conjunto de estas oficinas, estas unidades se dedican a transferir conocimiento entre las universidades y los organismos públicos. Así pues su objetivo es “apoyar y promover la producción de conocimiento y su transferencia a las empresas y otros agentes socioeconómicos”.
Su objetivo es “apoyar y promover la producción de conocimiento y su transferencia a las empresas y otros agentes socioeconómicos”.
La OTRI de la UCM
Para conocer de cerca su funcionamiento la revista digital Pharma Market ha podido hablar con Cristina de la Fuente, jefa de sección y valorización de la OTRI de la Universidad Complutense de Madrid: “La OTRI aglutina una serie de secciones donde se da salida a todas las investigaciones con convocatorias nacionales o internacionales, proyectos en fundaciones o en laboratorios de I+D+I de cualquier empresa, ya que nos pueden contratar a través de un artículo 83”.
De la Fuente explica también que tienen la sección de valorización y comercialización, donde entre otras cosas comercializan patentes, modelos de utilidad o realizar el registro de software, además de potenciar el emprendimiento en el profesorado de investigación en el PDI.
“También desarrollamos programas de sensibilización y facilitamos la creación de Spin off. Nosotros las llamamos ETCU, Empresas de Transferencia de Conocimiento Universitario, y les ayudamos desde que se crea la idea hasta que tenemos producto en el mercado con un programa de aceleración y un mentoring continuo”.
La OTRI de la UCM posee más de 600 grupos de investigación, y cualquier empresa o autónomo puede proponer su proyecto. “Primero indicamos en qué grupo puede alinearse mejor, se tienen una serie de entrevistas y si al final coincide se cierra un contrato artículo 83. A continuación, acceden al servicio de una empresa con toda la infraestructura de una universidad pública”.
Actualmente disponen de proyectos muy diversos y alineados con el carácter multidisciplinar de la Universidad. Entre ellos, destacan algunos de farmacia o enfermería, pero también los hay de matemáticas, historia del arte o relaciones internacionales.
“Hay mucha investigación, y los investigadores se encuentran muy motivados para trasladar sus resultados a la sociedad civil”.
La pandemia no ha sido un impedimento para que surjan proyectos de investigación, asegura De la Fuente: “Hay mucha investigación, y los investigadores se encuentran muy motivados para trasladar sus resultados a la sociedad civil”.
De hecho, esta Oficina de Transferencia de la Complutense ha implementado un programa de sensibilización del emprendimiento científico que ha funcionado bastante bien: “Hemos hecho reuniones virtuales y encuentros individuales que le han impulsado a salir del laboratorio al mercado, es decir, salir al mercado y hacer una spin off para que toda esa investigación se conozca”.
Ejemplo de spin off
Un ejemplo del trabajo que ha hecho esta unidad de transferencia de conocimiento es la spin off Mideloy. De su experiencia nos ha hablado Elena Giné, profesora de la facultad de medicina y una de sus socias fundadoras: “Hace unos cinco años decidimos impulsar nuestra investigación de test de diagnóstico de drogas de abuso, a través de una tecnología que es el lateral-flow. Nos pusimos en contacto con la OTRI y nos facilitaron todos los procesos de emprendimiento y aspectos legales para poner en marcha una empresa, y al final lo hicimos”.
La técnica lateral-flow es la que se emplea para la realización de test rápidos y en la que se basan los test de embarazos. “Ahora se conoce más por los test de antígenos para detección de la COVID-19. Nosotros empezamos hace seis años a desarrollar test para el diagnóstico de drogas de abuso, como por ejemplo el cannabis".
"Nos pusimos en contacto con la OTRI y nos facilitaron todos los procesos de emprendimiento y aspectos legales para poner en marcha una empresa, y al final lo hicimos”.
Giné cuenta además que cuando tenían todo preparado, con la tecnología lista y todo lo necesario para el desarrollo de sus tests, tuvo lugar la pandemia. Así pues, una vez accedieron a la información de las proteínas necesarias para crear test para la detección de la COVID-19 también lanzaron sus propios test de antígenos.