El uso de teléfonos móviles y su vinculación con tumores encefálicos no es una novedad, y es por ello que se han realizado diversos estudios para analizar esta posibilidad. Ahora, el Registro de Cáncer de La Rioja acaba de difundir los resultados del estudio de la Red Española de Registros de Cáncer (Redecan) sobre las tendencias de la incidencia de tumores del sistema nervioso central (SNC), durante el período 1985-2015. La idea del mismo ha sido establecer una hipótesis sobre la posible influencia de la mejora de los métodos de diagnóstico y el aumento en la utilización de teléfonos móviles.

Los resultados del trabajo muestran una tendencia ascendente de la incidencia de los tumores de encéfalo en los años 80, compatible con el periodo de mejoras en las técnicas diagnósticas, produciéndose durante los 20 años posteriores un periodo de estabilidad de la incidencia.

Así pues, para que existiera una relación causal entre el uso de teléfonos móviles y el cáncer de encéfalo, debería producirse una tendencia creciente en la incidencia de estos tumores en el período posterior al despliegue masivo de la telefonía móvil y ninguna tendencia en los períodos anteriores. Sin embargo, se observa todo lo contrario, por lo que no se apoya la hipótesis de una posible correlación entre el uso de teléfonos móviles y los tumores encefálicos malignos. No obstante, los investigadores aseguran que no se puede descartar la posibilidad de que existiera una correlación débil o se necesitara un período de latencia más prolongado para poder hipotetizar una posible correlación ecológica.

¿Por qué este vínculo?

Parte de la población establece este nexo entre cáncer y teléfonos móviles porque estos aparatos emiten radiación (por radiofrecuencia o por ondas de radio), y son muchas las personas que los usan a la vez.

Tal y como explican desde el Instituto Nacional del Cáncer (NIH, por sus siglas en inglés), los cánceres de encéfalo y del sistema nervioso central son los que generan más preocupación en relación con el uso de estos dispositivos, debido a que estos se han de sujetar cerca de la cabeza. Al mismo tiempo, se ha descubierto que la radiación ionizante (una forma de radiación de mayor energía que la emitida por los móviles) causa algunos cánceres de encéfalo. Por todo ello, y para arrojar luz sobre estas cuestiones se han efectuado diversas investigaciones en la comunidad científica internacional. “Sin embargo, hasta la fecha, las pruebas indican que el uso de móviles no causa cáncer de encéfalo ni de otros tipos”, aclaran desde el NIH.  

“Hasta la fecha, las pruebas indican que el uso de móviles no causa cáncer de encéfalo ni de otros tipos”, aclaran desde el NIH.  

Análisis de tendencias

En el año 2021, el Ministerio de Sanidad publicó el “Plan Estratégico de Salud y Medio Ambiente (Pesma)”, y entre sus líneas de intervención se establece promover la investigación y la difusión de los efectos de la exposición de la población a campos electromagnéticos de radiofrecuencias. Una de las acciones propuestas es estudiar y analizar las tasas de incidencia de los tumores del sistema nervioso central (especialmente los del encéfalo) y hacer el seguimiento de su evolución en la población española. El encéfalo es la parte del sistema nervioso que está dentro del cráneo y abarca cerebro, cerebelo y tronco encefálico.

Para cumplir este objetivo, el Ministerio de Sanidad solicitó la cooperación de la Redecan que ha realizado un análisis de las tendencias de las tasas de incidencia de los tumores del encéfalo por sexo, edad (adultos y niños) y tipo de tumor.

Desde su introducción a mediados de los años 80, el uso de teléfonos móviles ha crecido rápidamente en todo el mundo. En España, solo un 2% de la población española disponía de teléfono móvil en 1995, mientras que en 2009 el número de teléfonos móviles sobrepasaba los 51 millones. De hecho, en nuestro país el despliegue masivo de la telefonía móvil se produjo en la segunda mitad de los años 90 y primera mitad de los años 2000.

En nuestro país el despliegue masivo de la telefonía móvil se produjo en la segunda mitad de los años 90 y primera mitad de los años 2000.

Por tanto, se podría considerar el periodo 1985-1995 como una etapa anterior al uso masivo de los teléfonos móviles, el los años entre 1995 y 2005 como la época de despliegue masivo de la telefonía móvil y el 2005-2015 como la primera década completa de uso masivo de estos sistemas de comunicación.

Conclusiones

El estudio de la Redecan ha analizado la incidencia de los tumores malignos del encéfalo entre los años 1985 y 2015, un intervalo de tiempo que abarca los tres periodos mencionados de utilización de teléfonos móviles.

Las conclusiones de este informe, han determinado que en los hombres adultos, las tasas de incidencia de tumores malignos del SNC, en general, y del encéfalo, en particular, del periodo de estudio se mantuvieron estables. No obstante, en las mujeres aumentaron alrededor de un 2% anual hasta 1999 y posteriormente se mantuvieron estables hasta 2015. Este aumento podría deberse a las mejoras diagnósticas implementadas en estos años.

En las mujeres aumentaron alrededor de un 2% anual hasta 1999 y posteriormente se mantuvieron estables hasta 2015.

Los incrementos de la incidencia de los cánceres de algunas localizaciones (frontal y temporal) y de algunos tipos histológicos específicos (gliomas), parecen explicarse, al menos en gran parte, por la disminución de los cánceres con localización y/o tipohistológico inespecífico. De hecho, este fenómeno es concordante con una mejor precisión diagnóstica basada sobre todo en el progreso de las técnicas de imagen.

Los tumores infantiles no presentan tendencia estadísticamente significativa ni globalmente ni en ninguno de los tipos tumorales estudiados para el conjunto del periodo de estudio. Solamente se observa un incremento de las tasas de los gliomas y tumores embrionarios desde 1985 hasta 1991, probablemente como consecuencia también de las mejoras diagnósticas producidas en estos años.

Los resultados de este análisis muestran una tendencia ascendente de la incidencia de los tumores de encéfalo en los años 80, y posteriormente una estabilización.

En definitiva, los resultados de este análisis muestran una tendencia ascendente de la incidencia de los tumores de encéfalo en los años 80, y posteriormente una estabilización. Por todo ello, no apoyan la teoría de una posible correlación entre la utilización de los móviles y los tumores encefálicos malignos.

“Aunque este tipo de estudio no puede validar la existencia de esta asociación, es importante continuar con la investigación futura analizando las tendencias de estos tumores encefálicos globalmente y según tipo histológico y ubicación anatómica", aseguran desde el informe. De esta forma, “se podría detectar un posible aumento de la incidencia que pudiera hacer sospechar su relación con posibles factores ambientales incluyendo entre ellos el mayor uso de la telefonía móvil a lo largo de las últimas décadas”.