Industria17 de noviembre, 2016
La fibra evita que los microbios intestinales coman el revestimiento del colon
Pharma Market
NOTICIAS RELACIONADAS
III edición de los Premios Imparables Sanitarios de Italfarmaco
La fibra natural protege la barrera vital del moco del tracto digestivo, evitando así que los microbios intestinales se coman el revestimiento del colon, además protege contra las infecciones. Estas conclusiones se han obtenido de experimentos en ratones libre de gérmenes.
Los microbios intestinales mascan la capa natural de moco que recubre el intestino cuando no obtienen la fibra natural de la que dependen para alimentarse. Esto puede provocar que erosionen el intestino y que peligrosas bacterias invasoras infecten la pared del colon. Los investigadores trasplantaron 14 bacterias que crecen en el intestino humano en ratones que se criaron sin microbios intestinales propios, sabiendo la firma genética de los microbios podían seguir su actividad en el tiempo.
Según dice Eric Martens, profesor asociado de Microbiología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan (UM), "la lección que estamos aprendiendo de estudiar la interacción de la fibra, los microbios intestinales y el sistema de barrera intestinal es que si no los alimentas, te pueden comer”.
Los investigadores estudiaron el impacto de distintas dietas con diferente contenido de fibra y otras sin fibra. Además infectaron a algunos ratones con una cepa bacteriana que causa un efecto similar que ciertas cepas de ‘Escherichia coli’ a los humanos, causan infecciones intestinales que conducen a irritación, inflamación, diarrea y otros trastornos. Los ratones que tenían una dieta con aproximadamente un 15% de fibra mantuvieron la capa de moco del intestino gruesa y la infección no fue completa. Sin embargo cuando cambiaron a una dieta sin fibra algunos de los microbios en sus intestinos empezaron a masticar el moco.
Además probaron una dieta rica en fibra prebiótica que condujo a la misma erosión de la capa de moco observada en la falta de fibra. Dependiendo de con qué estuviesen siendo alimentados los ratones la mezcla de bacterias cambiaba. En función de las condiciones de poca o mucha fibra unas especies de bacterias se reproducían más que otras. Las cepas que más florecieron con poca o sin fibra produjeron enzimas capaces de romper las glicoporteínas que forman la capa de moco. También fueron capaces de detectar más de 1.600 enzimas diferentes capaces de degradar los carbohidratos.
La mezcla de enzimas también varió dependiendo de la alimentación de los ratones. Las imágenes de la capa del moco mostraron que la capa era más delgada cuanta menos fibra consumían los ratones, siendo el ritmo de degradación del moco más rápido que el de reproducción. Cuando se infectaba a los ratones con ‘Citrobacter rodentium’, similar a ‘E. Coli’, las bacterias florecían más rápido y los roedores mostraban signos de enfermedad y pérdida de peso.