Industria14 de octubre, 2016
El volumen del cerebro influye en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas
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Un estudio realizado por investigadores del grupo de Psiquiatría de la Universidad de Cantabria-IDIVAL-CIBERSAM muestra que existe una correlación genética con el perímetro de la circunferencia craneal como con el funcionamiento cognitivo. De esta forma el volumen del cerebro determina el desarrollo cognitivo en la infancia y la protección frente a enfermedades neurodegenerativas en la edad adulta, según Benedicto Crespo-Facorro.
La revista Nature Neuroscience ha publicado un artículo sobre un estudio, en el que participan investigadores del grupo de Psiquiatría de la Universidad de Cantabria-IDIVAL-CIBERSAM, dirigidos por Benedicto Crespo-Facorro, en el que se han identificado cinco nuevos lugares del genoma, y replicado otros dos descritos con anterioridad, asociados con el volumen intracraneal.
El estudio se ha realizado en una muestra de 32.348 adultos mediante un análisis de asociación del genoma completo (GWAS, por sus siglas en inglés) en poblaciones de dos consorcios internacionales de investigación, CHARGE y ENIGMA, del que forman parte los investigadores cántabros.
“Nos hemos centrado en estudiar cuáles son las bases genéticas que están determinando el tamaño del cerebro en las primeras fases del desarrollo”, explica Crespo-Facorro, “y, realmente parece que sí que el volumen del cerebro determina el desarrollo cognitivo en la infancia y la protección frente a enfermedades degenerativas cognitivas en la edad adulta”.
“Es un tema de debate a nivel internacional y que nos lleva a situar esta investigación en una de las líneas de máximo interés como es conocer cuál es la relación entre el volumen cerebral y la función cognitiva o la predisposición para tener enfermedades neurodegenerativas en la edad adulta”, añade el investigador.
Y, efectivamente, según se explica en el artículo “parece que existe una correlación genética importante tanto con el perímetro de la circunferencia craneal como con el funcionamiento cognitivo en la infancia y en la edad adulta. Y, por lo tanto, el tamaño del cerebro que se alcanza durante el desarrollo sí que puede ser un marcador que puede determinar el funcionamiento cognitivo en la infancia como en la vida adulta, en relación con reserva cognitiva cerebral”.