Doctor Jan Tesarik, director de la Clínica MARGen.
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La pandemia de Covid-19 está afectando múltiples aspectos de la vida humana, como la decisión de tener hijos. Aunque la transmisión del virus a través de los óvulos y los espermatozoides es imposible, la infección puede afectar la fertilidad femenina y masculina a corto y medio plazo indirectamente, de manera aún difícilmente previsible. El virus no infecta directamente los espermatozoides y los óvulos, pero sí puede infectar otros tipos de células, presentes en el ovario y en el testículo, e implicadas en el desarrollo de los gametos de ambos sexos. La perturbación resultante de la función de estas células puede causar problemas de fertilidad, en ambos sexos, sobre todo en casos donde exista ya algún problema anterior (Reproductive Biomedicine Online).
Este riesgo es particularmente importante en mujeres de edades avanzadas que están retrasando los tratamientos por reproducción asistida a causa de la pandemia Covid-19, y en los hombres que ya habían sufrido algún problema en la formación de espermatozoides, que pueden empeorar por una eventual infección del virus.
En estas dos condiciones es preciso actuar eficazmente sin perder el tiempo. En cuanto a las mujeres en edades avanzadas, que han retrasado su maternidad por la pendemia, el objetivo es preservar la fertilidad con tratamientos medicamentosos, especialmente con melatonina y la vitamina D, que deben mantener hasta la realización del intento de la reproducción asistida. En casos particularmente urgentes, y cuando la mujer no puede o no quiere quedar embarazada durante la pandemia, la congelación de los óvulos o de los embriones, para ser transferidos en el útero más tarde, es otra posibilidad de salvar embarazo posponiéndolo para una fecha posterior.
En los casos de los hombres con problemas previos de la función de espermatozoides, afectados por Covid-19, es recomendable evaluar frecuentemente el espermiograma y, si se observa deterioro, proceder a la congelación del semen para su utilización posterior. A diferencia de la congelación de los óvulos, la congelación del semen es un procedimiento sencillo, barato y libre de riesgos para la salud del paciente.
En suma, hay varios factores posibles en los que la pandemia de Covid-19 podría afectar la fertilidad masculina y femenina. La limitación de movimientos de las personas es uno de ellos, ya que impide que los pacientes sean atendidos por las clínicas especializadas localizadas lejos de su residencia principal. Esto es particularmente importante cuando la condición de la pareja exige la utilización de técnicas punteras, no disponibles en cualquier región o país. La pérdida del tiempo resultante puede ser decisiva en casos extremos, por ejemplo en las mujeres al borde de la menopausia o en los hombres con un deterioro rápido de la formación de espermatozoides.
Los efectos de la infección de Covid-19 sobre la calidad de los espermatozoides y de los óvulos a medio y largo plazo son puramente hipotéticos. Aunque el virus no penetra directamente en los espermatozoides y los óvulos, puede infectar varios otros tipos de células importantes para su nutrición y la regulación de su desarrollo. Tratamientos preventivos in vivo con sustancias gametoprotectoras e inmunomoduladoras, tales la melatonina y la vitamina D, son recomendables. En algunos casos, la criopreservación de los gametos u embriones puede ser útil. El objetivo es utilizar los medios que disponemos para evitar que la pandemia Covid-19 frustre el deseo de tener hijos.