Opinión31 de enero, 2021
Empoderamiento de los usuarios y liderazgo enfermero, elementos clave para la atención del paciente crónico
Doctoras Pilar Fuster Linares, Encarnación Rodríguez Higueras y Mireia Llauradó Serra, directoras de la Cátedra DECIDE.
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La situación de pandemia está siendo un reto continuo para los profesionales de la salud. Los centros sanitarios, sus estructuras y sus procedimientos han tenido que cambiar y readaptarse, en un tiempo récord, para seguir prestando servicios a la sociedad. El cuidado del paciente agudo ha requerido la movilización de la mayor parte de recursos del sistema preferentemente hacia los pacientes afectados por Covid-19, mientras que los pacientes crónicos han quedado distantes y expectantes de cómo reemprender nuevamente su atención.
Hemos podido comprobar cómo el empoderamiento y la corresponsabilidad del paciente con su patología crónica, han sido su mejor aliado para seguir con su día a día.
Los pacientes que mejor manejo han tenido de su situación y mejor conocían sus síntomas y los recursos de los que disponían, han afrontado mejor la situación y han percibido un menor distanciamiento del sistema sanitario. Alcanzar estas metas de autoconocimiento y autorresponsabilidad con los pacientes puede no ser fácil, ya que muchos no tienen, ni siquiera, autoconciencia de la propia enfermedad.
No obstante, el camino es éste y de esta experiencia vivida durante la pandemia han surgido nuevos enfoques y aprendizajes. La clave de todos ellos es la necesidad de trabajar para fomentar la educación en la propia salud y el empoderamiento de pacientes y familiares. El fomento de la autoconsciencia y el autocuidado, la mejora de sus conocimientos sobre su propia salud y ofrecerles los recursos adecuados para que puedan mantenerla, son claves para manejar situaciones futuras. En este sentido, existen desde hace años algunos programas como el de “Paciente experto” en Cataluña, que da respuesta a esta necesidad. Aunque sería necesaria una mayor conexión entre las asociaciones de pacientes y el sistema sanitario para que las iniciativas que se realizan tengan un máximo alcance y para promover el autocuidado.
Dentro de los programas de educación para los pacientes crónicos, enfermería es una pieza clave para el abordaje de la prevención y el cuidado de la enfermedad. El liderazgo enfermero es fundamental para dar apoyo emocional y ajustar la atención y acompañamiento a las particularidades y necesidades del paciente para que éste pueda asumir la responsabilidad de su propio cuidado con la finalidad de alcanzar una máxima adherencia y alfabetización en salud. Sólo de este modo podremos conseguir tener pacientes activados en su propia enfermedad desde la corresponsabilidad con el sistema sanitario y favoreciendo, a largo plazo, la propia sostenibilidad del sistema.
A su vez, necesitamos enfermeras líderes en los cuidados, competencia que se puede desarrollar desde su formación básica. Nos estamos refiriendo a que desde su formación de grado el profesional de enfermería debe entrenarse en la competencia de liderazgo que, bajo nuestro punto de vista, es tan necesaria como otras para ejercitar la profesión de un modo efectivo. A nuestro entender, la competencia de liderazgo enfermero conlleva el desarrollo de inteligencia emocional, pensamiento estratégico, impacto e influencia y trabajo en equipo para conseguir influenciar en las personas y lograr que consigan los resultados deseados. Este es uno de los principales objetivos que persiguen las acciones trabajadas desde la Cátedra DECIDE de la Universitat Internacional de Catalunya (UIC), patrocinada por Boehringer-Ingelheim.