Dionisio Martínez de Velasco, director general de Dräger.
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Hemos vivido una de las peores situaciones de los últimos tiempos, -con una gran pérdida de vidas humanas-, que a día de hoy aún no hemos resuelto. Pero con la oportunidad de aprender nuevas lecciones y poder preparar nuestro sistema de una manera adecuada.
La crisis provocada por el Covid-19 ha puesto a prueba no solo la estructura sanitaria, sino también la fortaleza de nuestra sociedad, y estructura empresarial.
Hemos seguido a diario la lucha heroica de nuestros sanitarios, de nuestros cuerpos de seguridad y emergencias, de nuestras autoridades, de nuestras empresas y de toda la población con el único objetivo de salvar vidas. Cada acción podría salvar una vida, y por ello hemos aplaudido cada día a las 20:00h por todas aquellas personas que han colaborado en esta dura batalla. Hemos sudado y llorado por no poder hacer más, trabajando sin descanso por un único objetivo, hasta dar nuestra propia vida.
La crisis sanitaria ha evidenciado los riesgos de la globalización, los cierres de fronteras, los problemas logísticos, la escasez de material necesario, y la frustación de no poder conseguirlo. Nuestros proveedores habituales no han podido responder por falta de existencias, y limitaciones en la fabricación, y hemos tenido que salir a comprar a mercados con otras reglas de juego. No ha sido posible llegar a tiempo siempre y atender todas las necesidades, ya que ningún país estaba preparado para ello. Se han multiplicado exponencialmente los requerimientos de material sanitario y de protección. Lo hemos vivido como un demoledor tsunami.
Después de estos duros meses, hemos aprendido acerca del comportamiento del virus, nuestro sistema sanitario se está recuperando, tenemos indicadores que muestran el control de la pandemia, y llega el momento del análisis y la preparación para unos posibles rebrotes, así como de la reflexión sobre las lecciones aprendidas.
Para el corto plazo, no hay duda de que el aumento del numero de camas de UCI con su equipamiento, la preparación de hospitales de emergencia, el stock de material de protección, EPIs suficientes, las medidas sanitarias de higiene y distancia social, son medidas acertadas.
Pero los problemas ocasionados por la globalización no están resueltos con este tipo de medidas. Debemos analizar dónde podríamos ser capaces de desarrollar estructura empresarial, para aumentar nuestra independencia en caso de necesidad. No podemos esperar a cambiar nuestro modelo económico en tan solo unos meses, y ser autosuficientes en un mundo globalizado de manera inmediata, pero sí identificar los sectores donde estratégicamente se pueda desarrollar la industria mas fácilmente.
Hay productos que requieren una gran demanda contínua, como pueden ser las mascarillas, los EPIs que tanto hemos necesitado últimamente. Su consumo, sin duda, se ha multiplicado, y el almacenaje de material no garantiza el abastecimiento necesario en caso de cierre de fronteras y/o problemas logísticos como los ocurridos hace unos meses. Por ello, debemos analizar y pensar en el desarrollo de este tipo de industria, que adicionalmente generaría empleo con todos los proveedores y servicios necesarios. Sin duda, esta es la auténtica independencia estratégica.
Durante la crisis, hemos sido capaces de enfocarnos en un objetivo común. Es el momento de hacer lo mismo, unir nuestras fuerzas y reconstruir el país todos unidos: políticos, empresarios, trabajadores, autónomos, sindicatos y enfocarnos de nuevo en salvar vidas: las nuestras y las de nuestros hijos.
Como un aliado, siempre disponible, desde hace más de 130 años, el grupo alemán Dräger, continúa al servicio de las autoridades, de nuestros clientes y de la población para ayudar a proteger y salvar vidas. “Tecnología para la vida” es nuestra razón de ser, hoy y siempre.