
¿Cuáles son los retos que enfrenta la industria del medicamento y qué habilidades necesitan atesorar sus profesionales?
NOTICIAS RELACIONADAS
La atención primaria debe reinventarse para ser más accesible, segura y eficaz para todos
El sector farmacéutico se está acostumbrando a vivir en permanente estado de transformación, como tantos otros, y a que esos cambios, además, se produzcan a gran velocidad. Vivió, como casi todos los sectores de actividad, el empuje de la primera oleada de la revolución digital iniciado hace aproximadamente diez años, cuando el auge de los desarrollos web, las metodologías agile y los inicios de las tecnologías exponenciales propiciaron la automatización de procesos, una reorganización interna menos jerarquizada y ágil y un viraje hacia modelos relacionales multicanal con el cliente.
Poco después, cuando todavía se encontraba en pleno proceso de inmersión tecnológica, llegaron la pandemia y todas sus derivadas, lo que supuso una nueva revolución en sí misma. En muy poco tiempo, el sector tuvo que recoger todo lo aprendido en el periodo anterior y utilizarlo para volver a reinventarse a partir de ese nuevo statu quo traído por la Covid-19. Unos ciclos de vida más cortos de los medicamentos para responder a las urgentes necesidades médicas de la población y unas relaciones más estrechas con el ecosistema sanitario y los pacientes fueron algunas de las consecuencias de ese periodo. Un ‘tsunami’ para todo el planeta ante el que el sector supo dar el paso al frente que se esperaba de él y estar a la altura de las circunstancias.
Casi sin tiempo para recuperarse de aquel golpe, le explosión de la Inteligencia Artificial y su masiva llegada a todos los territorios profesionales y campos de actividad vuelve a sacudir hoy al sector farmacéutico, conduciéndolo hasta una nueva transformación, la tercera de calado en apenas diez años, para adaptar sus modelos y operativa a las nuevas posibilidades que brinda la IA. Unos códigos que apuestan, por ejemplo, por la ultrapersonalización de la salud y de los tratamientos gracias al poder del dato.
Todas estas transformaciones, que en alguna medida siguen produciéndose de manera simultánea y superponiéndose en el trazado estratégico de las empresas del sector, han sido y siguen siendo un desafío de enormes proporciones para sus protagonistas. Pero también son una poderosa fuente de aprendizaje y resiliencia para todo el ‘ecosistema farma’, que le ha imprimido, además, una velocidad extra al desarrollo de sus profesionales. Hoy, trabajar en este sector es más complejo y, al mismo tiempo, más emocionante que nunca.
¿Cuáles son esos retos que enfrenta la industria del medicamento y qué habilidades necesitan atesorar sus profesionales y responsables para afrontarlas con éxito? Para mí, estos son algunos de los principales:
El imperio del dato y la IA
El binomio Digitalización & IA ha incrementado la agilidad operativa del sector, al permitir la automatización de numerosos procesos y reducir errores e ineficacias, lo que está teniendo un impacto positivo muy destacado en un sector en el que la seguridad es un factor absolutamente esencial. En ese marco, las competencias digitales se convierten en transversales para todos los estamentos de industria, incluidos sus ejecutivos, como una suerte de idioma común que permitirá a la compañía atravesar con éxito los retos de un sector en continua renovación.
Medicina personalizada
El aterrizaje de la IA en el universo farmacéutico responde e impulsa un tipo de medicina cada vez más personalizada y de precisión. El poder de los datos, pasados por el tamiz de las tecnologías exponenciales, no solo hace posibles unos tratamientos a la medida y que toman en consideración multitud de aspectos relacionados con la salud del paciente, sino que facilitan rebasar nuevas fronteras en innovación, como las de la medicina anticipativa que encarna la farmacogenómica.
Experiencia del paciente/autorresponsabilidad
Relacionada con esa creciente personalización, el foco de la industria se encuentra cada vez más centrado en el paciente y en mejorar su experiencia. Una vía que abre el camino hacia una creciente autorresponsabilidad e implicación activa de las personas en sus propios tratamientos y en el cuidado de su salud. Los responsables del sector farmacéutico pueden y deben acompañar ese proceso con mayores niveles de transparencia y mejores habilidades de comunicación.
Innovación conectada
Desde sus orígenes, la innovación y la investigación científica están en el ADN del sector farmacéutico. Descubrir un nuevo medicamento, una nueva cura para las enfermedades que aquejan a las personas, ha sido y sigue siendo es el propósito que alimenta y da sentido a esta profesión. En esencia, nada ha cambiado en ese sentido en la actualidad respecto a 100 años atrás. Pero es muy importante que los ejecutivos estén conectados y en sintonía con sus equipos científicos para alinear los avances en I+D de sus unidades de investigación con la estrategia empresarial.
Más velocidad
Sin salir del universo innovación, lo que sí ha cambiado drásticamente en los últimos años es la velocidad con la que esas novedades se producen y se convierten en productos viables y comercializables. Las vacunas de la Covid-19 fueron el punto de inflexión en el que se vio la necesidad de que esa velocidad se incrementara de manera exponencial. Las empresas farmacéuticas están inmersas en a senda de imprimir más velocidad a sus procesos sin pérdida de precisión, calidad o seguridad. Para lograrlo, sus profesionales necesitan formarse en metodologías de trabajo agile o manejo de desarrollos tecnológicos vasados en IA, como el machine learning, que faciliten ese acelerón.
Regulación
La regulación de un sector vital como es el farmacéutico es cada vez más compleja y exigente. En ese marco, las compañías necesitan extremar y sofisticar sus mecanismos de compliance y gestión de riesgos para asegurarse de que sus estrategias de negocio e innovación continua avanzar alineadas con los cambios normativos.
Omnicanalidad
Es una de las grandes tendencias que desde hace unos años está cambiando los enfoques comerciales del sector. Por un lado, los médicos han dejado de tener en exclusiva el poder decisión en materia farmacológica, entrando en juego nuevos actores como las aseguradoras, las administraciones públicas y los propios pacientes. Por otro, la proliferación de canales hace que las estrategias de comunicación ganen en complejidad, versatilidad y agilidad. Como resultado, las compañías de la industria se enfrentan al reto de impactar a esa multiplicidad de públicos de una manera segmentada, multicanal y simultánea.
Organización
Los muchos retos que afronta el sector farmacéutico también se dejan notar en la organización interna de las compañías. Y es que desafíos complejos requieren de estructuras complejas y preparadas para responder a los cambios de dirección que imponen el mercado y la tecnología. La colaboración multidisciplinar entre los equipos de las distintas tareas funcionales de las empresas es esencial para ese ejercicio de adaptación diaria. Se precisa de una cooperación perfectamente conectada y transparente entre científicos, médicos, tecnólogos y profesionales de ventas y marketing para la creación y comercialización efectiva de nuevos productos que mejoren la salud de las personas.