Jaime Espolita, presidente de la Sociedad Española de Farmacéuticos Rurales (Sefar).
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Pensando sobre el asunto a tratar en esta tribuna, se me ocurrían bastantes temas de actualidad relevantes para la farmacia: las nuevas leyes de ordenación farmacéutica que van surgiendo, el futuro de la atención a centros sociosanitarios, la viabilidad de la farmacia rural, etc. Sin embargo, creo que hay un aspecto que, por su relevancia futura y los discursos erróneos que escuchamos sobre él, merece una serie de consideraciones: la digitalización.
Desde Sefar, entendemos la digitalización como el proceso por el que aprovechamos los medios tecnológicos de los que disponemos hoy en día para complementar o mejorar nuestra labor, para establecer nuevos lazos de comunicación con el paciente y otros profesionales sanitarios y, en definitiva, para poder desarrollar nuestra vertiente más asistencial de una forma más acorde con estos tiempos ya que la tecnología nos da la oportunidad de dar respuesta a nuestros pacientes en tiempo real. Y debido a la importancia que le damos a este asunto dentro de nuestra Sociedad, nos resulta, en muchas ocasiones, triste y desolador que cualquier referencia que se hace a la digitalización referida a la farmacia comunitaria se restrinja, en la mayoría de las ocasiones, al ámbito del comercio online o a la presencia en redes sociales.
"Desde Sefar, entendemos la digitalización como el proceso por el que aprovechamos los medios tecnológicos de los que disponemos hoy en día para complementar o mejorar nuestra labor".
Y es, además, un error pensar que este proceso viene para acabar con la presencialidad. La digitalización complementa, apoya y mejora pero nunca sustituye, obviamente, la labor humana y profesional que prestan todos nuestros compañeros en los distintos ámbitos de la farmacia. Hablar de la digitalización como el fin de todo lo que conocemos supone un desconocimiento absoluto o un terrible miedo al cambio. Actitudes estas que nunca han servido para evolucionar en ningún aspecto de la vida.
"Hablar de la digitalización como el fin de todo lo que conocemos supone un desconocimiento absoluto o un terrible miedo al cambio".
No serán posibles viejas reivindicaciones de nuestra profesión como el acceso a la historia clínica del paciente, una mayor coordinación con Atención Primaria o una mayor comunicación entre los distintos estamentos de nuestra profesión sin una apuesta decidida por la digitalización. Sin ella, cada uno de nosotros, en nuestras oficinas de farmacia, en los servicios de farmacia hospitalaria o en la farmacia de atención primaria no seremos más que islas que, mal que bien, intenten dar la mejor atención a nuestros pacientes pero siempre de forma aislada e individual y sin ningún tipo de colaboración entre nosotros.
Colaboración. No deja de resultarme curioso lo poco que utilizamos este término en nuestro ámbito y, sin embargo, lo mucho que leo sobre la integración de la farmacia comunitaria en nuestro sistema sanitario. Pues bien, nunca será posible este encaje sin la colaboración previa con otros profesionales sanitarios (empezando por nuestros compañeros hospitalarios o de atención primaria). Y, a su vez, no es posible establecer relaciones colaborativas con ellos si, como primera premisa, no nos dotamos de un lenguaje común.
"Dicho todo lo anterior, en Sefar estamos especialmente orgullosos de haber desarrollado, junto a la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, el proyecto Telémaco".
Dicho todo lo anterior, en Sefar estamos especialmente orgullosos de haber desarrollado, junto a la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, el proyecto Telémaco. Este proyecto pionero de atención farmacéutica colaborativa (aquí sí) entre farmacia hospitalaria y comunitaria está enfocado en mejorar la atención farmacéutica de los pacientes rurales con tratamientos de ámbito hospitalario para lo cual hacemos uso de todos los avances tecnológicos de los que disponemos. Pero, para ello, el primer paso ha sido adaptar el modelo de Atención Farmacéutica hospitalario CMO (multidisciplinar y multidimensional y en el que se tienen en cuenta tanto las variables relacionadas con los medicamentos como las variables demográficas, sociosanitarias y clínicas de los pacientes por lo que es mucho más actual y completo que el que utilizamos en farmacia comunitaria desde hace décadas) de modo que todos los actores implicados hablásemos el mismo idioma.
"Telémaco es un proyecto de telefarmacia sí, pero es un proyecto que trata de personas: de cómo mejorar la vida de los pacientes y de cómo aprender a trabajar en equipo para ello".
Gracias a Telémaco, en la farmacia rural tenemos acceso al historial farmacológico completo de los pacientes lo que nos permite dar una atención farmacéutica integral y hacer el seguimiento de los pacientes independientemente del ámbito en el que se encuentre. Además, los pacientes se sienten mucho más acompañados por los profesionales farmacéuticos que les atienden y, a día de hoy, puedo afirmar que este proyecto, independientemente del gran valor que tiene para el paciente, está suponiendo un gran aprendizaje para todos los profesionales inmersos en él. Telémaco es un proyecto de telefarmacia sí, pero es un proyecto que trata de personas: de cómo mejorar la vida de los pacientes y de cómo aprender a trabajar en equipo para ello.
"La visión de Sefar es clara: el futuro de la farmacia pasará, entre otras cosas, por saber adaptarse a los cambios tecnológicos y por la colaboración con otros profesionales sanitarios buscando la mejor atención posible a los pacientes".
Otros podrán mostrar su rechazo a todo lo que tenga que ver con la tecnología (“siempre se ha hecho así”) o entrar en guerras de protagonismo por sacar adelante uno u otro proyecto o adentrarse en diatribas semánticas sobre cómo definir los conceptos pero la visión de Sefar es clara: el futuro de la farmacia pasará, entre otras cosas, por saber adaptarse a los cambios tecnológicos y por la colaboración con otros profesionales sanitarios buscando la mejor atención posible a los pacientes. Aunque todos sabemos que en una isla se vive más tranquilo.