Todos los días en la Oficina de Farmacia atendemos a una gran cantidad de pacientes y les dispensamos sus medicamentos. Es un proceso habitual que suele desarrollarse sin ninguna complicación. Pero lamentablemente hay ocasiones en las que tenemos que decirles que no tenemos la medicación que tienen prescrita. Hay veces que es porque no la tenemos en stock, y en este caso la solución es sencilla: la pedimos y en el mismo día la podemos dispensar.

El problema viene cuando la solicitas y el almacén tampoco la tiene. Entonces llamas al almacén para averiguar qué es lo que ocurre, aunque ya te puedes imaginar lo que está pasando, y te dicen que la medicación que estás solicitando está en “falta”, es decir, que está desabastecida. Esto significa que las unidades que hay disponibles para suministrar no son las suficientes para satisfacer la demanda a nivel nacional.

"Entonces llamas al almacén para averiguar qué es lo que ocurre, aunque ya te puedes imaginar lo que está pasando, y te dicen que la medicación que estás solicitando está en 'falta”,

Una situación que se produce por diversas razones y todas muy relacionadas entre sí, como pueden ser por problemas en el proceso de producción o por la retirada voluntaria del medicamento por parte del laboratorio. Sin embargo, independientemente de la razón, el problema que tenemos es que no poseemos la medicación que necesita el paciente.

Si un laboratorio farmacéutico nota que puede presentar problemas para el suministro de su medicamento está obligado a notificarlo con antelación, a su vez las comunidades autónomas colaboran en esta labor. Entonces estas situaciones de desabastecimiento se comunican a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), la que para facilitar el seguimiento de estos problemas y dado que esta información varía de forma continua, publica un listado con los medicamentos que sufren estos problemas de suministro. En este aparece  cierta información como, por ejemplo, la fecha de inicio y la fecha prevista de finalización del problema, si se conoce.

"El último informe elaborado por la Aemps es del primer semestre de 2021, y en él se registraba un desabastecimiento de 801 presentaciones de medicamentos".

Además del listado de medicamentos, la Aemps elabora unos informes semestrales en los que transmiten la evolución de los problemas de suministro de medicamentos y de las actuaciones que llevan a cabo para solucionar o disminuir el problema. El último informe elaborado es del primer semestre de 2021, y en él se registraba un desabastecimiento de 801 presentaciones de medicamentos. Según el código ATC, que clasifica los grupos terapéuticos de medicamentos, el que presenta mayores problemas de suministro es el grupo del Sistema Nervioso. Con el fin de anticiparse en la detección de estos problemas, la Aemps elaboró un Plan de Garantías de Abastecimiento de Medicamentos en 2019. Este cuenta con la colaboración de diversos colectivos como la industria, las comunidades autónomas y otras instituciones.

Ante un problema como este surgen diferentes escenarios, puede que el medicamento prescrito esté desabastecido, pero ese medicamento tiene una posible sustitución. En este caso, el problema se queda en explicarle al paciente que le vas a dar una caja de otro color pero que es lo mismo, y ahora mismo pensaréis: “Pues no veo el problema entonces”. Sin embargo, ahora es cuando os digo que no es tan fácil realizar esa sustitución.

La dificultad surge cuando una medicación está en “falta” y no tiene sustitución alguna, ya que en estos casos nuestra actuación está bastante limitada.

Muchas veces vienen a retirar la medicación de personas mayores sus hijos. Bueno, pues cuando les explico la situación lo entienden perfectamente, pero aún así me dicen: “¿Y vas a tardar mucho en volver a tenerlo?, porque a ver cómo hago para darle esto a mi padre, cada vez que ve una pastilla de otro color se piensa que le quiero envenenar…”.

Muchas veces vienen a retirar la medicación de personas mayores sus hijos. Bueno, pues cuando les explico la situación lo entienden perfectamente, pero aún así me dicen: “¿Y vas a tardar mucho en volver a tenerlo?"

También están los pacientes que me responden: “No, yo quiero la mía, he probado otras antes y a mí eso no me hace nada”, y contra eso no puedes hacer nada, al final cuando se les acaba vuelven a por la otra. Quitando estas situaciones excepcionales, al final este tipo de desabastecimiento tiene solución.

La dificultad surge cuando una medicación está en “falta” y no tiene sustitución alguna, ya que en estos casos nuestra actuación está bastante limitada. Una vez llegados a este punto, tenemos que explicarle lo que ocurre al paciente: “Pues mire Juanita no podemos darle la medicación porque ahora mismo no la están fabricando y no sabemos cuándo volverán a hacerlo”. En estos casos hay pacientes que se asustan y te dicen: “Hay hijo no me digas eso, qué disgusto, cómo no me vas a dar la medicación, que yo sin eso me muero”. Nosotros poco podemos hacer, dado que no tenemos capacidad de cambiar la prescripción del médico, entonces lo primero es decirle que lo busque en otra farmacia por si acaso tuvieran alguno en stock. En el caso de que no lo encuentre por ningún lado, le recomendamos volver al médico para que le prescriba otra medicación similar que pueda valerle para su patología.

"También están los pacientes que me responden: 'No, yo quiero la mía, he probado otras antes y a mí eso no me hace nada”.

Al final la gravedad del desabastecimiento varía según su duración, de si tiene sustitución o de si tiene alguna alternativa de tratamiento. Lo más grave sería cuando no hay ni siquiera alternativa y por lo tanto el médico no podría recetarle nada, entonces estaríamos ante casos muy excepcionales en los que habría que importar un medicamento extranjero para poder tratar al paciente. De este tipo, que serían los que consideraríamos como de impacto asistencial mayor, según el último informe semestral elaborado por la Aemps, representan el 0,2% (82 presentaciones) del total.