Nadie nos ha entrenado para afrontar una pandemia, ni mucho menos para encajar los reveses que esta crisis sanitaria nos tenía preparados.

Consciente de la gravedad de la situación y del importante papel de la farmacia, la distribución farmacéutica ha tenido que multiplicar esfuerzos para hacer frente al doble reto: abastecer con normalidad de los medicamentos habituales, por un lado, y dar respuesta a la urgente demanda de elementos de protección frente al Covid-19, por otro.  

El contexto de alarma social y la dificultad para operar con garantías en los mercados internacionales se convirtieron en dos molestos compañeros de viaje.  En un momento en el que las prisas y el sentido de la urgencia parecían primar por encima de cualquier otro criterio racional, apostamos por hacer bien nuestro trabajo con la única premisa de traer a España material de protección homologado y con garantías.

En abril, apenas unas semanas después del anuncio formal del Estado de Alarma, cerramos un importante acuerdo con diferentes proveedores para facilitar el acceso a las mascarillas por parte de la población a través de su farmacia, que hoy por hoy continúa siendo el punto de referencia más seguro y próximo para adquirir este tipo de productos.   

En este tiempo, los equipos técnicos de Cofares han descartado docenas de proveedores de material de protección, y hoy los resultados de esa gestión prudente se ha convertido en nuestra mejor bandera. Hasta septiembre, hemos facilitado a través de la farmacia 100 millones de mascarillas y más 50 millones de guantes, geles hidroalcohólicos, termómetros y otros dispositivos de referencia en la lucha contra el Covid. Y en paralelo hemos colaborado con cinco Administraciones autonómicas en el reparto de mascarillas adquiridas por sus medios entre la población.

Pese a los logros obtenidos, no queremos detenernos aquí. La pandemia ha supuesto un ejercicio sobre la necesidad de compartir datos y experiencias para solucionar problemas nuevos para todos. Pienso, por ejemplo, en el rastreo o la identificación de contagios en zonas geográficas muy específicas. Esta labor debería involucrar a todos los agentes que tienen una relación directa con el paciente, independientemente de dónde sea. Sabemos que en el Reino Unido se ha mandatado la cesión obligatoria de datos de Covid-19 entre todos los profesionales del ecosistema sanitario.

En un horizonte no muy lejano, será preciso contar con la digitalización de las historias clínicas, las pruebas diagnósticas, la documentación generada en atención primaria, hospitales y farmacias. Dicha transformación es una asignatura pendiente y está obstaculizando el desarrollo de sistemas interoperables efectivos y por tanto soluciones para el paciente. En Cofares somos conscientes de que todos debemos transitar por la autopista digital que nos conecta con el paciente y estamos listos para facilitar esa plataforma a todos los agentes.