Política sanitaria14 de agosto, 2020
La FEN alerta sobre riesgo para la salud que suponen las denominadas “dietas milagro”
Pueden implicar trastornos metabólicos, neuropsíquicos, alteraciones gastrointestinales, entre otros.
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Con el inicio de la época estival, muchas personas a recurren a las denominadas “dietas mágicas” o “dietas milagro” para perder, de manera rápida, esos kilos de más que se han ganado. Sin embargo, desde la Fundación Española de la Nutrición (FEN) alertan de que estas dietas pueden constituir en la mayoría de los casos “no sólo un fraude sino también un serio peligro para la salud”. Para la FEN, estas dietas “carecen de base científica y en muchos casos exageran propiedades y efectos que no son evidentes ni probados”.
Este tipo de dietas limitan ciertos alimentos y las cantidades que se pueden consumir, ingiriendo menos calorías para perder peso “pero también reduciendo los nutrientes, lo que puede originar verdaderas carencias de minerales y vitaminas”, indican fuentes de la FEN. En general, se trata de dietas desequilibradas -en algunos casos extremas- cuyos efectos secundarios pueden implicar trastornos metabólicos, neuropsíquicos, alteraciones gastrointestinales e incluso pueden ocasionar cetosis y problemas renales.
Para la FEN, una dieta correcta en un plan de adelgazamiento debe ser personalizada, y estar bajo la prescripción y supervisión del profesional especialista, cumpliendo con el criterio general “es aquella que cumple con los requisitos de ser equilibrada, variada y moderada y que hace posible el mantenimiento de un óptimo estado de salud, aportando menor energía de la que gastamos”.
Así, no es necesario recurrir a una dieta extrema para adelgazar, basta con tener en cuenta una serie de principios básicos y acudir a un profesional de la salud especializado, como los endocrinos o los dietistas-nutricionistas, para optar por un plan nutricional de adelgazamiento adaptado a las necesidades de cada persona. Los expertos aconsejan la distribución fragmentada en varias comidas del total de alimentos que componen la dieta, acorde a nuestra cultura, “para evitar períodos prolongados de ayuno que pudieran provocar un hambre intensa, posibles atracones y comportamientos compulsivos. De este modo se evita llegar muy hambriento a la siguiente comida”.
Por otra parte, no podemos dejar de lado el ejercicio físico, un pilar básico para la salud y una pieza clave para fortalecer la musculatura y evitar el exceso de grasa corporal, favoreciendo el equilibrio en el balance energético. Además, no debemos olvidar uno de los grandes principios de la nutrición, “solo comeremos lo que debemos si nos gusta” y como referencia, siempre podemos recurrir a la dieta mediterránea, el mejor modelo a seguir.