Es un procedimiento sencillo que suele ser bien tolerado por las pacientes, especialmente útil en mamas densas.
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Profesionales del Servicio de Radiodiagnóstico del Hospital Clínico San Carlos han empleado la mamografía con contraste en casi un centenar de pacientes con sospecha de cáncer de mama. Esta técnica ofrece información adicional respecto a la mamografía convencional. Además, es un procedimiento sencillo que suele ser bien tolerado por las pacientes
Este tipo de mamografía consiste en la realización de las proyecciones del estudio mamográfico habitual tras la introducción de un contraste yodado por una vía venosa periférica, generalmente del brazo, a la dosis habitual que se utiliza en otro tipo de pruebas radiológicas como la tomografía computerizada. Durante la adquisición de las imágenes, el sistema realiza un disparo de doble energía con el que se obtiene una imagen mamográfica diagnóstica y, además, otra imagen en la que se destacan las lesiones que captan el contraste yodado, lo que aumenta la sensibilidad del estudio mamográfico.
Esto resulta especialmente útil en mujeres con mamas densas, ya que en ellas la sensibilidad de la mamografía convencional disminuye por el efecto de la superposición de tejidos. La radióloga de Imagen Mamaria del Servicio de Radiodiagnóstico del Hospital Clínico, Myriam Montes, explica que “obtenemos información funcional sobre el comportamiento de las lesiones tras la introducción de contraste, aproximándose a la información que conseguimos con la resonancia magnética pudiendo resultar una alternativa a ésta para aquellas pacientes que no toleran la realización de una resonancia por claustrofobia, o en las que está contraindicada por ser portadoras de marcapasos o por alguna otra causa”.
El empleo de esta técnica en el Hospital Clínico San Carlos “aumenta nuestra confianza diagnóstica en comparación con la mamografía convencional y acelera el circuito diagnóstico, ya que en un primer paso contamos con la mamografía diagnóstica y la imagen funcional con contraste, detectando si hay enfermedad adicional, lo que nos permite realizar las biopsias necesarias en ese mismo momento en lugar de hacerlo en visitas posteriores tras la realización de una resonancia magnética”, añade Montes.
Otra de las utilidades de esta novedosa técnica es la valoración de recidivas en cicatrices de mujeres operadas de cáncer de mama, muchas veces complicada en mamografía convencional y ecografía, e incluso en resonancia magnética si existen grapas quirúrgicas que produzcan artefacto por susceptibilidad magnética que dificulte la valoración de la zona.
La mamografía con contraste ofrece ventajas similares a la resonancia magnética, si bien esta técnica es más rápida ya que se puede realizar aproximadamente en cinco minutos, frente a los 45 que puede durar una resonancia. Además, suele ser mejor tolerada por las pacientes y se hace en el momento en el que se detecta la presencia de un nódulo sospechoso, lo que acorta el tiempo de diagnóstico respecto a la resonancia magnética cuya realización hay que planificar con tiempo.