Tecnología25 de febrero, 2020
Nuevo test predice el riesgo de infección en pacientes trasplantados renales
Esta herramienta evitaría tratamientos tóxicos innecesarios y supondría un ahorro económico al sistema sanitario.
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La Unidad de Trasplante Renal del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario de Bellvitge ha desarrollado y mostrado la eficacia de un nuevo test inmunológico para prevenir una de las infecciones oportunistas más frecuentes y graves posteriores a un trasplante, como es el citomegalovirus. Esta información deriva de los buenos resultados obtenidos aplicando este test en un estudio que publica la revista científica Clinical Infectious Diseases.
Este trabajo ha sido coordinado por investigadores del Hospital Universitario de Bellvitge y el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y han participado también el Hospital Universitario Vall d'Hebron, la Fundación Puigvert, el Hospital Clínico de Barcelona y el Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza. El estudio ha incluido el seguimiento a 160 pacientes durante un período de doce meses.
La infección oportunista por citomegalovirus puede llegar a ser mortal entre los pacientes que han recibido un trasplante renal. Por este motivo, hasta ahora todas las personas trasplantadas eran tratadas preventivamente contra este virus de forma generalizada. Esta terapia, sin embargo, no es inocua, ya que tiene efectos tóxicos y también puede interferir en el manejo del tratamiento inmunosupresor y poner en riesgo de rechazo del órgano trasplantado. La realización de este test evitaría prescribir esta terapia antiviral cuando no es necesaria.
Según el Dr. Oriol Bestard, jefe de la Unidad de Trasplante Renal del Hospital Universitario de Bellvitge y uno de los autores principales del estudio, “es un paso adelante hacia la medicina personalizada, en la que las decisiones terapéuticas están dirigidas según el riesgo individual de cada paciente”. También afirma que este avance “puede cambiar significativamente la medicina del trasplante, ya que evitará tratamientos tóxicos innecesarios al tiempo supondrá un ahorro económico importante”.
Aunque el estudio se ha realizado con pacientes que han recibido un trasplante de riñón, los investigadores destacan que se trata de una prueba igualmente útil para ayudar a la prevención de la misma infección en el resto de trasplantes de órganos sólidos, así como en los pacientes que reciben un trasplante de médula ósea, aunque se necesitan estudios adicionales en estos últimos escenarios para demostrar su eficacia.