Entrevistas25 de diciembre, 2021
Isabel Sola, viróloga del CNB-CSIC: “Hasta la fecha no tenemos información suficiente para saber si ómicron causa una infección más o menos severa”
La experta explica qué características tiene esta variante y por qué las vacunas han perdido algo de efectividad.
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La viróloga y bióloga Isabel Sola codirige junto a Luis Enjuanes el Laboratorio de Coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), en cuyo equipo también se encuentra Sonia Zúñiga. Recientemente este grupo de investigadores ha recibido uno de los Premios Internacionales otorgados por Sociedad Española de Inmunología (SEI) y el Grupo Jean Boulle, dotados con 100.000 euros (10.000 euros para cada investigador). Pharma Market ha podido hablar con esta experta en el contexto actual de pandemia, inmersos ya en una sexta ola que parece imparable, para que nos aclare dudas sobre la variante ómicron, “la que más cambios ha presentado hasta el momento” y que parece ser más contagiosa que todas las anteriores. Además, nos ha explicado más detalles acerca de su vacuna intranasal y qué ventajas ofrece respecto a las alternativas que hay actualmente en el mercado.
¿Cómo ha recibido su equipo de investigación el premio Internacional de la Sociedad Española de Inmunología y el Grupo Jean Boulle?
Estamos muy agradecidos por el reconocimiento, sobre todo, porque este es uno de los premios en el que se pone mucho énfasis y se reconoce el trabajo de un equipo durante toda la trayectoria, que es lo que al final nos ha llevado a donde estamos ahora. Desde luego, nos sentimos muy agradecidos e ilusionados para seguir investigando. Siempre es una gran motivación el que alguien reconozca el esfuerzo y el trabajo de todo el grupo.
¿En qué estado se encuentra el desarrollo de su vacuna? ¿Estará lista para 2022?
Nos hallamos en la etapa preclínica, demostrando en modelos animales la eficacia y la seguridad del candidato. De momento, tenemos resultados que son muy prometedores. Estamos colaborando con compañías que muestran interés en el desarrollo de esta clase de vacunas y pensamos que si todo sigue adelante adecuadamente a lo largo de 2022 podremos dar avances significativos que permitan pasar a ensayos clínicos en humanos, aunque no depende de nosotros. Nosotros hacemos la investigación, pero para el salto a ensayos clínicos en humanos es necesario colaborar con grandes compañías que puedan financiarlos.
"Si todo sigue adelante adecuadamente a lo largo de 2022 podremos dar avances significativos que permitan pasar a ensayos clínicos en humanos".
¿Son buenas las expectativas? Se trata de un producto distinto…
Efectivamente, nuestro candidato es muy diferente a los que ya están autorizados o se encuentran en proceso de autorización. Es una vacuna de ARN, que además ya han demostrado su utilidad en esta pandemia. Nuestra alternativa, supone además varios pasos hacia delante, porque es un ARN que se autorreplica dado que no incorpora la proteína de la espícula que es la que llevan todas las vacunas, sino que incluye otros elementos del virus, otras proteínas que se sabe que ayudan igualmente a la protección. Precisamente ómicron ha puesto en evidencia que hasta ahora el SARS-Cov-2 había cambiado de forma bastante moderada. Las modificaciones que presenta esta nueva variante son mayores y esto ha provocado que la efectividad de las vacunas decaiga. Esto significa que como todas las que hay hasta el momento se la juegan a la carta de la proteína S, si se producen muchas mutaciones acaban perdiendo efectividad. Por ello, si en este tipo de medicamento se incorporan otros componentes del virus se consigue tener una inmunidad más completa, algo muy interesante para una vacuna y para que la duración de la inmunidad se extienda todo lo posible.
"Ómicron ha puesto en evidencia que hasta ahora el SARS-Cov-2 había cambiado de forma bastante moderada".
La vacuna en la que está trabajando su equipo ofrece inmunidad esterilizante, ¿puede explicar este concepto?
Nuestro sistema inmune que es el que nos protege de cualquier agresión que venga del exterior, funciona de una forma compartimentalizada. Por un lado, está la inmunidad sistémica que es la que circula por toda nuestra sangre, llega a todas las células, a todos los tejidos de nuestro cuerpo. Sin embargo, hay que recordar que nosotros estamos en contacto con el exterior desde la piel y a través de las mucosas: las respiratorias, las del intestino… Es por ello que también existe la inmunidad de estas mucosas, esto es, disponemos igualmente de unos anticuerpos especiales que nos protegen de la entrada de cualquier elemento externo. Existen, por tanto, las mucosas respiratorias que es por donde por ejemplo penetra este virus o la mucosa intestinal, por la que se introducen otros organismos. Aquí se dispone igualmente de un sistema inmune que se asocia a estos tejidos y que produce anticuerpos: células inmunitarias para proteger específicamente en la puerta de entrada.
Así, cuando nos ponemos una vacuna intranasal en la mucosa respiratoria, esta inmunidad que se llama, inmunidad de mucosas, se activa, de manera que se crean anticuerpos que se liberan por fuera y en la misma puerta por la que entra el patógeno e incluso antes de que pueda alcanzar a las mismas células. Esto es lo que hace que sea esterilizante, porque no le damos la oportunidad de que empiece la infección y que es lo que al final sucede con las otras vacunas.
"El ideal de una vacuna es que ofrezca una protección esterilizante porque no solo evita la enfermedad sino que impide que a su vez alguien vacunado se infecte, que es lo que logra la intranasal".
Entonces, ¿qué ventajas presenta una opción intramuscular frente a una intranasal?
La vacuna intramuscular activa la inmunidad sistémica que es la que circula por toda la sangre. Los anticuerpos se hallan circulando en la sangre, pero no salen al exterior. Entonces el organismo nocivo consigue infectarnos, sin embargo no alcanza el pulmón que es donde causa la enfermedad severa. Estas vacunas impiden la gravedad porque la inmunidad sistémica está ahí vigilando y protegiendo los pulmones, sin embargo no impiden la infección porque no dan inmunidad en mucosas. El ideal de una vacuna es que ofrezca una protección esterilizante porque no solo evita la enfermedad sino que impide que a su vez alguien vacunado se infecte, que es lo que logra la intranasal.
Ahora tenemos unas incidencias muy altas, el virus está circulando en mucha gente. Afortunadamente esto no se traduce en que todos los infectados vayan al hospital porque las vacunas actuales están frenando las hospitalizaciones, pero este coronavirus sigue viajando y en la medida en lo que esto sucede puede alcanzar a gente por ejemplo en la que la vacuna no ha funcionado o a personas más vulnerables. Es decir, mientras se mueva hay un riesgo. Por ello, en mi opinión, limitar su movimiento -porque las opciones actuales no impide la infección-, es una forma muy eficiente de eliminarlo.
"Las vacunas actuales están frenando las hospitalizaciones".
¿Qué tiene de distinto ómicrom?
Es distinta porque hasta la fecha todas las variantes que se han ido imponiendo presentaban en el mensaje genético del virus, es decir, en su genoma, un número de cambios relativamente pequeños. Los virus mutan, esto ya se sabe, y las alteraciones que ha mostrado este coronavirus hasta el momento eran escasas, en torno a las diez u once. Cada una de ellas implica una modificación en el comportamiento del virus, cuanto menos haya por tanto, las posibilidades de que mute se ven reducidas de forma pareja. Ómicrom, sin embargo, ha acumulado cerca de 60 mutaciones, una cifra mucho mayor de la que se había conocido en los casos anteriores y eso es lo que la ha definido como una variante de preocupación.
"Ómicrom ha acumulado cerca de 60 mutaciones, una cifra mucho mayor de la que se había conocido en los casos anteriores y eso es lo que la ha definido como una variante de preocupación".
¿Qué se sabe hasta ahora de ella?
En el momento actual nos encontramos en el proceso de analizar todavía cuáles son esas transformaciones. Lo primero que se ha visto es que una gran parte de ellas, más de la mitad, están en la proteína de la espícula, es decir, la que llevan todas las vacunas. Esto es lo que ha producido una disminución de su efectividad, de ahí la necesidad de reforzar la inmunidad con una tercera dosis para poder estar mejor preparados a la hora de enfrentarnos a un virus del que todavía desconocemos si va a causar una infección más o menos severa. Parece que no desencadena infecciones muy graves, pero todavía no lo sabemos con certeza. Esto se debe a que de momento hay un número limitado de infectados y mayoritariamente los que lo han hecho son personas que se han vacunado o jóvenes, de modo que no se puede tener toda la información necesaria.
"De momento hay un número limitado de infectados con ónmicrom y mayoritariamente los que lo han hecho son personas que se han vacunado o jóvenes, de modo que no se puede tener toda la información necesaria".
Es evidente que hasta que no se inmunice a la población mundial seguirán apareciendo nuevas variantes, ¿no es así?
Claro, la vacunación universal, es decir, conseguir que las vacunas lleguen a todo el mundo es algo irrenunciable. Porque estamos hablando de una pandemia y el virus está en cualquier lugar del mundo, y se mueve con mucha más libertad en personas que no tienen inmunidad. Hay continentes como África que tienen solo un tres por ciento de personas vacunadas. No podemos renunciar a extender la vacunación. Nadie va a estar protegido hasta que todo el mundo tenga una inmunidad aceptable y esto se consigue a través de las vacunas. Que los virus cambian, sí, esto lo sabemos desde siempre, y ¿cuándo lo hacen? Cuando les damos la oportunidad de que infecten a alguien, es decir, cuando se pueden multiplicar. Cuanto más gente haya que se pueda infectar porque no es inmune, más posibilidades tiene el virus de cambiar, y estas alteraciones resultan siempre imprevisibles.
"Cuanto más gente haya que se pueda infectar porque no es inmune, más posibilidades tiene el virus de cambiar, y estas alteraciones resultan siempre imprevisibles".
¿Hay mucha gente que sigue pensando que la COVID-19 es "como una gripe"? ¿Es así?
No tiene nada que ver, los dos son virus respiratorios, eso es lo que tienen en común. No obstante, pertenecen a familias de virus diferentes. Desde el punto de vista de la enfermedad, tenemos la gripe estacional que es la que conocemos todos los años, y esta no posee el mismo porcentaje de mortalidad que ha mostrado poseer este agente infeccioso.
"La gripe no posee el mismo porcentaje de mortalidad que ha mostrado poseer este agente infeccioso".
Es cierto que disponen de elementos similares: son virus respiratorios y se transmiten a través de aerosoles y del aire. Del mismo modo, las personas mayores pueden ser más vulnerables y presentan más riesgo de enfermedad severa, de ingresar en la UCI e incluso e morir. Algunas personas comentan que los síntomas recuerdan a los de la gripe. Claro, porque son síntomas bastantes inespecíficos que en muchos casos resultan iguales que los de una infección, como la fiebre, que es común en numerosos trastornos, los dolores musculares, la inflamación, la tos, los mocos…
¿Son realmente fiables los test de antígenos?
Un test de antígenos es menos sensible en quienes no presentan síntomas en comparación con una PCR. Si esta tiene una sensibilidad del 99 por ciento, en un test de antígenos se sitúa entre el 50 y 60 por ciento. Sin embargo, en personas que tienen síntomas levísimos, este último dispone de una sensibilidad de más del 90 por ciento. En la situación actual, estas pruebas están permitiendo identificar a bastantes positivos. Son muy rápidos, las puede hacer cualquiera y no es necesario ir a la Atención Primaria, que ahora mismo está saturada. Además, no vale de nada que te hagan una PCR porque si el resultado tarda cuatro días ¿qué haces durante ese tiempo? Habría que aislarse y no todo el mundo lo hace.
"Los test de antígenos tienen grandes ventajas y creo que son un aliado fantástico ahora que hay tanta carga vírica circulando".
Los test de antígenos tienen grandes ventajas y creo que son un aliado fantástico ahora que hay tanta carga vírica circulando. Permiten identificar enseguida a alguien que es positivo para que esa persona se aísle, que sus contactos se hagan un test y ver cuáles de ellos están infectados y así limitar la transmisión porque esto va a una velocidad… Yo personalmente en el pequeño mundo en el que me muevo nunca había tenido tantos positivos a mi alrededor, da la impresión de que lo tenemos en la puerta, y los test ayudan.
"Lo que sabemos hasta la fecha es que con esta variante las vacunas pierden algo de efectividad, pero que el uso de las mascarillas sigue funcionando, la distancia social, el evitar reunirnos con mucha gente en espacios cerrados durante mucho tiempo..."
¿Cuáles son sus recomendaciones en el momento actual?
Da la impresión de que esta variante es más transmisible que la anterior, incluso hasta tres o cinco veces que la delta, lo que quiere decir que se mueve con más rapidez. Se cree que el tiempo de incubación es menor, ya hay algunos cambios que ya se van confirmando. Lo que sabemos hasta la fecha es que las vacunas pierden algo de efectividad, pero que el uso de las mascarillas sigue funcionando, la distancia social, el evitar reunirnos con mucha gente en espacios cerrados durante mucho tiempo… Para defendernos de él, es necesario recibir la tercera dosis (aquellos que ya puedan), y los demás que extremen las medidas de precaución. Es Navidad y todos nos queremos juntar pero debemos hacerlo con mucha precaución, que no sea con mucha gente, que no estemos mucho tiempo encerrados sin la mascarilla que es lo que normalmente hacemos cuando cenamos o comemos juntos, que nos hagamos test antes de reunirnos para poder identificar a gente que no tenga síntomas o sean muy leves y que pueden estar infectados y transmitir la enfermedad. Nada de esto funciona al cien por cien, pero la suma de todas estas medidas reduce mucho el riesgo de contagios.