I+D28 de octubre, 2021
El valor terapéutico de los inhibidores de BRAF en cáncer colorrectal metastásico está avalado cada vez por una mayor evidencia
"La terapia dirigida contra la mutación BRAF en este tipo de cáncer constituye un hito de la medicina personalizada".
NOTICIAS RELACIONADAS
SEOM y SEFH colaboran para mejorar la atención oncológica
GSK presenta el documental Camino a la Esperanza para dar voz a los cánceres ginecológicos
La vacunación contra el VPH y las citologías son clave para prevenir el cáncer del cuello de útero
Una de las conclusiones del simposio "Avances en el tratamiento de los pacientes con cáncer colorrectal con la mutación BRAF", organizado por Pierre Fabre en el marco del Congreso de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM 2021 VIRTUAL, del 18 al 22 de octubre), es que la terapia dirigida contra la mutación BRAF en cáncer colorrectal constituye un hito dentro de la medicina personalizada de precisión.
La necesidad de una alternativa
La doctora Pilar García Alfonso, oncóloga médica del Hospital Gregorio Marañón y coordinadora del simposio, así lo ha expresado, en el que además se ha realizado un repaso exhaustivo de la evidencia generada en torno a esta nueva opción de tratamiento. Este abordaje está basadoen la combinación de un inhibidor de BRAF (encorafenib) y un inhibidor de EFGR (cetuximab) -con o sin inhibidor de MEK (binimetinib)-, y que cuenta ya con el aval de las agencias europea y americana, la EMA y la FDA, respectivamente, en pacientes que hayan recibido tratamiento previo.
La doctora ha indicado también que los pacientes a los que va dirigido este avance terapéutico suelen presentar mal pronóstico "con una mediana de supervivencia que se sitúa en torno a los 12 meses, y donde el 40% ni siquiera llega a recibir la segunda línea de tratamiento”. Por eso, al no existir a día de hoy, un tratamiento estándar para pacientes con BRAF V600E mutado en primera línea que haya demostrado un nivel de eficacia aceptable, “se necesitan segundas líneas de rápida incorporación”.
Por otra parte la doctora Ana López, del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario de Burgos, se ha referido igualmente quien a esa escasa respuesta a los estándares existentes. Por ello, ha calificado como “necesaria” la aportación que ha venido a hacer la terapia dirigida que combina un inhibidor de BRAF y un anti EFGR, con o sin inhibidor de MEK. A este respecto, aludió a la relevancia de los resultados del estudio BEACON, el cual, a su juicio, sirve para fijar “un nuevo estándar de tratamiento en pacientes con cáncer colorrectal con mutación en BRAF V600E, tras una primera línea de tratamiento”.
Este estudio, según ha afirmado, demuestra la superioridad tanto con la doble, como con la triple terapia dirigida, en supervivencia global frente a la estándar (9,3 meses vs. 5,9 meses), un beneficio que se mantiene “en la supervivencia libre de progresión y la tasa de respuesta”, ha subrayado. Y más allá de estos datos que sustentaron la autorización por parte de la EMA, ha apelado al análisis de posibles subgrupos donde se podrían maximizar los beneficios de la triple terapia dirigida, como pueden ser, según resultados presentados en ASCO 2021, los “pacientes con varias localizaciones metastásicas u otros datos que apunten a una mayor carga tumoral”. Asimismo, ha citado “un estudio molecular predictivo en pacientes con cáncer colorrectal con mutación de BRAF, del que se ha extraído una tasa de respuesta superior en aquellos con sobreexpresión de CSM4, BM1 y MAP3K8”.
Estudio BEACON
En opinión del Javier Zamora, de la Unidad de Bioestadística del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, ha subrayado la “buena calidad metodológica del estudio BEACON”, tras su revisión pormenorizada, lo que implica que lleva asociado un “riesgo bajo de sesgos”. A su vez, gracias al “proceso de aleatorización realizado, a la ausencia de datos perdidos, se han medido adecuadamente los desenlaces, y se han reportado adecuadamente los resultados del estudio”.
Además, ha resaltado el valor del análisis interino integrado en el protocolo, que incluía el establecimiento de los criterios para la detención del estudio en función de superioridad, daño o futilidad. Su conveniencia fue demostrada posteriormente con los datos de seguimiento más allá de los 12 meses, que confirmaron los hallazgos previos.
Nuevas investigaciones
De igual modo, el doctor Vicente Alonso, del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, ha hecho referencia a nuevos estudios que ya se han realizado o que están en marcha para analizar el impacto de la terapia dirigida en pacientes con cáncer colorrectal con BRAF V600E mutado en primera línea.
Así, ha mencionado, por un lado, al estudio 2ANCHOR CRC, en fase II, con un perfil de pacientes mayoritariamente femenino, con predominio del colon derecho y con afectación ganglionar y peritoneal, características que configurarían lo que calificó como “el perfil tipo”. El 75% de ellas, además, tenían dos o más localizaciones metastásicas. “Los hallazgos apuntan a una tasa de respuesta del 47%, por encima del objetivo marcado inicialmente, y una tasa de control de la enfermedad que rondaba el 88%.
También se ha referido a un estudio en marcha, 3BREAKWATER, con dos grupos experimentales: encorafenib y cetuximab, y encorafenib, cetuximab y quimioterapia, más uno de control, donde se medirá, como objetivo primario, la supervivencia libre de progresión, y como secundario, la supervivencia global. Por último está CONFIDENCE, un análisis retrospectivo de datos de vida real que se va a llevar a cabo en España con unos 50 pacientes tratados con encorafenib y cetuximab.
La doctora Ana López considera que la terapia dirigida ha establecido ya “el nuevo estándar para los pacientes en segunda línea”, lo que supone “una revolución”.
Con toda esta evidencia, la doctora López considera que la terapia dirigida ha establecido ya “el nuevo estándar para los pacientes en segunda línea”, lo que supone “una revolución”. El doctor Zamora, por su parte, añade el interés de realizar un “análisis confirmatorio” para afianzar la evidencia generada en torno a los beneficios adicionales que pueden aportar en algunos subgrupos de pacientes, así como “conocer la mejor secuencia de tratamiento en estos pacientes”, concluye la doctora Pilar García.