I+D22 de noviembre, 2021
La artrosis implica un gran impacto económico y afecta a más de 7 millones de personas adultas en España
Esta enfermedad supone, no solo un gasto sanitario, sino también gastos indirectos como bajas laborales o incapacidades.
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"Debido a la alta prevalencia en la población el impacto económico de la artrosis es enorme, pero no lo es tanto por gasto sanitario en fármacos o incluso por cirugía en el caso de la cirugía protésica, como en gastos indirectos en cuanto a consumo de otros recursos (días de baja u horas no trabajadas, incapacidades transitorias o definitivas, recursos sanitarios por dependencia, etc.)”. Esta ha sido una de las conclusiones del doctor Cristóbal Orellana Garrido, coordinador del I Curso SER de artrosis, que se ha celebrado los días 19 y 20 de noviembre, con la colaboración de Pfizer.
Gastos indirectos de la artrosis
El doctor ha insistido en que “la artrosis es una enfermedad cuya prevalencia aumenta con la edad, por lo que los recursos destinados a esta patología no harán sino aumentar, dado que nos encontramos en una sociedad en que, por un lado, la esperanza de vida es mayor y también con expectativas de una vida lo más completa en la senectud”.
“El impacto físico de la artrosis viene derivado de la limitación funcional asociada a la afectación de la articulación y al dolor que es el principal síntoma de la enfermedad”.
La artrosis afecta a más de 7 millones de españoles, en torno al 29.35% en mayores de 40 años. Las zonas en las que puede afectar son las manos, la columna cervical y lumbar, las caderas y las rodillas.
El impacto es variable y depende de la articulación o articulaciones implicadas, de su grado de afectación, de la actividad (por ejemplo, el trabajo) del paciente o de comorbilidades que afecten a la enfermedad (por ejemplo, obesidad) o al tratamiento (contraindicación para según qué fármacos). “De todas formas, y en líneas generales, podemos decir que para la mayoría de pacientes comporta un importante impacto, especialmente en aquellos en fases avanzadas o sin respuesta a los tratamientos existentes”, ha explicado el reumatólogo, para quien también es importante el impacto emocional, “derivado, en parte, de experimentar dolor y limitación funcional, pero también en relación a la afectación sobre la vida cotidiana, sea a nivel laboral o de ocio, así como las expectativas en generar negativas que la población tiene ya de forma previa, como es que se trata de una enfermedad crónica, progresiva y de carácter degenerativo”.
Presente y futuro de la artrosis
La base del tratamiento de la artrosis es la modificación de hábitos y estilo de vida. Es de gran importancia que la población sea consciente del beneficio en general de mantener una actividad física regular, y adecuada a las circunstancias de cada uno si ya presenta artrosis en alguna localización. También muy especialmente en la modificación de factores de riesgo conocidos, tanto para la aparición como muy especialmente de la progresión, como es el caso muy destacable de la obesidad”, ha señalado el doctor Orellana para quien resulta fundamental seguir investigando para poder obtener “tratamientos más efectivos y a la vez bien tolerados que, idealmente, no solo mejoren los síntomas, sino que prevengan o modifiquen el curso de la enfermedad”.
El doctor Francisco Castro Domínguez, del Servicio de Reumatología del Hospital Universitari Sagrat Cor de Barcelona y coordinador del curso junto con el doctor Orellana, ha insistido en que “la artrosis es la enfermedad articular más frecuente, y a pesar del gran esfuerzo de la comunidad científica nacional e internacional, sigue siendo una enfermedad que aún no tiene cura ni un tratamiento altamente eficaz con el cual se pueda alcanzar una remisión sostenida o una reparación eficaz del daño articular ocasionado por la enfermedad”. Por este motivo, para el doctor Castro es fundamental tener encuentros formativos como el organizado por la Sociedad Española de Reumatología.
“Este curso quiere convertirse en un foro anual en el cual los asistentes también compartan sus experiencias en otras áreas de la Reumatología con la idea de construir puentes de colaboración y transferencia del conocimiento bidireccional con otros campos de la Reumatología”.
El especialista ha recordado que “la idea de este curso surge de la necesidad que desde el grupo de trabajo ArtroSER hay de compartir cuál es el estado actual del arte y los principales problemas a los que nos enfrentamos tanto a la hora de tratar de manera eficiente estos pacientes, como de poner en marcha iniciativas de investigación”.