Desde que en 1882 Robert Koch anunciara que el Micobacterium tuberculosis era el agente causal de la tuberculosis, se han producido enormes avances en la lucha contra la enfermedad, con un descenso progresivo del número de casos y una mejoría de los tratamientos. Además, estos han hecho de la tuberculosis una enfermedad con una excelente tasa de curación. Sin embargo, a pesar de ser una enfermedad tan antigua, no hay vacunas eficaces que la prevengan, aseguran desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), aprovechando el Día Mundial de la Tuberculosis (24 de marzo).

El impacto de la pandemia por SARS-CoV-2 en los servicios asistenciales sanitarios ha supuesto que, por primera vez en dos décadas, la OMS comunicara en su informe anual un aumento del número enfermos y de muertes por tuberculosis. Se estima que en 2021 a nivel mundial hubo 10,6 millones de nuevos pacientes y 100.000 fallecidos más. En total, fallecieron 1.600.000 personas a causa de la tuberculosis. El número de casos aumentó un 4,5% y las muertes un 6,6%.

En total, fallecieron 1.600.000 personas a causa de la tuberculosis.

Situación actual

Actualmente, la situación de la tuberculosis en España “es satisfactoria, con una incidencia de unos 7,6 casos por 100.000 habitantes al año. No obstante, esto no significa que la enfermedad haya desaparecido o que se pueda bajar el nivel de vigilancia, asegura la doctora Eva Tabernero, directora del Programa Integrado de Investigación (PII) en Tuberculosis de la Separ.

La tuberculosis sigue siendo un problema grave, con un tratamiento largo que, además, provoca efectos secundarios.

La tuberculosis sigue siendo un problema grave, con un tratamiento largo que, además, provoca efectos secundarios. En nuestro medio se concentra en poblaciones vulnerables: los ancianos, los inmunosuprimidos y los inmigrantes de países de alta endemia”, ha añadido la doctora Sarai Quirós, coordinadora del Área de Tuberculosis e Infecciones Respiratorias de la sociedad científica.

Dificultades diarias

A pesar de la buena evolución de la tuberculosis en nuestro país gracias a los programas de control, “debemos señalar algunas dificultades que se presentan en la práctica diaria, como son el desabastecimiento periódico de fármacos antituberculosos esenciales, y el aumento de casos de tuberculosis multirresistente, para cuyo tratamiento disponemos por primera vez este año de la financiación de alguno de los fármacos considerados actualmente de primera línea, tanto por la OMS como por la Separ, como es el caso de la bedaquilina. No obstante, no disponemos todavía de rifapentina, un fármaco necesario para las nuevas pautas de tratamientos más cortos y formalmente recomendado por la OMS”, ha señalado la neumóloga Eva Tabernero.

Hay que tener presente que el descenso del número de casos de tuberculosis en nuestro país, hace que se consulte más tarde y se sospeche menos.

Por otra parte, hay que tener presente que el descenso del número de casos de tuberculosis en nuestro país, hace que se consulte más tarde y se sospeche menos. Esto conlleva un importante retraso en el diagnóstico y el consiguiente aumento de riesgo de diseminación en la comunidad. “Por todo ello sigue siendo necesario, especialmente tras la pandemia de la COVID-19, no dejar de pensar en la tuberculosis y continuar invirtiendo en investigación y programas de control”, ha concluido el doctor Francisco García Río, presidente de Separ.