I+D11 de enero, 2022
Un estudio asegura que la pandemia de la COVID-19 ha afectado a la planificación de la maternidad
Un 60% de las entrevistadas han tenido que retrasar la maternidad debido a la situación pandémica.
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La pandemia global de la COVID-19 ha marcado todos los aspectos de nuestra vida a lo largo de los dos últimos años. También ha sido la responsable de que la planificación de la maternidad pase a un segundo plano para muchas mujeres. Esto llega en una época difícil para la natalidad en España, ya que durante los últimos años está cayendo en picado. Todos estos datos se reflejan en el VII Estudio “Conocimiento y Hábitos de la fertilidad de las mujeres”, realizado por las clínicas Ginefiv, pertenecientes al grupo internacional especializado en reproducción asistida GeneraLife, con una muestra de 1.136 mujeres de entre 18 y 50 años.
La natalidad en España
Según el VII Estudio de Ginefiv, un 70% de las mujeres encuestadas reflejan un deseo por querer ser madres pronto, pero un 60% han tenido que retrasarlo debido a la pandemia. De hecho, de entre las mujeres que desean ser madres pronto, un 11% estaba intentándolo cuando llegó la pandemia, obligándolas a posponer esta experiencia. Los motivos para retrasar esta decisión son diversos, encontrando miedo por la COVID-19 (33%), una situación laboral inestable (32%), la crisis económica (25%), un nivel de ingresos bajos (8%) y la situación de desempleo o ERTE (2%). Por tanto, en 2020 la natalidad continuó descendiendo, siendo un 5,35% menos que el año anterior, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Un 70% de las mujeres encuestadas reflejan un deseo por querer ser madres pronto, pero un 60% han tenido que retrasarlo debido a la pandemia.
Pero esto no es todo, según la última encuesta de Eurostat, España se encuentra entre los países europeos que más retrasan el nacimiento de su primer hijo. Precisamente a esto se refiere el doctor Joaquín Llácer, director médico de las clínicas Ginefiv, cuando dice que “la pandemia está teniendo una incidencia en el retraso de los planes de maternidad y, en el caso de España donde la edad media para tener el primer hijo ya es de las más elevadas (31,22 años) supone un obstáculo para la capacidad reproductiva de las mujeres”.
La situación es alarmante porque debido al retraso de la maternidad por la COVID-19 y los cambios en el estilo de vida cada vez hay más casos de infertilidad. Esto se suma a que la calidad seminal y ovárica de la población española está descendiendo a un ritmo imparable, lo que puede tener consecuencias negativas a corto, medio y largo plazo.
Consecuencias y soluciones
A partir de los 35 años la reserva ovárica de las mujeres y la calidad de sus óvulos empieza a descender de forma significativa, afectando a la fertilidad y obligando a las mujeres a recurrir a la reproducción asistida en múltiples ocasiones. Pero esta técnica tiene consecuencias negativas, ya que implica tener un mayor número de inseminaciones fallidas, y cuando se consigue el embarazo, un mayor número de abortos y de malformaciones fetales.
A partir de los 35 años la reserva ovárica de las mujeres y la calidad de sus óvulos empieza a descender de forma significativa, afectando a la fertilidad y obligando a las mujeres a recurrir a la reproducción asistida en múltiples ocasiones.
“Por estos motivos, conocer las opciones para retrasar la maternidad ayudará a muchas mujeres a preservar su fertilidad. Informarse y conocer las diferentes técnicas para retrasar sus planes de maternidad será decisivo para que muchas mujeres no pierdan la oportunidad. En estos casos, la vitrificación de óvulos es una opción que permite a la mujer preservar sus óvulos para que puedan ser fecundados en el futuro. Sin embargo, falta mucha información sobre estas técnicas, ya que, según los resultados del estudio, solo 1 de cada 4 mujeres que quieren ser madres y han decidido retrasar la maternidad, se ha planteado recurrir a ella”, explica el doctor Llácer.