
En España se calcula que cerca de 200.000 personas sufren esta enfermedad autoinmunitaria.
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La Sociedad Española de Reumatología (SER), con el apoyo del Grupo de Trabajo de la Guía de Práctica Clínica para el manejo de la Artritis Reumatoide (Guipcar), ha elaborado la guía "Aprendiendo a convivir con la artritis reumatoide". Este documento se ha elaborado en un lenguaje y formato de estilo adaptado a los destinatarios a los que va dirigido y recoge los aspectos de la enfermedad que mayor utilidad pueden tener para ellos: diagnóstico, tratamiento y manejo de la enfermedad, así como otras cuestiones útiles como consejos para la vida diaria, contactos de asociaciones de pacientes o recursos de Internet.
“Se trata de un documento riguroso, veraz y que va a evitar que los pacientes vayan a buscar información en fuentes que no son tan fiables”.
En España se calcula que cerca de 200.000 personas sufren artritis reumatoide. “Se trata de un documento riguroso, veraz y que va a evitar que los pacientes vayan a buscar información en fuentes que no son tan fiables”, asegura el doctor Alejandro Balsa, reumatólogo del Hospital Universitario La Paz de Madrid. La guía insiste en la importancia de dormir lo suficiente, comer de forma saludable y hacer ejercicio físico moderado, para reducir el dolor y mejora la funcionalidad y flexibilidad.
"Si todo el mundo dejara de fumar, probablemente la incidencia de artritis reumatoide podría bajar en un 30%”.
Otra de las recomendaciones que hace es no fumar, ya que se ha demostrado que el tabaco es uno de los pocos factores que influye en el desarrollo de la artritis reumatoide. “Si todo el mundo dejara de fumar, probablemente la incidencia de artritis reumatoide podría bajar en un 30%”, advierte el doctor Balsa. Según el experto, “el tiempo desde que empiezan los síntomas y hasta que se diagnostica podría estar entre siete y ocho meses, y hasta que se pone el tratamiento por primera vez (en el peor de los casos) podría tardar hasta un año, por lo que ahí hay un amplio margen de mejora”.
“Quizás lo que más falle en la actualidad es la educación sanitaria que hace que el paciente no reconozca esos síntomas o que no sean valorados por lo que esa primera parte del retraso en el diagnóstico es mayor de lo que sería deseable”.
En los últimos años se han desarrollado estrategias y herramientas para enseñar a los médicos de atención primaria a abordar adecuadamente a un paciente con síntomas de sospecha. “Quizás lo que más falle en la actualidad es la educación sanitaria que hace que el paciente no reconozca esos síntomas o que no sean valorados por lo que esa primera parte del retraso en el diagnóstico es mayor de lo que sería deseable”, añade el doctor Balsa.
Sin embargo, el doctor Balsa insiste en lanzar un mensaje de optimismo ya que si “comparamos esta enfermedad con la misma hace 20 años, se constatan cambios enormes, no sólo en la parte de tratamientos, sino también en monitorización, valoración, imagen, en los marcadores, en las pruebas diagnósticas, etcétera. Es una de las enfermedades en las que probablemente más y mejor se está avanzando”.