Dr. Andrés-Amador García Granada, de Ingeniería Industrial del IQS School of Engineering.
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El sector sanitario español se encuentra ante una situación de necesidad extrema de material tanto para proteger al personal sanitario como para asistir a los enfermos. Para paliar la situación, se han movilizado plataformas ciudadanas, empresas particulares, colegios de ingenieros o de médicos y entidades públicas.
Desde IQS se optó por participar en las comunidades de makers (particulares con impresoras 3D) para poner a disposición de los médicos un sistema organizado en que se recogen las necesidades de hospitales, se evalúan los posibles diseños a fabricar, se busca la conformidad del departamento de salud, se crean guías de fabricación y protocolos de calidad y se gestiona la logística de recogida en domicilios y entrega en hospitales. Gracias a esta comunidad, IQS ha podido aportar más de 40 pantallas protectoras a diferentes centros de Cataluña. Un punto de inflexión en estos proyectos de ayuda fue la irrupción de granjas de impresoras y empresas como BCN3D o HP con capacidad de producción de millares de piezas. Sin embargo, algunas producciones han tenido problemas por no disponer de garantías de repetitividad, debido a la gran variedad de impresoras y materiales utilizados, como el uso del PLA poroso.
Otras iniciativas ciudadanas intentan poner de acuerdo a empresas y particulares con hospitales. En este caso, se crean grupos de trabajo que contactan con la Agencia Española de Medicamento, ministerios y colegios de ingenieros y médicos para acelerar el proceso de pseudo-homologación. Es el caso, por ejemplo, de Fluidra para hacer inyección de plástico. Desde IQS apoyamos a las empresas para que consigan reconvertir su producción, pasen los ensayos de homologación y puedan dar respuesta a las necesidades de un hospital, que puede ser de 100.000 mascarillas al día. También existen iniciativas de Gobiernos nacionales y autonómicos para poner en contacto a empresas con las necesidades del momento actual, que es muy cambiante. Se trata de inmensas aportaciones que pueden hacer tanto particulares como empresas.
Es un hecho que necesitamos seguir produciendo más ayudas para nuestros hospitales y ponernos de acuerdo en cómo poder afrontar otro posible rebrote con la necesidad de tener el abastecimiento.
A pesar de ello, nuestra sociedad demuestra una vez más la capacidad, no solo de colaboración en relación a las necesidades actuales, sino también la capacidad de organización para crear auténticas cadenas de producción a distancia.