¿Está el sector sanitario preparado para potenciar la producción local? Con la perspectiva que da formar parte de una compañía española con más de 30 años de historia, en Cardiva estamos convencidos de que las empresas del sector sanitario tienen capital, talento y tecnología para aportar valor, diferenciación y especialización. Además, operamos en un entorno que posee una estructura médica y sanitaria adecuada. Lo que aún falta es visión a largo plazo por parte de quienes toman las decisiones y una apuesta decidida por lo nuestro. A nadie se le escapa que invertir en compañías locales genera riqueza y fortalece el tejido industrial de nuestro país.

"Lo que aún falta es visión a largo plazo por parte de quienes toman las decisiones y una apuesta decidida por lo nuestro".

Desde el principio, y consideramos que esto es algo que compartimos todas las organizaciones del sector fundadas aquí, nos hemos comprometido firmemente con la sostenibilidad del sistema sanitario y hemos tratado de responder a la necesidad de mejorar los procesos y ser más eficientes. Como muestra, en nuestro caso, pasamos de ser distribuidores a fabricantes para competir con compañías extranjeras, un movimiento que, desde el primer momento, tuvimos claro que teníamos que hacer en España, a pesar de las dificultades para ser competitivos en comparación con otros países.

"Nos hemos comprometido firmemente con la sostenibilidad del sistema sanitario y hemos tratado de responder a la necesidad de mejorar los procesos y ser más eficientes".

Eso nos llevó a ser los primeros fabricantes españoles de material de protección sanitario de un solo uso, a través de Cardivais, y aún hoy continuamos siendo los únicos que fabricamos packs de cobertura quirúrgica desechables. Durante los peores momentos de la pandemia de COVID-19, hubo muchas empresas que se sumaron a la labor de producir equipos de protección sanitaria, aunque no era su trabajo. Es de agradecer que lo hicieran, pero ese no es el futuro, ya que, una vez recuperada la normalidad, volvió a prevalecer la situación anterior, en la que es más barato fabricar un EPI o una bata en China que en España, y es difícil competir de esa manera.

"Hoy continuamos siendo los únicos que fabricamos packs de cobertura quirúrgica desechables".

Siguen siendo tiempos difíciles, en los que es crucial fortalecer el tejido productivo español para disminuir la alta dependencia del exterior y dar respuesta con solvencia a eventuales emergencias sanitarias. Además, esta capacidad de fabricación se vería impulsada exponencialmente con los mecanismos de ayuda adecuados e instrumentos de apoyo estables en el tiempo por parte de las Administraciones Públicas, a través de una ampliación de la financiación y mediante nuevas fórmulas de contratación pública que sirvan para fortalecer la marca España de productos sanitarios.

"Es crucial fortalecer el tejido productivo español para disminuir la alta dependencia del exterior y dar respuesta con solvencia a eventuales emergencias sanitarias".

Una empresa española competitiva y en pleno rendimiento nutre al ecosistema en el que respiramos todos: ciudadanos, empresas y el propio Estado. Fabricar un catéter, un stent o un pack de cobertura quirúrgica es un proceso largo, complejo e implica una serie de costes. Lo primero es la I+D del producto, realizado por personal altamente cualificado y con un gran conocimiento técnico. La preproducción supone, aproximadamente, un 10% del precio final.

Después, la fabricación sumará un 50% del precio final. Los costes incluyen, por supuesto, los de mano de obra. Una vez acabado el producto, comienza la comercialización que supone nuevos costes salariales y la contratación de empresas externas, que representa un 10% más. Por último, hay que añadir el beneficio empresarial.

"Una empresa española competitiva y en pleno rendimiento nutre al ecosistema en el que respiramos todos".

El verdadero valor diferencial de una compañía nacional frente a una extranjera es que todos los costes anteriores contienen impuestos, que afectan a todo el proceso de producción, desde el comienzo. Por ejemplo, si una empresa española llevara a cabo ventas por valor de un millón de euros, habría aportado al Estado cerca de 400.000 € en impuestos. Las empresas extranjeras, incluso contratando parte de su personal en España, no llegan a semejantes cifras de impuestos, por lo que el coste final para el Estado es más alto. Las cuentas no pueden ser más claras: comprar producto local es invertir en nuestro país.

"El verdadero valor diferencial de una compañía nacional frente a una extranjera es que todos los costes anteriores contienen impuestos".

En concreto, a través de nuestra participación también en proyectos como iVascular, la única empresa del país que hace I+D de dispositivos médicos intervencionistas de última generación; Peaches Biotech, otra compañía local dedicada a la medicina regenerativa; e Histocell, una empresa de Bilbao que fabrica fármacos biológicos, logramos dar empleo a más de 600 personas. Nuestros socios y proveedores suelen ser compañías españolas, siempre que es posible; esto es importante para nuestros clientes y para nosotros mismos.

"Nuestros socios y proveedores suelen ser compañías españolas, siempre que es posible".

En definitiva, la venta de dispositivos médicos fabricados en España hace que todo el dinero de la producción se ponga en circulación en nuestra economía en forma de salarios, impuestos y gastos, siendo un elemento de reactivación económica y creación de riqueza. Y la actividad de empresas en suelo y con capital español fortalece el tejido industrial. Esto ayuda a depender menos de las importaciones y mejora nuestra balanza de pagos. Lograrlo es sencillo: solo hay que apostar por el talento y la calidad que tenemos más cerca.