Amanda Sierra, Ismael Mingarro, Isabel Fabregat (COSCE), Vocalía 3 (Ciencias de la Vida).
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Los médicos y los científicos sabemos que la investigación animal salva vidas. A pesar de ello, el uso de animales en investigación es un tema cada vez más controvertido en nuestra sociedad. A primera vista puede parecer un debate polarizado entre dos posiciones antagónicas: los defensores de los derechos de los animales frente a los que utilizamos animales en nuestra investigación. Sin embargo, este conflicto no es tal, ya que a todos nos guían los mismos principios éticos de bienestar animal. Por ello, ante la creciente demanda de la sociedad de un mayor conocimiento de cómo y por qué se utilizan animales en experimentación, los científicos debemos dar un paso adelante y hacer más esfuerzo en explicar ambas cuestiones.
"El uso de animales en investigación es un tema cada vez más controvertido en nuestra sociedad".
El cómo se utilizan animales en experimentación y en qué condiciones es un tema que nos concierne a todos, animalistas y experimentadores en Biomedicina. Es un tema crítico no solo por principios éticos, sino incluso por la propia validez de los estudios científicos, ya que los animales en mal estado de salud o estresados dificultan la obtención de resultados sólidos y replicables. Tanto en España como a nivel internacional, la experimentación animal se guía por los principios de las 3R: reemplazar los estudios en animales con otros modelos alternativos; reducir el número de animales utilizados; y refinar los métodos utilizados de manera que se minimice el sufrimiento animal. Para asegurar que estos criterios se cumplen, todos los investigadores que utilizan animales en su investigación deben tener un entrenamiento teórico-práctico y obtener una acreditación específica. Además, cada uno de los procedimientos que se realizan en los animales sigue un proceso regulado estrictamente que tiene que ser evaluado previamente por un comité de ética experto, y aprobado por la autoridad competente a nivel autonómico, siguiendo directrices europeas.
"Todos los investigadores que utilizan animales en su investigación deben tener un entrenamiento teórico-práctico y obtener una acreditación específica".
Desde la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE) hemos querido refrendar la importancia de la investigación animal ética, para lo que hemos emitido un comunicado que puede tomarse como una declaración de principios. COSCE alberga la Comisión de Estudio del Uso de Animales en Investigación Científica, que ha puesto en marcha un Acuerdo de transparencia sobre el uso de animales en experimentación científica en España, al que se han adherido 153 sociedades científicas, centros de investigación, universidades y asociaciones de pacientes comprometidos a compartir con la sociedad de forma transparente la manera en la que utilizan animales en experimentación. La adhesión a este acuerdo, de carácter voluntario, sirve para dar idea de la preocupación que existe en la comunidad científica por explicar a la sociedad la importancia de la experimentación animal.
"Hay cientos de ejemplos de por qué la experimentación animal ha salvado vidas en el pasado y seguirá siendo necesaria para salvar vidas en el futuro".
Por qué es crítica la experimentación animal lo ha explicado recientemente y de manera magistral EARA (European Animal Research Association). Un ejemplo reciente con el que todos nos podemos identificar son los ensayos clínicos de las vacunas para la COVID-19. Estas vacunas fueron inicialmente diseñadas utilizando células en cultivo, pero es evidente que antes de pasar a los ensayos clínicos en personas, su potencial toxicidad tuvo que ser descartada en animales. Si estas vacunas hubieran tenido efectos nocivos por ejemplo en el timo, donde se producen las células generadoras de los anticuerpos contra el virus SARS-Cov-2 causante de la COVID-19, se hubieran detectado en estos ensayos en animales antes de tratar a personas. A nadie en su sano juicio se le hubiera ocurrido probar las vacunas en humanos antes de haber analizado su efecto en modelos animales. Como éste, hay cientos de ejemplos de por qué la experimentación animal ha salvado vidas en el pasado y seguirá siendo necesaria para salvar vidas en el futuro.
"Hoy en día tenemos organoides pulmonares, hepáticos, y hasta cerebrales, que se han desarrollado gracias a los conocimientos obtenidos en las últimas décadas de investigación animal".
A pesar de ello, la crítica más frecuente es que hay que usar “modelos alternativos” a la experimentación animal. En este tema también estamos de acuerdo científicos y animalistas, y es precisamente lo que refleja el principio de las 3R, para reemplazar siempre que sea posible a los animales. Pero, ¿qué son exactamente estos “modelos alternativos” y para qué sirven? El término se refiere normalmente a sistemas en cultivo, generalmente producidos a partir de células humanas. El ejemplo más paradigmático serían los organoides, que son agrupaciones celulares tridimensionales que imitan algunas de las características principales de los órganos a los que representan.
"¿Qué son exactamente estos “modelos alternativos” y para qué sirven? El término se refiere normalmente a sistemas en cultivo, generalmente producidos a partir de células humanas".
Hoy en día tenemos organoides pulmonares, hepáticos, y hasta cerebrales, que por cierto se han desarrollado gracias a los conocimientos obtenidos en las últimas décadas de investigación animal. Pero, a día de hoy, esos organoides tienen aún muchas limitaciones y no sirven para responder a todas las preguntas que tiene la ciencia. Fundamentalmente porque muchos de estos organoides son aun extraordinariamente rudimentarios. Y, además, porque cada vez tenemos una visión más integrada del cuerpo humano, donde el estado de salud depende de una interacción entre los distintos órganos a través de los sistemas nervioso, circulatorio e inmunológico. Esta interacción solo la podemos estudiar en un ser vivo, pero no en organoides aislados o en otros modelos alternativos.
"Los científicos tenemos la responsabilidad de educar a la ciudadanía para que apoye una investigación animal ética y responsable".
Aún no ha llegado el momento de reemplazar la investigación animal con modelos alternativos y quizá nunca llegue, porque estos no son suficientes para responder a todas las preguntas de la Biomedicina actual ni para garantizar la seguridad de los fármacos en las personas. Por ello, los científicos tenemos la responsabilidad de educar a la ciudadanía para que apoye una investigación animal ética y responsable.