Jueves, 21 de noviembre de 2024

Opinión13 de febrero, 2022

La imperiosa necesidad de ciencia

Esteban Domingo, miembro de la Real Academia de Ciencias y profesor “ad honorem” del Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa”. El profesor Esteban Domingo.

Esteban Domingo, miembro de la RAC y profesor “ad honorem” del Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa”.

Real Academia de Ciencias

La Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (RAC) presentó el pasado mes de noviembre de 2021 su declaración anual en la que se analiza la situación de la ciencia en España en varias de sus facetas, incluidas la financiación y la gestión. Lo hace de acuerdo con el mandato emanante de sus Estatutos de difundir la ciencia y su importancia para el bienestar de nuestra sociedad. La declaración del año 2021 fue preparada por un grupo de trabajo formado por los Académicos D. Miguel Ángel Alario, D. Fernando Briones, D. José Duato, D. Manuel de León, D. Ramón Llamas, D. Juan Rojo y D. Esteban Domingo (autor del presente comentario).

El texto se analizó por los miembros de la RAC y, una vez aprobado por el Pleno de la corporación, el Presidente lo remitió a autoridades del Gobierno Central y Gobiernos Autonómicos y coordinado por la empresa Berbés se distribuyó a los medios de comunicación. El mismo día de su distribución, en un acto auspiciado por la Asociación de Amigos de la Real Academia de las Ciencias (aRAC), la declaración se debatió públicamente en la sede de la RAC; participaron como ponentes Dña. Clara Eugenia Núñez, Dña. Alicia Durán, D. Vicente López-Ibor Mayor, D. Juan José Moreno Navarro y D. Enrique Playán, quienes expusieron sus puntos de vista acerca del contenido de la declaración y respondieron a preguntas del público asistente y de quienes siguieron el acto a distancia.

"En la declaración del año 2021 se constató, como ya se hizo en declaraciones anteriores, que la inversión en investigación científica en España durante 2020 y 2021 sigue estando muy por debajo de la media de los países de la Unión Europea (UE) según varios indicadores".

En la declaración del año 2021 se constató, como ya se hizo en declaraciones anteriores, que la inversión en investigación científica en España durante 2020 y 2021 sigue estando muy por debajo de la media de los países de la Unión Europea (UE) según varios indicadores. La inversión resulta insuficiente para reducir el nivel de paro general, el alarmante paro juvenil (en torno al 40% frente al 18% en la zona Euro) y preparar al país para superar crisis económicas. La inversión en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) en España representa un contraste flagrante con la de otros países avanzados de la UE.

La declaración recoge otras cifras comparativas en la que España ocupa posiciones que denotan graves deficiencias, como es ocupar el penúltimo lugar entre los países de la UE en la proporción de personas ocupadas en tareas de I+D (9.9 por mil habitantes frente al 13,4 por mil como promedio de los países de la UE). Sirva como ejemplo adicional y altamente significativo que países como Francia o Alemania respondieron a la crisis financiera global de 2008 con aumentos de inversión en ciencia para hacer frente a la crisis. En cambio, en España la financiación de la ciencia se redujo en un drástico 40% en pocos años a partir de 2008. Este descenso, que todavía no se ha revertido, es incompatible con el mantenimiento de ciencia competitiva a nivel internacional. La economía española carece de su combustible esencial.

La declaración de la RAC de 2021 también subraya que, a pesar de la irrupción de la COVID-19 como verdadera emergencia sanitaria, no se incrementaron suficientemente las partidas de investigación en ciencias biomédicas, sanidad y salud pública. España sigue siendo un país exportador de personal cualificado para abordar crisis sanitarias y no se han adoptado medidas para evitar esta tendencia.

"España sigue siendo un país exportador de personal cualificado para abordar crisis sanitarias y no se han adoptado medidas para evitar esta tendencia".

Un punto muy importante que fue ampliamente debatido durante la presentación de la declaración es el destino de los fondos a recibir de la UE como Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) para hacer frente a las consecuencias económicas de la COVID-19. Esos fondos permitirán abordar importantes y necesarios cambios estructurales, como son la reducción de la brecha digital, algo imprescindible como se recoge de modo pormenorizado en la declaración. La gran pregunta que surge con los fondos MRR es si van a limitarse a resolver deficiencias concretas o van a significar una estabilización de la producción científica y de esta manera mejorar la competitividad de las empresas.

Lo que esta cuestión plantea queda perfectamente reflejado en el Manual de Oslo, un documento de referencia en este campo. En su capítulo 1, pág. 34 se subraya que la innovación es la obtención de productos o procesos que difieren significativamente de productos o procesos anteriores, no cambios de procesos para elaborar los mismos productos de otra manera. Es decir, de poco servirá que España se digitalice para elaborar los mismos productos que hasta ahora. Este es un asunto clave acerca del cual la RAC mantendrá un seguimiento durante los próximos años.

La declaración también incide en mecanismos para fomentar la transferencia de resultados de I+D desde el mundo académico al empresarial, un complemento imprescindible al aumento de financiación que modifique los factores de dependencia de nuestra economía.

"La principal conclusión de un estudio realizado por varias instituciones, fue que en 2010 en el Reino Unido las Matemáticas contribuyeron a generar 2,8 millones de empleos y 208.000 millones de libras esterlinas, lo que representa el 16% del Producto Interior Bruto".

La RAC es plenamente consciente de que, además de los gobernantes que preparan y ejecutan los Presupuestos Generales de Estado (PGE), la sociedad en general debe concienciarse de la importancia de la ciencia. Tal impacto no siempre resulta obvio y, por ello, en la declaración de 2021 se comentan estudios que demuestran el beneficio económico que para un país tiene la enseñanza e investigación en Matemáticas. La principal conclusión de un estudio realizado por varias instituciones, fue que en 2010 en el Reino Unido las Matemáticas contribuyeron a generar 2,8 millones de empleos y 208.000 millones de libras esterlinas, lo que representa el 16% del Producto Interior Bruto. Este impacto es aplicable a cualquier rama de la ciencia por más abstractos que parezcan sus objetivos.

"Un país no investiga porque es rico, sino que es rico porque investiga. Sin ciencia no hay futuro".

Aunque nunca ningún representante de ningún Gobierno ha pedido asesoramiento o colaboración a la RAC para corregir deficiencias denunciadas en sus declaraciones, la RAC termina su declaración de 2021 reiterando su ofrecimiento de colaboración. España necesita superar el punto de inflexión en inversión en ciencia que refuerce nuestra economía, atenúe el desempleo, incentive a nuestros jóvenes, nos acerque a los países avanzados de la UE y frene el deterioro social que ya se atisba como una de las consecuencias de la COVID-19. Se necesita, en suma, una revisión profunda de los PGE para que España tenga un plan de futuro viable. Un país no investiga porque es rico, sino que es rico porque investiga. Sin ciencia no hay futuro.




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