Vivimos en un mundo en el que los cambios son cada vez más rápido y el futuro más incierto. Este inestable contexto, lleno de incertidumbre, puede provocar actitudes y dolencias muy distintas y variadas en las personas.

En estos últimos años se ha incrementado la preocupación por la salud mental de la población. Pues, sin duda, todos los grupos por tramos de edad pueden ser especialmente vulnerables por casuísticas diferentes.

"El actual contexto social puede despertar problemas graves, como obsesiones, adicciones, trastornos o alteraciones de la conducta ante los que conviene estar alerta y prevenir en la medida de lo posible".

En el caso de los niños y jóvenes, o de aquellas personas que no tienen aún una mente madura o cuentan con una salud mental más frágil, el actual contexto social puede despertar problemas graves, como obsesiones, adicciones, trastornos o alteraciones de la conducta ante los que conviene estar alerta y prevenir en la medida de lo posible. Por su parte, los jóvenes que transitan a la vida adulta, en España, enfrentan un especial problema laboral. Y, las personas mayores, además de sufrir problemas de salud física, normalmente, experimentan una transformación en sus relaciones sociales que les hace más vulnerables a la soledad y que se suma a un mayor deterioro cognitivo que también afecta a su salud mental.

"Además de las amenazas globales, no debemos olvidar que existen personas más expuestas a factores que pueden afectar a su salud mental y a su bienestar emocional".

De cualquier modo, además de las amenazas globales, no debemos olvidar que existen personas más expuestas a factores que pueden afectar a su salud mental y a su bienestar emocional. Por tanto, personas que por sus circunstancias son especialmente vulnerables y corren un riesgo mayor de sufrir trastornos mentales y de tener dificultades para afrontar ciertas situaciones.

La deteriorada Salud Mental en España

El contexto actual y la pandemia sólo han agravado un problema que ya existía previamente y al que hemos vivido casi de espaldas durante demasiado tiempo como sociedad. A buen seguro, han contribuido a ello los estigmas que existen sobre la salud mental y el silencio de muchas de las personas que cuentan con algún trastorno o enfermedad mental.

"Actualmente, casi el 50% de los jóvenes españoles considera que ha tenido algún problema de salud mental".

Tanto es así que, los datos sobre salud mental en la actualidad son alarmantes. Tal y como apuntan desde la Confederación de Salud Mental Española, actualmente, casi el 50% de los jóvenes españoles considera que ha tenido algún problema de salud mental. De hecho, según esta misma entidad, un 6,7% de la población sufre ansiedad o depresión. Incluso, este dato aumenta hasta el 15% según el Instituto de Neuropsiquiatría y del Hospital del Mar.

"Solo en España son más de 860.800 personas tienen discapacidad intelectual o enfermedad mental según el Instituto Nacional de Estadística".

Además de estas circunstancias, existen otras situaciones vitales que requieren de mayores soportes, como el caso de las personas con discapacidad. Solo en España son más de 860.800 personas tienen discapacidad intelectual o enfermedad mental según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Tal y como destacan desde European Association for Mental Health in Intellectual Disability, 1 de cada 3 personas en el mundo con discapacidad intelectual tiene problemas de salud mental, por lo que las personas con discapacidad intelectual tienen una salud mental ampliamente sensible.

En busca del cuidado de la salud psicosocial de todas las personas

Una salud mental vulnerable puede poner en peligro la relación con los demás, del mismo modo que el entorno cultural y social en el que interactuamos influye en la conformación de lo que somos. Como sujetos individuales, pero gregarios, nosotros construimos también, al relacionarnos con los otros, un grupo social y una cultura concreta.

"1 de cada 3 personas en el mundo con discapacidad intelectual tiene problemas de salud mental".

En este sentido, la salud psicosocial alude a la relación entre la mente humana y la conducta de las personas. Aunque el término aun no es ampliamente conocido, la necesidad de abordarlo desde diversas perspectivas es cada vez mayor. Pues, nuestras relaciones sociales o con el entorno influyen en nuestra salud mental y viceversa.

Por este motivo, proteger la salud psicosocial, especialmente de los más vulnerables, entre los que están las personas con algún tipo de discapacidad, enfermedad mental o trastorno del desarrollo, se hace por tanto imprescindible si queremos tener una sociedad más fuerte, más saludable, más justa e inclusiva. Y es especialmente importante en un mundo como este en el que vivimos, en constante evolución y con peligros sin precedentes para nuestra salud mental y nuestra salud social.

A los problemas, soluciones

Dadas las circunstancias, no podemos aplazar la puesta en marcha de mecanismos que aseguren los apoyos para reducir en la medida de lo posible las consecuencias de la situación. Aunque, por su parte, los gobiernos del mundo se reúnen para definir y aplicar políticas económicas y sanitarias, la mente siempre es la gran olvidada cuando es, en realidad, la palanca de cambio, la que nos define y define nuestro mundo. Cuidar de ella, de la de todas las personas, es un compromiso ineludible de los entes públicos, las organizaciones y empresas que impactan en el conjunto social.

"La mente siempre es la gran olvidada cuando es, en realidad, la palanca de cambio, la que nos define y define nuestro mundo".

Por este motivo, entidades cuya misión es dar apoyo a personas en situación de vulnerabilidad psicosocial están poniendo en marcha medidas con el objetivo de apaciguar la situación. Un claro ejemplo de ello es el nuevo Centro de Salud Psicosocial de Fundación Juan XXIII que, en tan solo su primer año de funcionamiento, ya ha prestado apoyo a más de 1.100 personas en materia de salud mental. Ya sea a través de servicios de información y orientación, salud y autonomía, curatela y mediación, acompañamiento para la vida independiente o formación y empleo, entre otros. Todo ello, a personas de todas las edades y con servicios que abarcan todas las etapas de su vida.

Sin duda, el presente nos brinda la oportunidad histórica de comprometernos, comunicarnos y actuar con el fin de promover, proteger y cuidar la salud mental de toda una generación, crear herramientas que les permitan cumplir sus sueños, desarrollar su potencial y contribuir de manera significativa al mundo que les rodea. Entonces, ¿por dónde empezamos?