RSC13 de enero, 2022
"Red Flags de la Depresión", la campaña en redes sociales para mejorar el conocimiento de la enfermedad
Con esta iniciativa Lundbeck pretende convertir en "green flags" todos los comentarios tóxicos e irrespetuosos.
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Hoy, 13 de enero, se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión. Red Flags de la Depresión es una campaña lanzada por Lundbeck para tratar de dar a conocer mejor la enfermedad, favorecer su comprensión y reducir todo el estigma social que la rodea.
Si en 2017 casi el 7% de la población se veía afectada por trastornos depresivos, según la Encuesta de Salud, actualmente esa cifra asciende a un 20% debido a la situación pandémica de la COVID-19, según los expertos. Además, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta enfermedad representa una de las principales causas de discapacidad en adultos y adolescentes en todo el mundo.
En palabras de Susana Gómez-Lus, directora médico y de acceso al mercado de Lundbeck Iberia, “reconocer y conocer la depresión es un primer paso fundamental para salir de ella. Nuestro compromiso con la salud del cerebro nos lleva a impulsar iniciativas como esta, con el fin de combatir falsos mitos todavía hoy muy arraigados en nuestra sociedad, que pueden dificultar la búsqueda de ayuda profesional para lograr un diagnóstico precoz y un tratamiento personalizado”.
Las red flags
Las red flags, banderas rojas en español, es el nombre que se le ha dado en redes sociales a todos aquellos comentarios y comportamientos tóxicos e irrespetuosos. De esta forma, la iniciativa pretende destacar y hacer consciente a la gente de todas las red flags sobre la depresión en este entorno online. La campaña podrá seguirse tanto en el Twitter y LinkedIn de Lundbech como en el Facebook y Twitter de Rethink Depression.
Ejemplos de red flags pueden ser pueden ser pensar que simplemente por estar triste se padece depresión, que las personas con esta enfermedad son más débiles o que solo depende de uno mismo y no se esfuerzan lo suficiente para superarla.
Estas banderas rojas representan falsas creencias, mitos e ideas preconcibas que nada tienen que ver con la realidad de la depresión, originadas debido a la falta de conocimiento que existe en torno a esta patología, banalizándola y perpetuando el auto-estigma y el estigma social que la acompañan desde hace muchos años. Algunos ejemplos pueden ser pensar que simplemente por estar triste se padece depresión, que las personas con esta enfermedad son más débiles o que solo depende de uno mismo y no se esfuerzan lo suficiente para superarla.
La contribución a la depresión
La campaña no solo pretende visibilizar todos estos comportamientos, sino convertirlos en green flags (banderas verdes). El objetivo es invertirlos y que se vuelvan mensajes veraces sobre la depresión para ayudar a todas las personas que viven con la enfermedad, brindándoles comprensión, escucha activa, empatía y acompañamiento, al tiempo que puede ser una herramienta de ayuda para las familias y entorno. De esta forma se pretende animar a los usuarios a compartir todas esas red flags que han vivido en su propia piel o que han esuchado o presenciado.
El objetivo es invertir los mensajes tóxicos y que se vuelvan mensajes veraces sobre la depresión para ayudar a todas las personas que viven con la enfermedad, brindándoles comprensión, escucha activa, empatía y acompañamiento.
“Las enfermedades de salud mental, en general, y la depresión, en particular, son trastornos complejos que requieren de un abordaje multidisciplinar. La sociedad necesita aprender a distinguir lo que es un trastorno como la depresión de un estado emocional de tristeza normal”, explica la doctora Rosa Molina, psiquiatra en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid y presidenta de la Sección de Neurociencia Clínica de la Asociación Española de Neuropsiquiatría. En cuanto al papel positivo que pueden jugar las redes sociales en la divulgación y mejor conocimiento de la salud mental, la psiquiatra considera que “pueden ser un aliado para difundir información rigurosa y llegar a la gente de forma rápida, captando su atención y con mensajes potentes que es difícil transmitir de otra manera. La población recurre a las redes, también para buscar información sobre salud mental, y esto es una oportunidad que los profesionales no debemos desaprovechar”, concluye la psiquiatra.