Hospitales23 de marzo, 2022
El Servicio de Rehabilitación del Hospital Universitario 12 de Octubre inicia un estudio de artrosis de rodilla con una plataforma de teleasistencia
La investigación busca detectar la fragilidad en estos pacientes y que son susceptibles de cirugía de reemplazo.
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La teleasistencia del futuro en un país cada vez más envejecido
El Servicio de Rehabilitación del Hospital Universitario Doce de Octubre (Madrid), dirigido por el doctor Juan Ignacio Castillo Martín, ha puesto en marcha un estudio clínico para detectar la fragilidad en pacientes con artrosis de rodilla y susceptibles de cirugía de reemplazo articular de rodilla. Con este, se pretende optimizar la indicación de dicha cirugía, así como los recursos asistenciales y los elevados costes que estos suponen. La principal novedad del estudio es que para llevar a cabo esta tarea utilizará un recurso de teleasistencia.
Comunicación médico-paciente
El nuevo sistema empleado es la plataforma Tele-Assist, una solución tecnológica asistencial de la compañía Idemm Farma, y que facilita el seguimiento a distancia de la evolución y complicaciones de los pacientes.
Tele-Assist proporciona facilita la comunicación médico-paciente, llegando a un número mayor de pacientes y de forma más continuada, mediante el desarrollo específico de nuevos de circuitos de pacientes, que incluyen el análisis de la fragilidad, la valoración clínica de la artrosis de rodilla y la evaluación de los tratamientos aplicados.
En total, se actuará sobre 300 pacientes, en los que se realizará una evaluación de la fragilidad con una valoración integral mediante recursos de fácil aplicación que permitan identificar indicadores que evidencien al paciente vulnerable.
En total, se actuará sobre 300 pacientes, en los que se realizará una evaluación de la fragilidad con una valoración integral mediante recursos de fácil aplicación.
La fragilidad define un síndrome de deterioro fisiológico relacionado con el envejecimiento, con reserva fisiológica disminuida, que se caracteriza por una marcada vulnerabilidad a resultados de salud adversos al exponerse a factores estresantes como la cirugía.
Su prevalencia se sitúa en un 10 a 15% de las personas entre 65 y 75 años, lo que supone una tolerancia reducida a las intervenciones médicas y quirúrgicas, tanto por la mayor carga de síntomas, como la debilidad y la fatiga, como por la complejidad médica que determina la existencia de comorbilidades. Además, se prevé un aumento de casos como consecuencia de la pandemia COVID-19 debido, entre otros motivos, a los efectos del confinamiento que determinó una menor actividad física o el retraso e interrupción de algunos tratamientos.