I+D17 de marzo, 2023
Alrededor de uno de cada dos pacientes con trastorno del sueño crónico desarrolla algún síntoma de trastorno mental
Se estima que en España más de 4 millones de personas padece alguna alteración del sueño crónica y grave.
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Este año la efeméride del Día Mundial del Sueño (17 de marzo) se celebra bajo el lema “El sueño es esencial para la salud”, un enfoque que quiere hacer hincapié en el papel del sueño saludable como hábito fundamental para el bienestar físico, mental y social, aseguran desde la Sociedad Española de Sueño (SES).
La SES, que impulsa los actos por el Día Mundial del Sueño en España, destaca el papel del sueño como “pilar fundamental” de salud de los individuos y de las poblaciones. Tanto a nivel físico como mental. “Sin duda alguna, el sueño es una función vital del ser humano fundamental para el mantenimiento de una buena salud mental y física”, afirma doctora Ana Teijeira Azcona, neurofisióloga clínica, coordinadora de los actos en España por el Día Mundial del Sueño.
Beneficios de dormir bien
La experta recuerda que el sueño no solo favorece la consolidación de la memoria o el aprendizaje, sino que durante el mismo se regulan diversos sistemas del cuerpo humano promotores de una buena salud, desde el sistema inmune, hasta el sistema metabólico y el sistema cardiovascular, pasando, entre otros, por el sistema hormonal. “Es necesario un sueño de buena calidad para que todos estos sistemas puedan funcionar bien”, asegura.
En España se estima que más de un 10% de la población (más de 4 millones de personas) padece algún tipo de trastorno de sueño crónico y grave. La Sociedad Española de Neurología (SEN) estima que el 48% de la población adulta española y el 25% de la población infantil no tiene un sueño de calidad. Además, al menos un 50% de la población tiene problemas para conciliar el sueño y un 32% se despierta con la sensación de no haber tenido un sueño reparador.
La Sociedad Española de Neurología (SEN) estima que el 48% de la población adulta española y el 25% de la población infantil no tiene un sueño de calidad.
En ese sentido, la doctora Teijeira Azcona ha recordado que un sueño insuficiente o de mala calidad mantenido de manera crónica “favorece la aparición de una serie de enfermedades que pueden llegar a provocar un grave impacto en la calidad de vida de las personas e, incluso, incrementar la mortalidad”.
En concreto, un mal sueño incrementa hasta en un 20% el riesgo de mortalidad y aumenta el riesgo de presentar hipertensión arterial, diabetes, obesidad y eventos cardiovasculares (infartos o ictus), así como de sufrir infecciones y determinados tipos de cáncer. La experta ha resaltado también al respecto que dormir mal tiene un grave impacto en las tareas diurnas cognitivas, aquellas necesarias para poder estudiar o trabajar concentrados, memorizar, aprender o coordinar.
Un mal sueño incrementa hasta en un 20% el riesgo de mortalidad y aumenta el riesgo de presentar hipertensión arterial.
“Un mal descanso incrementa el riesgo de accidentes laborales y de tráfico e, incluso, se ha estudiado la posibilidad de que pueda favorecer el desarrollo de demencia. Además, con frecuencia un mal sueño de manera continuada va a provocar alteraciones en el estado del ánimo, favoreciendo la depresión o la ansiedad”, argumenta.
Sueño y salud mental
El doctor Carlos Roncero, jefe del Servicio de Psiquiatría del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca (CAUSA), profesor de la Universidad de Salamanca y presidente de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), insiste en esa relación bidireccional entre el sueño de mala calidad y los problemas de salud mental.
“Hasta el 60%-70% de los trastornos mentales tienen asociado algún trastorno del sueño, sobre todo el insomnio. Y alrededor de uno de cada dos pacientes con trastorno del sueño crónico acaba desarrollando algún síntoma de trastorno mental”, ha destacado el psiquiatra, que ha añadido que, en el caso de la patología dual, que designa la coexistencia de una adicción y otro trastorno mental, las alteraciones del sueño son un “marcador de riesgo” para la gravedad de la adicción y para la recaída o la mala evolución de los pacientes.
“Hasta el 60%-70% de los trastornos mentales tienen asociado algún trastorno del sueño, sobre todo el insomnio".
El doctor Roncero lamenta que los problemas de sueño hayan sido tradicionalmente “minimizados y poco valorados” tanto por los profesionales médicos como por la sociedad en general, ya que, en su opinión, se trata de trastornos que, cuando se cronifican, acaban generando “una muy mala calidad de vida y un gran riesgo de alteraciones de salud mental, incluyendo el consumo de sustancias”.
En ese sentido, por último, Roncero destaca que muchas personas con problemas de sueño acaban recurriendo al consumo de sustancias de tipo depresor (como, por ejemplo, el alcohol) para intentar aliviar algunos de los síntomas del insomnio, con la creencia errónea de que este tipo de sustancias ayudan a dormir mejor: “Sin embargo, esto acaba generando alteraciones en los patrones del ritmo del sueño, un sueño superficial y poco reparador; y un incremento del riesgo de adicción y consumo de otras sustancias que puede acabar derivando también cuadros ansiosos, depresivos, etc”.
Muchas personas con problemas de sueño acaban recurriendo al consumo de sustancias de tipo depresor.
Buenos hábitos de sueño
“Para tener buenos hábitos de sueño es fundamental no solo intentar dormir las horas suficientes acordes con nuestra edad, sino tener un horario de sueño regular”, dice la doctora Ana Fernández Arcos, Coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la SEN.
“Además, para lograr una buena calidad de sueño también es importante llevar una vida saludable, tratando de realizar ejercicio físico de forma regular, evitando -sobre todo cerca de la hora de dormir- las comidas copiosas y las sustancias como alcohol y tabaco que pueden alterar nuestro sueño. Las siestas se desaconsejan en caso de problemas para conciliar el sueño nocturno y en general recomendamos que no excedan 20-30 minutos. Por otra parte, el entorno donde descansamos desempeña un papel fundamental para conseguir dormir mejor. Factores como permanecer a oscuras y en silencio y tratar de evitar el estrés alejando aquellos elementos que pueden sobreexcitarnos antes de ir dormir, como puede ser el uso de móviles u ordenadores, también son medidas a tener en cuenta”.
Las siestas se desaconsejan en caso de problemas para conciliar el sueño nocturno y en general recomendamos que no excedan 20-30 minutos.
Aunque tomar medidas que favorezcan buenos hábitos de sueño puede servir en muchos casos para mejorar la calidad de nuestro descanso, la etapa de la vida en que nos encontramos, el sexo y la genética de cada persona también juega un papel importante. Existen cerca de 100 trastornos del sueño clasificados y, además, son muchas las personas que conviven con enfermedades cuya sintomatología interfiere con un buen descanso. Pero, aunque la mayoría de los trastornos del sueño se pueden prevenir o tratar, menos de un tercio de las personas que los padecen buscan ayuda profesional. Esto hace que, en España existan trastornos del sueño que solo se han diagnosticado al 10% de las personas que realmente los padecen.
En España existen trastornos del sueño que sólo se han diagnosticado al 10% de las personas que realmente los padecen.
El insomnio, la apnea obstructiva del sueño, trastornos del ritmo circadiano, el síndrome de piernas inquietas, las parasomnias NREM, el trastorno de conducta durante el sueño REM, la narcolepsia o la hipersomnia idiopática, son los trastornos del sueño más habituales entre la población española.