I+D25 de febrero, 2022
Una alimentación inapropiada puede retrasar y dificultar la recuperación del paciente oncológico
La ‘Guía de Alimentación y Hábitos de Vida para el Paciente Oncológico’ incluye consejos sobre dudas de los afectados.
NOTICIAS RELACIONADAS
La alimentación en los enfermos de cáncer es clave en su evolución. “Un paciente oncológico que no lleva una correcta alimentación y que no incorpora la nutrición como un aspecto más del contexto global de su recuperación, de alguna forma está poniendo un lastre que puede retrasar y poner en dificultad su recuperación”. Así lo ha explicado el doctor Jesús García-Foncillas, director de la Cátedra de Medicina Individualizada Molecular UAM-Merck, durante la presentación de la “Guía de Alimentación y Hábitos de Vida para el Paciente Oncológico”, una iniciativa de la citada cátedra en colaboración con el Instituto Oncológico Oncohealth Institute.
En el abordaje del cáncer, “resulta fundamental considerar al paciente como un todo y tener en cuenta elementos como la alimentación, el ejercicio físico, el estado anímico o el entorno de quienes sufren la enfermedad. Si nos centramos únicamente en el paciente y no tenemos en cuenta todos estos elementos que son parte de la persona, no estaremos poniendo en la ecuación de la recuperación todos los valores que se debe”, señala García-Foncillas.
En el abordaje del cáncer, “resulta fundamental considerar al paciente como un todo y tener en cuenta elementos como la alimentación, el ejercicio físico, el estado anímico o el entorno de quienes sufren la enfermedad".
La autoras de la guía son la doctora Carolina Ortega (oncóloga) y licenciada Cristina Cruces (nutricionista), que ha contado con la coordinación del doctor García-Foncillas y la doctora Clotilde Vázquez. Se trata de la primera publicación de sus características realizada a partir del contacto directo con las personas que conviven con el cáncer, con el fin de resolver las dudas que ellas mismas plantean en las consultas, pero además recoge cuestiones que en muchas ocasiones no se atreven a preguntar a sus doctores porque hacen referencia a bulos y noticias falsas.
La alimentación en el tratamiento contra el cáncer
El cáncer fue, en 2020, la segunda causa de muerte en España. Así, según recoge la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), 113.000 personas fallecieron ese año a causa de esta enfermedad, es decir, el 22,8% de las personas que murieron en España lo hicieron como consecuencia del cáncer. De acuerdo con esta misma sociedad científica, el número de cánceres diagnosticados en 2022 en nuestro país alcanzará los 280.100, con una mayor prevalencia de los de colon y recto, mama, pulmón, próstata y vejiga urinaria.
A menudo, los pacientes oncológicos presentan dificultades para poder alimentarse bien, efectos secundarios que pueden derivarse tanto del propio tumor como de los efectos secundarios de los tratamientos, como el estreñimiento, la diarrea, el reflujo, la alteración/disminución/pérdida del gusto, las náuseas y los vómitos, la sequedad oral, la mucositis, la disfagia o la pérdida/aumento de peso, entre otros. Esta guía recoge recomendaciones nutricionales y esquemas generales de menús, ya que mantener un adecuado estado nutricional es fundamental para tolerar mejor y completar los tratamientos prescritos, así como para tener una mayor calidad de vida.
Esta guía recoge recomendaciones nutricionales y esquemas generales de menús, ya que mantener un adecuado estado nutricional es fundamental para tolerar mejor y completar los tratamientos prescritos, así como para tener una mayor calidad de vida.
“Un paciente oncológico con un buen estado nutricional va a tener mejor condición psicológica para sobrellevar el diagnóstico de cáncer y los tratamientos, mejor condición física para sobrellevar una cirugía mayor, mejor tolerancia al tratamiento, un sistema inmune más activo, una menor incidencia de complicaciones infecciosas durante el tratamiento y una menor proporción de ingresos hospitalarios. Además, va a tener un mejor estado funcional, una mejor calidad de vida y un mejor pronóstico de su enfermedad oncológica”, explica el doctor García-Foncillas, quien considera que una intervención nutricional precoz con un plan de tratamiento específico y personalizado constituye un pilar fundamental del tratamiento oncológico.
Se estima que entre un 30%-50% de todos los cánceres serían prevenibles mediante estilos de vida saludables y evitando la exposición a carcinógenos ocupacionales, contaminación ambiental y ciertas infecciones a largo plazo.
Un adecuado estado nutricional no solo es importante para la recuperación del paciente oncológico, sino que también puede ayudar a reducir significativamente la incidencia de esta enfermedad; se estima que entre un 30%-50% de todos los cánceres serían prevenibles mediante estilos de vida saludables y evitando la exposición a carcinógenos ocupacionales, contaminación ambiental y ciertas infecciones a largo plazo.
El ejercicio físico reduce el riesgo de padecer cáncer
La guía también presta especial atención a la práctica de ejercicio físico y a la importancia del soporte psicológico en el paciente oncológico. “El ejercicio físico está recomendado durante y después de los tratamientos, siempre; adaptado a cada paciente en cuanto a impacto, intensidad y duración para conseguir el máximo beneficio con el menor riesgo”, señala el director de la Cátedra de Medicina Individualizada Molecular UAM-Merck.
“El ejercicio físico está recomendado durante y después de los tratamientos, siempre; adaptado a cada paciente en cuanto a impacto, intensidad y duración para conseguir el máximo beneficio con el menor riesgo”
Finalmente, y en lo que a la importancia del soporte psicológico en el paciente oncológico se refiere, los autores de la guía destacan que el proceso emocional que acompaña a cualquier persona que padece cáncer consta de varias fases (shock, negación, enfado, aceptación o resignación, fundamentalmente) durante las cuales se experimentan diferentes emociones, que son normales y necesarias para pasar el proceso. “Si la gestión de las emociones no es la adecuada puede convertirse en un problema para la persona y para su entorno”. Por eso, el soporte psicológico pretende fomentar el autocuidado, aportando las habilidades y la información necesaria para que el paciente pueda afrontar las situaciones de manera adaptativa, gracias al control de las emociones negativas.