Victoria Buiza, presidenta de ABH Nacional.
NOTICIAS RELACIONADAS
La CE autoriza a Lilly la comercialización de su pluma KwikPen precargada con tirzepatida
Reumatólogos y dermatólogos se reúnen en la Jornada ReumaDerm
Los otorrinolaringólogos de la SEORL-CCC analizan la apnea del sueño
Estamos ante una pandemia metabólica y todavía no nos hemos dado cuenta. El 53,6% de los españoles viven con obesidad o sobrepeso, según datos del Estudio Nutricional de la Población Española (ENPE). Si bien es cierto que las nuevas generaciones son cada vez más conscientes del daño que provoca estigmatizar a una persona por su físico, también lo es que todavía se olvida que la obesidad es una enfermedad crónica multifactorial y no una elección. Ante esta situación, el reconocimiento social e institucional de la obesidad como una enfermedad con más de 200 comorbilidades asociadas es necesario porque permitirá mejorar su abordaje integral y acabar con la estigmatización de quienes la padecen.
"El 53,6% de los españoles viven con obesidad o sobrepeso, según datos del Estudio Nutricional de la Población Española (ENPE)".
Y esto es lo que reclamamos desde la Asociación Bariátrica Híspalis Nacional, Asociación de Pacientes Bariátricos y Obesidad (ABH Nacional), una estrategia nacional para el abordaje de la obesidad. Creemos que es más necesario que nunca ante su imparable incremento. Somos la primera asociación a nivel nacional que lo hace y, con ello, y las acciones que vamos a poner en marcha queremos dar respuesta y apoyo a las necesidades de cualquier persona que vive con obesidad.
"Desde la Asociación, también consideramos fundamental que los pacientes formen parte de los equipos de toma de decisiones, tanto a nivel político como médico y farmacéutico".
Asimismo, desde la Asociación, también consideramos fundamental que los pacientes formen parte de los equipos de toma de decisiones, tanto a nivel político como médico y farmacéutico. Esta es la única manera de garantizar que todo lo relacionado con el tratamiento de la obesidad sea eficaz, respetuoso y basado en la última evidencia médica.
Esta enfermedad afecta tanto física como mentalmente a las personas. Según los resultados de la Encuesta sobre la Percepción de la Obesidad en España, realizada por la asociación en colaboración con Novo Nordisk, el 50% de los españoles responsabiliza de la obesidad a quienes la padecen, el 82% cree que se les trata sin respeto y 9 de cada 10 afirman que esta enfermedad afecta a la vida social y laboral, sobre todo a las mujeres. Una muestra del desconocimiento es también que hasta un 79% admite referirse despectivamente a ellas como “gordos” o “gordas”. Lo que estos datos nos demuestran es la necesidad de no dejar a nadie atrás en el cuidado de su salud, especialmente, cuando hablamos de una enfermedad que ni siquiera es considerada como tal.
"El 50% de los españoles responsabiliza de la obesidad a quienes la padecen, el 82% cree que se les trata sin respeto y 9 de cada 10 afirman que esta enfermedad afecta a la vida social y laboral".
Las consecuencias de la obesidad a nivel mental también son reseñables, el 91% de los encuestados considera que afecta psicológicamente a quienes la padecen. ¿Podré pasar entre esos dos coches aparcados? ¿Podré pasar por esa zona? ¿Por qué algunos días salgo sin peinarme bien? ¿Por qué no ajusté bien los cuellos de mi camisa?, son preguntas con las que las personas con obesidad viven día a día. Gran parte de este efecto se debe a la culpabilidad impuesta por la sociedad, que envuelve a la persona que vive con obesidad en un sentimiento de desanimo o tristeza. De hecho, también es habitual en nuestra sociedad escuchar comentarios como “está así porque quiere” o “que se cosa la boca y se mueva”, lo cual genera un impacto muy negativo en el bienestar psicológico e incrementa su propensión a una baja autoestima, mala imagen del propio cuerpo y depresión.
"Las consecuencias de la obesidad a nivel mental también son reseñables, el 91% de los encuestados considera que afecta psicológicamente a quienes la padecen".
Esta situación de estigmatización se puede reducir generando un conocimiento de la enfermedad a todos los niveles: personal, social y sanitario. A través de información rigurosa, se podría recurrir a estrategias que han funcionado con otras enfermedades que se percibían como consecuencia de falta de voluntad del individuo y que ahora son consideradas como lo que son: una enfermedad compleja y multifactorial.
"La situación de estigmatización se puede reducir generando un conocimiento de la enfermedad a todos los niveles: personal, social y sanitario".
Al depender de muchos factores, es necesario un abordaje multifactorial que permita comprenderla desde todos los puntos de vista. La obesidad es un desequilibrio energético que lleva una acumulación anormal de grasa que es perjudicial para la salud, que puede venir generado por causas genéticas, fisiológicas, ambientales y socioeconómicas. Además, aumenta el riesgo de enfermedades y problemas de salud, como enfermedades cardíacas, diabetes, presión arterial alta y determinados tipos de cáncer. De ahí que sea necesario un tratamiento integral de la obesidad, a largo plazo, dado que es una patología crónica, y basado en cuatro pilares: alimentación equilibrada, ejercicio físico regular, apoyo psicológico y un tratamiento farmacológico o quirúrgico cuando sea considerado oportuno por un especialista.
"La obesidad es un desequilibrio energético que lleva una acumulación anormal de grasa que es perjudicial para la salud, que puede venir generado por causas genéticas, fisiológicas, ambientales y socioeconómicas".
Por tanto, dada la importante magnitud de este problema de salud pública, es el momento de afrontar esta pandemia silenciosa y que las instituciones tomen las riendas para que los especialistas tengan las herramientas necesarias a fin de avanzar en el tratamiento eficaz de la obesidad y el reconocimiento de las personas con esta enfermedad. Asimismo, es fundamental trabajar en campañas de concienciación e información sobre la obesidad y sus causas. Todo ello en el marco de una estrategia nacional en la que se reconozca como enfermedad crónica multifactorial para abordarla de forma eficaz y segura.