La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha elegido seguir las letras del alfabeto griego para designar a las variantes del coronavirus. El motivo principal, que explicaron desde la propia agencia de salud, es evitar que la gente designe a estas variaciones del virus según el país o ciudad donde se originaron, lo cual lleva a tener una visión negativa de esos lugares.

Uno de los ejemplos de esto es la gripe española, pandemia que arrebató 40 millones de vidas entre 1918 y 1920. A pesar de no originarse en España, recibe ese nombre debido a que los primeros informes sobre la enfermedad vienen de este país, por ser neutral en la I Guerra Mundial y no censurar la información. Con esto se pretende eliminar la mala imagen internacional que podría dar decir, por ejemplo, la variante de Sudáfrica.  

Letras del alfabeto griego

La primera variante, identificada por primera vez en septiembre de 2020 en Reino Unido, se denominó Alfa. A partir de ahí han decidido continuar el orden del alfabeto griego para seguir denominando a las distintas variantes que surgen, siendo estas: Beta, detectada en mayo de 2020 en Sudáfrica, cuatro meses antes que Alfa, a pesar de ser la segunda letra; Gamma, que apareció en Brasil en noviembre de 2020; Delta, variante que se encontró por primera vez en octubre de 2020 en India, pero no fue hasta abril de 2021 cuando la OMS la designó variante de interés y, un mes después, variante de preocupación.

Delta se detectó por primera vez en octubre de 2020 en India, pero no fue hasta abril de 2021 cuando la OMS la designó variante de interés y, un mes después, variante de preocupación.

El alfabeto griego sigue ahora con algunos nombres menos conocidos, debido a que los casos de estas variantes han sido menores, muy locales o con una incidencia actual casi residual. Encontramos, continuando con el orden del alfabeto griego: Epsilon, localizada en California; Zeta, detectada en Brasil a finales de 2020; Eta, encontrándose casos en Reino Unido y en Nigeria en diciembre de 2020; Theta procede de Filipinas en febrero de 2021, ascendiendo a variante de interés debido a tener una mayor resistencia a las vacunas; Iota se localizó en Nueva York, pero su zona de actuación se redujo a EE.UU., además de convivir con la delta, lo cual la hizo pasar mucho más desapercibida; Kappa es otra variante proveniente de India, que se extendió pero mucho menos que delta, también proveniente de este país; Lambda se denomina a la variante peruana, identificada en diciembre de 2020; y Mu proviene de Colombia, en enero de 2021.

La variante ómicron

Ómicron continúa esta lista, notificada por primera vez el 24 noviembre de 2021 en Sudáfrica. Es considerada como una variante de preocupación por la Organización Mundial de la Salud (OMS) debido a que presenta más de 30 mutaciones en la proteína de la espícula, la que facilita la entrada del virus en la célula humana. Las mutaciones totales que presenta son unas 50, y es la que más difiere del virus originado por primera vez en la ciudad china de Wuhan. A pesar de que sus síntomas se caractericen como “un resfriado”, la variante B.1.1.529, su nombre técnico, preocupa por una mayor transmisibilidad y su gran capacidad para escapar a las defensas presentes en el cuerpo humano, tanto las naturales como las generadas por las vacunas.

La variante B.1.1.529, su nombre técnico, preocupa por una mayor transmisibilidad y su gran capacidad para escapar a las defensas presentes en el cuerpo humano, tanto las naturales como las generadas por las vacunas.

BA.2 y BA.3 son dos linajes de ómicron. Estos días gana fuerza el primero de ellos, estando presente en los nuevos casos detectados en Reino Unido y en Dinamarca, siendo responsable de casi la mitad de la incidencia en este último país. Los cambios genéticos entre la variante y su linaje son grandes, afectando principalmente a su transmisibilidad, siendo algo más contagioso, pero no más violento.

Ómicron es la única letra del alfabeto griego que se corresponde, tanto en mayúscula como en minúscula, con una del alfabeto latino, la O. Constituye la decimoquinta letra del sistema de escritura griego, y significa literalmente “o pequeña”.

’Nu’ podía llegar a malentendidos porque la gente podía relacionarlo con “nuevo”, y 'Xi' es un apellido muy común en China.

Pero, si siguen el orden, ¿por qué se han saltado dos letras desde la última y han pasado directamente a Ómicron? La OMS emitió en un comunicado que era debido a que ’Nu’ podía llegar a malentendidos porque la gente podía relacionarlo con “nuevo”, y 'Xi' es un apellido muy común en China. Por tanto, han considerado que saltarse estas dos letras es lo mejor para "evitar ofender a cualquier grupo cultural, social, nacional, regional, profesional o étnico”, una máxima a la que llegaron en 2015.

Constelaciones

El alfabeto griego tan solo tiene veinticuatro letras y la OMS ya ha llegado a la número veintiuno. Por tanto, ¿qué ocurrirá si hay más variantes que letras griegas? Caben dos posibilidades, siendo la primera de ellas comenzar de nuevo el abecedario y añadir un carácter alfanumérico a cada letra, como podría ser algo similar a Beta-beta o Ómicron-2. La segunda opción tiene más probabilidades de suceder en un futuro cercano debido a que Maria Van Kerkhove, jefa técnica de la Organización Mundial de la Salud, se refirió a ella en una entrevista realizada en NewScientist. Ella misma explicó que la OMS está considerando denominar a las nuevas variantes con nombres de constelaciones de estrellas, pero con las menos conocidas, para no crear ningún estigma negativo alrededor de “las bonitas estrellas que vemos en el cielo”.

El Comité de Emergencia del Reglamento Sanitario Internacional advierte sobre "el riesgo de declaraciones demasiado optimistas sobre el estado de la pandemia".

Pensando también en el futuro, Hans Kluge, director de la OMS en Europa, explicó que “es plausible que la región se esté acercando al final de la pandemia”, refiriéndose a Europa. Esto lo atribuye a ómicron y a su gran desarrollo, estimándose que en marzo un 60% de los europeos ya habrían superado este coronavirus, pasando a una nueva fase de la pandemia y pudiendo vislumbrar un posible final. A pesar de esto, ven necesario destacar la gran emergencia de salud pública que sigue suponiendo hoy en día la COVID-19 y el Comité de Emergencia del Reglamento Sanitario Internacional advierte sobre "el riesgo de declaraciones demasiado optimistas sobre el estado de la pandemia".