I+D18 de noviembre, 2022
Los enfermeros de neurología consideran necesario impulsar las investigaciones sobre párkinson en mujeres para ofrecer una atención adaptada
La mayoría de los estudios realizados se centran en los casos con mayor incidencia (hombres entre 50 y 80 años).
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La mayoría de las investigaciones científicas sobre párkinson se han centrado históricamente en la franja de pacientes con mayor incidencia de la enfermedad: hombres entre 50 y 80 años. Los estudios demuestran que ellos tienen entre 1.5 y 2 veces más posibilidades de tener esta enfermedad con respecto a ellas. La conferencia “Mujer, Párkinson y Terapias avanzadas” ha puesto de manifiesto la necesidad de realizar más investigaciones que tengan en cuenta las características específicas de las mujeres con párkinson, para darles una atención adaptada a sus necesidades. Dicho encuentro ha tenido lugar en el congreso anual de la Sociedad Española de Enfermería Neurológica (Sedene), y ha contado con la colaboración de AbbVie, una compañía farmacéutica especializada en Neurología.
“Parece que las mujeres tenemos, en relación con el párkinson, un fenotipo más benigno debido al efecto de la presencia de estrógenos”.
Desarrollo y evolución
Las características de las mujeres podrían influir en el desarrollo y la evolución de esta enfermedad. “Parece que las mujeres tenemos, en relación con el párkinson, un fenotipo más benigno debido al efecto de la presencia de estrógenos”, afirma la enfermera Natividad Mariscal, coordinadora del grupo de trastornos del movimiento de la Sedene. “Todo apunta a que los estrógenos ejercen un rol protector contra el daño dopaminérgico, pero para tener una evidencia científica de esto es necesario realizar más estudios”, añade.
“Todo apunta a que los estrógenos ejercen un rol protector contra el daño dopaminérgico, pero para tener una evidencia científica de esto es necesario realizar más estudios”.
De hecho, existen investigaciones contrapuestas al respecto. Algunas consideran que, tras la menopausia y la consecuente reducción de las hormonas de estrógeno, aumentan las posibilidades de desarrollar párkinson. Otros trabajos científicos, sin embargo, defienden que no hay evidencias suficientes de que exista esta correlación. De ahí la necesidad de contar con datos y resultados más sólidos al respecto.
Síntomas de mujeres con párkinson en estudio
Natividad Mariscal señala más particularidades que sufren las mujeres con párkinson: “Las mujeres en edad fértil sufren un empeoramiento de sus síntomas una semana antes de la menstruación y durante la misma, como fatiga, dolor, malestar y cambios en el estado de ánimo”, explica. “En cuanto al embarazo, hay síntomas no motores como la ansiedad, la depresión, las alteraciones del sueño o el estreñimiento que les pueden afectar de forma más notoria, pues son síntomas que están presentes tanto en el embarazo como en la enfermedad de Parkinson. También pueden tener problemas de movilidad por el aumento de peso o la inestabilidad”, añade esta experta.
“Las mujeres en edad fértil sufren un empeoramiento de sus síntomas una semana antes de la menstruación y durante la misma, como fatiga, dolor, malestar y cambios en el estado de ánimo”.
La ausencia de más datos respecto al párkinson en mujeres adultas afecta a otras etapas de su vida, como puede ser la crianza de los niños. “La falta de estudios hace que sea desaconsejable la lactancia materna”, advierte Mariscal.
Otra diferencia entre hombres y mujeres con párkinson reside en la vida sexual. La alteración en este ámbito es uno de los síntomas no motores que trastocan la calidad de vida de los pacientes y sus parejas. Aunque los hombres puedan sufrir síntomas como la disfunción eréctil, la reducción de la libido predomina fundamentalmente en ellas, asociada a síntomas como la baja autoestima, alteraciones urinarias, dificultades para alcanzar el orgasmo e insatisfacción sexual.
Enfermería neurológica
En este encuentro del congreso de la Sedene ha participado como ponente la neuróloga Adrienne Keener, del Ronald Reagan UCLA Medical Center (California, EE.UU). Keener ha estado acompañada por tres mujeres con distintas terapias avanzadas de párkinson: Asunción Marqués Clotas, Sonia Soriano y Ana Aguado.
Durante la ponencia se ha destacado el objetivo esencial de la enfermería especializada: ofrecer una atención de calidad mediante el acompañamiento, la escucha y la guía del paciente para que este pueda conseguir un buen control de su enfermedad y mejorar su calidad de vida.
“Una de las necesidades que reclaman estas mujeres es la de tener una enfermera de referencia que haga de hilo conductor con el resto del equipo interdisciplinar y que las acompañe en la evolución de su enfermedad”.
Natividad Mariscal considera fundamental el trabajo de los enfermeros especializados en neurología para atender las especificidades de las mujeres adultas con párkinson, y pone como ejemplo a las embarazadas. “Una de las necesidades que reclaman estas mujeres es la de tener una enfermera de referencia que haga de hilo conductor con el resto del equipo interdisciplinar y que las acompañe en la evolución de su enfermedad”, explica la especialista.
Mujer y cuidados
El párkinson no solamente afecta a las mujeres de forma diferenciada como pacientes. Según los datos disponibles, más del 80% de las personas que ejercen el rol de los cuidados en España son mujeres, también de cara a los cuidados de pacientes de párkinson. “Efectivamente, las mujeres desempeñan en mayor medida que los hombres el rol de cuidadoras de terceras personas”, expresa Mariscal. “Cuando es una mujer la que recibe el diagnóstico de párkinson y pasa a ser la persona que necesita cuidados, los roles pueden verse afectados. Esto supone un proceso de adaptación a una nueva situación, que sin duda va a afectar a todos los miembros de la familia”, concluye.