I+D18 de julio, 2022
Un equipo de investigadores demuestra el papel terapéutico de unos líquenes en los desajustes del ritmo circadiano
El cáncer, la diabetes o el alzhéimer son enfermedades relacionadas con la cronodisrupción.
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Un equipo de investigadores liderado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha analizado dos metabolitos secundarios (compuestos) producidos por líquenes, los ácidos úsnico y evérnico, y han comprobado que pueden alterar los ritmos circadianos. Este descubrimiento es importante porque se sabe que la cronodisrupción o alteración del ritmo circadiano está vinculada a enfermedades como cáncer, obesidad, diabetes, párkinson o alzhéimer.
Los líquenes, es decir, la simbiosis entre hongos y algas y/o cianobacterias, tienen una gran importancia ecológica, y son modelos biológicos destacados. Estos organismos producen una amplia gama de metabolitos secundarios, entre ellos los ácidos de este estudio.
Los líquenes, es decir, la simbiosis entre hongos y algas y/o cianobacterias, tienen una gran importancia ecológica, y son modelos biológicos destacados.
Metabolitos secundarios
En trabajos previos ya se demostró que estos compuestos ejercen acción antioxidante, antiinflamatoria y neuroprotectora, efectos que a su vez se han asociado con un reloj circadiano funcional. Sin embargo, esta investigación publicada en Frontiers in Cellular Neuroscience arroja los primeros datos informados sobre los efectos de los metabolitos secundarios de los líquenes en los ritmos circadianos celulares de los mamíferos.
“Nuestro estudio establece una línea de base para una mayor exploración de posibles productos naturales para aplicaciones terapéuticas en enfermedades asociadas con el cronodisrupción”.
“Nuestro estudio establece una línea de base para una mayor exploración de posibles productos naturales para aplicaciones terapéuticas en enfermedades asociadas con el cronodisrupción”, destaca Pradeep Kumar Divakar, investigador del Departamento de Farmacología, Farmacognosia y Botánica de la UCM.
Seguimiento de dos años
En el análisis, los investigadores han estudiado el efecto de ambos ácidos en la expresión de dos genes de reloj (Bmal1 y Per2) en células de cáncer de hueso humano, junto con neuronas embrionarias de ratón y células de fibroblastos, a través de un ensayo de bioluminiscencia.
A cada célula de estos tres tipos se le aplicó una enzima de luciferasa de luciérnagas que, en presencia de luciferina, emite señales luminosas.
A cada célula de estos tres tipos se le aplicó una enzima de luciferasa de luciérnagas que, en presencia de luciferina, emite señales luminosas. La cantidad e intensidad de estas señales de luz producidas son proporcionales a la expresión de ese gen en particular en ese momento del día.
En este experimento, que duró dos años, las células se trataron en diferentes momentos del día con una concentración particular de ácido úsnico o ácido evérnico. Se incubaron de 3 a 5 días y se comparó con el grupo control para cuantificar, según las señales de luz, el cambio en los ritmos circadianos en base a parámetros como amplitud, fase, periodo y tasa de amortiguamiento.
En este experimento, que duró dos años, las células se trataron en diferentes momentos del día con una concentración particular de ácido úsnico o ácido evérnico.
Tras el primer hallazgo, el siguiente paso es “investigar el mecanismo detrás de este ritmo circadiano alterado y su posible interacción con la vía de señalización anticancerígena y la vía de defensa antioxidante”, concluye Soumi Srimani, también investigadora de la UCM y primera autora.